sábado, 29 de diciembre de 2018

B U R B U J A S




          Si usted está tentado de acusar a otros que viven en el limbo o en una burbuja, cosa que por lo general refleja algo que casi siempre se cree, es mejor que se informe antes de opinar. Tal vez le caiga de perlas un artículo sobre este tipo de "burbuja" que apareció en el The New York Times Magazine (diciembre 16, 2018) sobre este tema. Al principio me atrajo el escrito porque me aportaba datos sobre el tulipán holandés que desconocía. En 1637 esta flor llegó a valer más que una casa. Sin embargo, la historiadora A. Golgaz, en su libro publicado el año 2000, puntualizó que pese a que en esos años el tulipán se vendió a precios inesperados, ella no encontró evidencia alguna de que alguien se arruinara por su causa. ¿A quién creerle?
          No obstante, la historia del tulipán en nuestros días es considerada como un perfecto caso de "burbuja" pues la gente lo usa para expresar su incredulidad sobre los precios inflados de los artículos. En diciembre de 2012, un comentarista de televisión llamó al inesperado aumento del Bitcoin una clásica burbuja que comparada con la "manía del tulipán ha ido más allá de lo absurdo".  Así mismo, el  economista italiano Massimo Ameto dijo que la criptomoneda era como un "virtual tulipán". La persistencia en estas comparaciones probablemente tiene que ver con el hecho de que la manía del tulipán se ha convertido en una fábula.
          La burbuja financiera es casi siempre más difícil de reconocer de lo que se cree.  Los economistas han estado por décadas debatiendo lo que ellas (las burbujas) son y como un observador puede precisarla entre muchas sin preocuparse por un claro consenso sobre su acción.  El nobel Robert J, Shiller, en su libro "Irracional Exuberancia", las considera como simples entes, en tanto que el nobel Eugenio Fanna tiene dudas sobre el mismo concepto de "burbuja" porque cree que es imposible de predecir, hablando matemáticamente, que usted se encuentra en una cuando lo está.
          Potencialmente usted puede atribuir un tipo diferente de burbuja al valor variado del Bitcoin debido al enclave ideológico de la criptomoneda. En el pasado el Bitcoin ha sido declarado irrecuperable, pero luego de catastróficas caidas, esta criptomoneda logró recuperarse. En Forbes, Jason Bloomberg dijo: "la mayor parte del ruido acerca de la cadena de bloques se convierte en lo que se ha llamado una masiva "cámara de eco". Nos gusta imaginarnos viendo a través de una cámara de eco. Hay ciertos intelectuales que, al manejar entre ellos la información, imaginan que todo el mundo trabaja igual que ellos.
          Parece que tenemos menos fe en la habilidad de cada cual para hacer lo mismo. Si observamos la reciente versión de que los liberales viven en "una burbuja de la costa", llena de élites, que entienden más acerca del aguacate que sobre las crisis de las ciudades populosas. O de la creencia de que los americanos rurales tienen alarmantemente menos exposición real a sistemas de vida escasamente diferentes de la suya.  En un artículo de septiembre en el Washinton Mensual, Nancy LeTourneau advirtió sobre una "burbuja informativa" que fue, de acuerdo a una encuesta, donde el 57% del soporte de Trump dudaban que los demócratas tuvieran chance de apoderarse de la House (en el congreso de U.S.A.) en las elecciones de medio-término. Recordemos que el escritor liberal Julián Sánchez, en un blogged de 2010, advirtió que el movimiento  se fue "dirigiendo hacia un hepistémico final" que difiere de lo que el liberal activista en su libro de 2011 mantenía que la "burbuja  filtro" nos estaban presentándose adulando nuestras existentes preferencias".
          Si estás tratando de averiguar por qué tus oponentes para tí parecen indudablemente locos, he aquí una explicación que se presenta constántemente: ellos están atrapados en una burbuja y no pueden reconocer alguna información que no encaje en sus convicciones --acerca de la vida, su país, la política, el valor de la moneda, el relativo valor de las cosas y de los tulipanes o de cualquier otra cosa. Pero esto parece menos claro de lo que parece. La noción de Pariser sobre "la burbuja filtro" sugiere que hemos sido divididos por fallas en la infraestructura de Internet --en cosas como algoritmos personalizados que nos ofrece precisamente la información que estamos inclinados a preferir, significando que podemos resolver el problema a través de una mejor ingeniería. Reciente información, no obstante, sugiere que esto puede no ser donde descansa el problema; la estadista Seth Flaxman, que escribe con otros investigadores en Public Opinion Quarterly, ha encontrado que la influencia del algoritmo de búsqueda sobre bias alimenticias individuales pueden no ser tan fuertes como parecen y pese a que se aceptan en los medios sociales son políticamente polarizados pero son los menos usados en dichos medios sociales.
          Es obvio que los americanos vivan en burbujas sociales pues viven y hablan en círculos divididos en economía, raza, ideología, geografía, etc. etc.  El problema aparece tan pronto tratas de diferenciar aquellos que forman burbujas reales, que es como decir en esferas de ceguera o irracionalidad, de aquellos que pueden ser llamados "culturas" o "comunidades", grupos de gente que comparten experiencias y convicciones. Este tipo de grupos tienen ciertamente desventajas pues nuestras preconcepciones grupales que nos limitan. Pero usar la palabra"burbuja" como una base peyorativa, es enfocar en la ignorancia inherente en una dada visión mundial en lugar de las interioridades; esto es examinar oponentes ideológicos y concluir que la única razón de que ellos possiblemente creen en lo que hacen porque no han considerado alternativas.
          Es agradable imaginar que podemos ampliar el entendimiento de alguien ilustrando sus puntos de ceguera. El problema es que nuestra ayuda correctiva resulte ser totalmente errada. Una buena diagnosis de burbujas conservativas similares a las de Le Tourneau --"cuando cada uno de los que conozcas sea  un republicano", escribe ella, "tú no puedes imaginar quien no lo sea"- puedes encontrar resultados en la investigación; por ejemplo, una que indique que los conversadores resulten mejor modelando creencias liberales que otras diferentes. La dificultad de obtener esto puede explicar que la vindicación de la mayoría de la gente claramente crea que la burbuja ideológica de alguien ha sido afectada.  Menos de dos días de la victoria electoral del presidente Trump, el Post de New York publicó la columna de Micheal Goodwin que fue positivamente triunfante sobre ella. "El concenso de certeza de la media y de los círculos políticos", escribió, "acerca de la aparición del votante de Trump confirma que la clase dirigente era favorita en sus burbujas pero aislada de los iintereses de otros americanos". Al no estar entre los habitantes de una burbuja este anuncio agradece la lógica decepción de que no estamos entre los pocos de la derecha que mide con seguridad el valor y percibe la realidad, que ve con mucho más claridad que las ovejas que la media creencia de los adoradores de tulipanes que están a nuestro alrededor.
          Lo que podría ser de mayor ayuda cuando hablamos de los cosecheros de una burbuja es pensar en nosotros mismos y no en otros; estar viglante ante la posibilidad de que el mayor significado de una burbuja sea aquel que no estamos enterados ante de aquel que deseamos ubicar. Ellos (los que están en la burbuja) son, después de todo, increiblemente agradables y convincentes cuando se hallan en su interior.  El valor en que ellos creen no es una ilusión. Hay mucho que ganar cuando se está en harmonía con lo que te rodean y mucho más cuando poseemos algo por  lo que la gente paga absurdos precios para obtenerlos. Puede ser desolado, quizás, el pensar que varios signos pueden no ser fácil de identificar pero conociéndolos ofrecen un tipo de paz -- la paz de dedicar menos tiempo gestionando pues la gente muestra mucha seguera.  Si estás dudoso de tu propia habilidad de ver todo con claridad, estarás más sorprendido de ver que las acciones de otros se niegan a explotar en sus caras, o quizás, cuando escuchas en tu propio mundo una inesperada detonación.

sábado, 15 de diciembre de 2018

EL NACIONAL ya no se publiica




          El 14 de diciembre de 2018 el  diario venezolano "El Nacional" dejó de publicarse. Al fin la dictadura de Nicolas Maduro logró lo que ningún venezolano esperaba: que este periídico insigne dejara de salir  todas las mañanas a pregonar las noticias del día. Desde el 2 de agosto de 1943, cuando salió por primera vez publicado por el periodista Miguel Otero Silva y su padre, sin ser el primer periódico publicado en Venezuela, comenzó a crecer, a elevarse dentro de la estima de los venezolanos, al resaltar por la calidad de las noticias que publicara, a sobresalir en la lucha por la libertad de expresión en el país, a luchar porque Venezuela fuese un país destacado por la libertad, por las leyes, porque resaltara por la lucha por la democracia y la existencia de un gobierno donde predominara el respeto de la ley y la constitución y donde no existiera dictadura en un país donde los militares se apoderaban del gobierno cada vez que querían. Por eso recibió con beneplácito la elección de Rómulo Gallegos como primer presidente electo por todos los venezolanos en 1948, aunque también lamentara que fuese depuesto por los militares ocho meses después.
          Por su lucha por la democracia y la libertad de expresión, El Nacional fue suspendido tres días en su publicación por la dictadura en 1952. Apoyó, sin embargo, la lucha subersiva contra la dictadura de Pérez Jiménez y pregonó con la publicación de una edición especial el 23 de enero de 1958, la huida del dictador del país y el hecho de que comenzara una nueva etapa en la vida pública del país.  El país se reorganizó, un gobierno cívico-militar gobernó al país durante ese año y en diciembre de 1958 nuevas elecciones nombraría a Rómulo Betancourt nuevo presidente de los venezolanos.  Así, en los próximos cinco años  comenzó en Venezuela un período democrático que duraría 40 años.
          Para un país donde las instituciones democráticas duraban tan poco ese lapso era verdaderamente una hazaña. Era lamentable, sin embargo, que los militares estuvieran al acecho y trataron de derrocar al presidente Betancourt en varios atentados que fracasaron y hasta fue víctima de un intento de magnicidio.  Pero Betancourt triunfó: mantuvo a los militares y a los comunistas sin opción y convocó a elecciones presidenciales y del congreso. Y entregó el mando a un nuevo presidente.
          El Nacional fue testigo de estos hechos y los pregonó con alegría. Como institución, el periódico veló no sólo por la libertad y la democracia, también luchó para que país tuviera una vida cultural amplia, como los otros periódicos importantes del continente que ya existían en México, Colombia, Perú, Chile y Argentina. Así, El Nacional editó "Papel Literario", que aparecía al principio los jueves y luego los domingos; abrió un concurso anual de cuentos para incentivar este renglón literario entre los venezolanos; este concurso de cuentos tenía un premio en metálico además de la publicación del cuento premiado en la edición aniversaria del periódico además de la publicación en esa misma edición de la entrevista del ganador del premio quien, como era de esperarse, comenzaba a disfrutar de un nombre literario en el país pues, como todos sabíamos, la mayoría de los ganadores eran poco conocidos en el país.
          Pero la mayor lucha del periódico era por la libertad de expresión y por la democracia. Los directores del diario, que por lo regular eran figuras intelectuales reconocidas en el país (Miguel Otero Silva, Arturo Uslar Pietri. etc., etc.) publicaban con cierta regularidad la"Opinión del Director", donde insistía en la importancia de la lucha por una sana vida pública, la defensa de la democracia, de la libertad de expresión, de la constitución, el cumplimiento de las leyes, etc, para que país continuara creciendo y mejorando sus instituciones y superando etapas en beneficio de todos.
          Pero pese a todos los buenos deseos, el país tenía poca experiencia política, Acción Democrática, el partido de Rómulo Betancourt, por su carencia de experiencia y pese a que perdió en dos períodos presidenciales, no aprendió de las derrotas; no llegó al poder con el propósito de mejorar la situación del país, de ir construyendo o mejorando el nivel de los venezolanos económico y socialmente sino con la idea de disfrutar el poder, de enriquecerse, como si esa situación duraría eternamente, que la riqueza del petroleo sería eterna, que los militares no estuvieran al acecho poara apoderarse del poder, etc., etc.  No pusieron freno a la corrupción sino que dejaron que los corruptos existieran en los gobiernos y no tomaron acciones para eliminarlos, no se preocuparon por crear instituciones que mejoraran el nivel cultural y económico de los venezolanos sino que estos mejoraran a la buena de Dios.  En fin no crecimos políticamente en estos 40 años de democracia sino que nos contentamos con elegir presidente cada cinco años como si eso era lo único que se requería para ser demócratas...  Pero si los dirigentes políticos no aprendieron el pueblo inculto se cansó de serlo y se alzó.   "El Caracazo" se reveló: asaltó tiendas y almacenes, se llevó todo lo que pudo, desestimó la fuerza pública y los hombres entraban y salían de los establecimientos llevandose lo que querían y sin temor de que los mataran, así era el nivel de desesperacipon en que se encontraban...
          El país no aprovechó estos 40 años para crecer progresivamente y El Nacional, lamentablemente no podía hacer más de lo hacía: producir un periódico donde sus articulistas producían escritos destacando la situación del país y pidiendo que se tomaran las medidas adecuadas que nunca se tomaron. Los últimos treinta años del siglo XX fueron un desastre para el país: las instituciones no funcionaron como se esperaba; Hugo Chávez se insurreccionó en febrero de 1992 y aunque no triunfó, los militares lo exhibieron en la televisión para que el público lo conociera y comenzara a ver en él a un futuro líder; el presidente Caldera  perdonó a Chávez y permitió que fuera a las elecciones y en diciembre de 1998 se convirtió en presidente del país...Lo que sucedió después es ampliamente conocido:  Venezuela, un país rico
se fue convirtiendo en el país más pobre y muchos de sus ciudadanos tuvieron que emigrar a otras tierras en busca de alimentos, tranquilidad y sosiego.
           El Nacional, impotente, vio como el país se fue acabando,  demoronando, las instituciones públicas comenzaron a desaparecer, los sueños de los venezolanos comenzaron a evaporarse y una terrible dictadura gobierna hoy a la nación...
          El Nacional ahora aparecerá en forma digital y, se espera sea por un periodo relativamente corto....

viernes, 30 de noviembre de 2018

Simón Rodriguez . Maestro de Simon Bolivar




          Uno de los genios más incomprendidos que produjo  Venezuela al final de su etapa colonial fue Simón Rodriguez. De humilde procedencia, nació en Caracas el 27 de octubre de 1771 y murió en San Nicolás de Amatope, Perú, en 1854. Filósofo,escritor, educador, Rodriguez fue un gran visionario cuando en sus escritos dijo "una revolución política descansa en una revolución económica" o el futuro de estas naciones está en poner atención en la colonización de los países con sus propios habitantes y educar, siempre educar.
          En 1791 el cabildo de Caracas lo nombró maestro de primaria y dos años más tarde le presentó su escrito "Estado actual de la escuela demostrado en seis reparos". Dicha investigación no fue tomada en cuenta y él renunció al cargo en 1793. En la casa donde vivía daba clases y educación al niño Simón Bolívar. En 1797 se produjo la conspiración de Gual y España y ese mismo año Simón Rodriguez se fue de Venezuela a la que regresaría jamás, por lo se supone que estaba comprometido en dicha conspiración.
          Se convirtió en un andariego. Visitó Jamaica, Estados Unidos, Londres y buena parte de las ciudades más importantes de Europa.  En Bayona, cuando empezó a identificarse como Samuel Robinson, conoce al mejicano Fray Servando Teresa de Mier y con él traduce al español el "Atala" de René de Chattaubriand que utilizaron en la escuela de español que regentaba en Paris. Allí lo encontraría Bolívar en 1906 y viajarían a Italia donde el caraqueño pronunciaría su célebre Juramento sobre el Monte Sacrro.
          En 1823 Simón Bolívar se encontraba en Perú y supo que su maestro se hallaba en Colombia. Le escribió al General Santander, que se hallaba encargado, debido a su ausencia de la presidencia de Colombia, y le recomendó a Rodriguez. En 1824 le volvió a recomendar a Santander y le escribió estas palabras: "Yo amo a ese hombre con locura. Fue mi maestro, mi compañero de viajes y es un genio, un portento de gracia y talento para el que lo sabe descubrir y apreciar. Es un maestro que enseña divirtiendo y un amanuense que da preceptos a su dictante. El es todo para mi. Cuando yo lo conocí valía infinito. Mucho debe haber cambiado para que yo me engañe".
          Para Rodríguez el nuevo orden republicano descansaba en la escuela por eso fundó en Bogotá la Casa de Industria Pública, en 
nuestro vocabulario actual, suerte de escuela técnica. Como no logró apoyo a su idea, se marchó hacia el sur. En Lima encontraría de nuevo a Bolívar quien lo nombraría Inspector General de Instrucción Pública y Beneficiencia. En Chiquisaca intenta poner en practica de nuevo su idea, pero el Mariscal Sucre no lo entiende y escribe al General Bolívar (1826):"Considero a don Samuel un hombre muy instruido, benéfico cual nadie, desinteresado hasta lo sumo y bueno por carácter y por sistema; pero lo considero también con una cabeza alborotada con ideas extravagantes y con una incapacidad para desempeñar el plan que él dice y que no sé cuál es..." No debe olvidarse que el Mariscal era ingenierio, hombre amante de los formulismos y de las prácticas burocráticas. Tal vez cansado de tanta incomprención, Rodriguez, alli conocido como Robinson, decidió renunciar al cargo al que había sido nombrado por Bolívar; "Yo no era un empleadillo adocenado de los que obstruyen las antecámaras: yo era el brazo derecho del Gobierno: yo era el hombre que usted había nombrado y recomendado en público repetidas veces: yo me habia ofrecido a concurrir con mis conocimientos y con mi persona a la creación de un Estado, no a someterme a formulillas, providencillas, ni decretillas, en fin yo no era ni Secretario, ni amanuense, ni Ministro, ni alguacil..."
           En Oruro, donde escribió esta renuncia, llegó a vivir muy pobre. Un día recibió la oferta de un cargo directivo en el colegio de Concepción, Chile. De esta ciudad parte a Valparaiso, donde lo encuentra el viajero francés Vandel-Heyl. Cuenta Vicente Lastarria que cierta vez sorprende a Andrés Bello como en un trance de llorar frente a un viejo calvo y mal vestido cuando en realidad se desternillaba de la risa ante lo que le contaba Simón Rodriguez de un banquete de Sucre.
           De nuevo su vida de andariego, donde pasa los últimos años de su vida. De nuevo el tránsito por los caminos: Tititaca, Azarango (donde lo encuentra otro visjero francés, Laurent saint-Cricq, como pulpero), Quito, Túquerres (Colombia), Latacunga y, por último, San Nicolás de Amotape. Algunas obras suyas las imprimió, otras las hacía circulan en manuscrito: "Sociedades americanas de 1828"; "Pródromo"(1828); "El Libertador del Mediodia de América y sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social" (1830); "Luces y virtudes  sociales"(1834); "Consejos de amigos dados al Colegio de Latacunga" (1851). Figuras como Arturo Uslar Prietri, que escribió una biografía sobre su vida, afirma que "durante su existencia, con la excepción de Bolívar, quizá nadie lo tomó en serio". Por último, el célebre escritor José Lezama Lima,
lo llamó "el gran escapado" en su ensayo "El romanticismo y el hecho americano".
























































miércoles, 28 de noviembre de 2018

UN PQETA DEL ESTADO SUCRE





             Uno de los estados de Venezuela relativamente pobres económicamente hablando es desde el punto de vista literario uno de los más ricos y destacados internacional y nacionalmente por la producción de bardos que con sus poemas o su producción literaria en general han destacado en el país y fuera de él.  Basta mencionar a Andrés Eloy Blanco, nacido en  Cumaná, la capital del Estado, y el poeta más renombrado del país y uno de los más conocidos del continente. Cumaná ha sido la cuna de otros poetas o literarios como  Ramos Sucre y últimamente el profesor y cuentista destacado Gustavo L. Carrera. Pero hay otros sitios del Estado Sucre, como Manicuare, que produjo el admirado Cruz Salmeron Acosta, ampliamente recordado en la Península de Araya que lo vio nacer en ese pueblo. En estos últimos tiempos el pueblo de Rio Caribe produjo dos literatos, uno de ellos, César Ramón Ramirez sorprendió a sus amigos y al Estado al producir la novela "La guerra de Las Leroux" y recientemente ha destacado con su producción de poemarios. El otro literario, Angel Marcano, es el autor de estos escritos,
          Nacido en Rio Caribe, César Ramirez se educó en en el centro del país. En Caracas, la capital, realizó su educación primaria y secundaria y luego en Maracay, capital del Estado Aragua, se graduó de Médico Veterinario en la Universidad Central de Venezuela. Su labor profesional la realizó en Cumaná casi en su totalidad. Ramirez sorprendió a todos sus amigos y familiares cuando produjo su famosa novela.  Si era sabido que era amante de la literatura no lo era como productor literario de allí la sorpresa que produjo  la aparición de "La guerra de Las Leroux". Sus amigos más intimos y algunos familiares insinúan que la novela es consecuencia de un despecho, bastante profundo ha debido ser para originar la novela, creo yo, en todo caso, ¡bienvenidos
sean los despechos como productor literario!!
           Sin embargo, la vena literaria de Ramirez esta resultando amplia y de cierta profundidad cuando últimamente ha destacado con la producción de poemarios.  Soy de los que creen que César es un poeta per se cuya naturaleza  se hallaba tan escondida en su interior que necesitó de la fortaleza de una crisis emocional tan profunda originada por un fracaso amatorio que motivó su aparición.  La prueba de esta aserción es que el bardo riocaribero ha producido desde entonces muchos poemarios tantos que ahora parece ser su forma de expresión literaria pues no han aparecido nuevas novelas.
          Una característica que posee este escritor es la de haberse consustanciado tanto con su pueblo que cuando estudiaba en la universidad sus compañeros de estudio lo bautizaron como "Riocaibe" (se supone que ello fue motivado a su constante recordación de su pueblo durante su vivencia en Maracay. Él aceptó esta designación con cariño y como una prueba de su afecto por el pueblo que cuando escribe a sus amigos o hace dedicatorias al lado de su firma coloca el afectuoso apodo. ¿Se puede exigir mayor prueba de cariño?
          Pero Ramirez ha contiuado escribiendo poesia prefiriendo la poesía moderna, es decir, la que no tiene rima- Una prueba de ello es que acaba de publicar un nuevo libro titulado "100 POEMAS desde La Costanera" que reune una gran cantidad de nuevos poemarios.  Invito al lector a obtener esta expresión de la nueva poesía venezolana.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

 A P U N T E S   D E   U N   D I A R I O   P E R D I D O

Caracas, 20]05]30
Al señor de la chaqueta azul:
            No sabe la importancia que le doy a este viaje.  Veo al tren deslizarse por los Valles de Aragua sembrado de frutales pero particularmente de caña.  Nunca he estado allí pero pero imagino que así ha de ser.  No sabe lo que me ha costado organizarme para esta ventura, en especial si piensa que lo he hecho dentro del más absoluto secreto.  Reuní todos mis ahorros (que no son muchos pero que de algo servirán), el brazalete de oro que papá me regaló poco antes de morir y las pocas joyas que le quité a mamá.  Todo esto está escondido en el forro del lomo de la maleta con la finalidad de utilizarlo cuando sea absolutamente necesario (esto va con usted también) o hasta que se acabe el dinero que llevo encima.  Mamá me perdonará este hurto porque las madres perdonan a sus hijos.  No quiero que ella piense que me llevo sus joyas como un acto de venganza por haberse comportado tan mal con mi padre.  Ella es tan celosa que le hizo la vida imposible a mi querido viejo.  El día que falleció habían tenido una discusión motivada a sus injustificados celos –mi padre era uno de los hombres más hogareños que he conocido y salía sólo con ella.  Pero no podía saludar una mujer que ella no conociera pues ya pensaba que era su amante, ¡figúrase usted!--.  Mi madre lo amenazó como de costumbre y esta vez lo amenazó con que se tiraría del puente El Guanábano, el cual queda cerca de nuestra casa.  Este puente, recientemente, lo habían restituido a la época de su inauguración pues habían tumbado las casas y edificios que bordeaban el embaucamiento de las aguas sucias de esa parte de la ciudad, otrora lecho del río Caraota, según me dijo mi padre. Éste, creyendo que la amenaza de mi madre era verdadera, de la impresión le dio un infarto y murió como un pajarito.
            Al rato, mamá extrañada de que papá no saliera a buscarla, regresó a la casa y me encontró llorando junto a su cadáver.  En ese momento, a través de mis lágrimas, observé su perplejidad o asombro ante lo sucedido y la odié por primera vez.  Al principio ella no sabía cómo reaccionar y después comenzó a dar gritos  pero yo no creí en su pena.  Contemplé el rostro de mi padre que, sin ningún rictus de desespero, era el espejo del desespero y la inocencia.  Parecía un angelito.  Y me dije que todavía hay gente sencilla que vibra de candor en esta +época de avances tecnológicos como el viaje a Marte.  En ese momento deseé fervientemente irme de la casa y quizás comenzó a cobrar fuerza la idea de la fuga.  Pero no fue un acto de venganza contra ella.  No.  Tal vez fue el convencimiento de que la heredera de la inocencia y  de la actitud contemporizadora de mi padre no podía vivir bajo el mismo techo con una persona llena de egoísmo.  
            Decidí vender a mis amigas las cosas de valor que tenía, entre ellas mis vestidos de moda.  Por supuesto que para mí es fascinante la moda femenina.  Me gustan mucho los llamados vestidos con ventilación, el último grito.  Se lo describo por si no lo conoce (lo que es bastante común en los hombres que le dan poca importancia a estas cosas): son los vestidos que llevan abiertos 15ª 20 centímetros del borde hacia arriba en los costados de la falda y a nivel central y lateral de la   cota.  Estas rendijas permiten ver la figura insinuada del seno y el comienzo del muslo, en el punto en que comienza a engrosar, y permite que la imaginación de los hombres  inventen lo demás.  Una moda que es siempre lujuriosa, en especial cuando una comienza a mostrar el portento de sus senos y el pedazo de pierna que sube y baja.  Supongo que entonces les empieza a subir la adrenalina, a incendiárseles la piel y, por las miradas que una recibe, quién sabe cuántas cocas morbosas se imaginan…  En esta ocasión, pese a que a mí me encantan esta moda, decidí ser recatada y me aprovisioné sólo de jeans largos y cortos, cotas y ropa interior y medias suficientes.  Después, en mi nueva vida y tomando en consideración la opinión de usted, retornaré a ella.  También es parte de mi equipaje este diario y un libro de historias juveniles, ambos recuerdos de mi padre.  No incluyo nada que mi madre me regalara, los dejo para que ella me recuerde.  Por eso es que la maleta es relativamente pequeña y liviana.
            El seleccionarlo a usted para que me acompañe en mi saga fue obra de la  casualidad.  El día que lo conocí, usted rondaba por la casa y pensé, a pesar de mis 16 años, pensaba que usted buscaba la amistad de mi madre y no la mía.  El día que conversamos en la plaza de La Candelaria, me di cuenta, para mi desmayo, que iba por mí.   Luego, en la soledad de mi cuarto, me percaté de que ese interés por mi persona podía ser beneficioso para mí y comencé a urdir el plan de mi fuga con usted y desde entonces lo ví con más frecuencia (siempre a escondidas de mi madre).  Por eso acepté sus invitaciones al cine (aquí me las ingenié para permitir a medias sus lisuras: un beso a hurtadillas al inicio y al final de la función, el dejar que me agarrara la mano, me acariciare la nuca y nada más.  Cada vez que usted intentaba acariciarme la pierna o los senos lo rechacé con delicadeza y con una que otra justificación.  Todo esto, creo yo, contribuyó a aumentar su interés por mí en las caminatas por Los Próceres (agarrados delas manos y conversando trivialidades) y sentí placer en viajar con un solo pasaje y con usted por la Línea Uno del Metro y hacer la transferencia a la Dos, la Tres y la Cuatro, siempre conversando, aceptando sus bromas y manejando con inteligencia sus avances.  El día que le mencioné, en uno de estos viajes, lo de mi fuga, lo hice con premeditación pero también con una gran dosis de ansiedad pues esperaba que usted rechazara mi ofrecimiento por inmaduro y riesgoso (tal vez porque usted sabe que la ley lo castigaría severamente si lo atrapan fugándose con una menor).  Su aceptación del viaje por tren a la frontera bajó la presión y permitió que yo acelerara los preparativos.
            29]06]30
            Anoche tuve un sueño delicioso.  Me vi a su lado cuando el tren salía de la  Estación Las Adjuntas rumbo a lo (para mí) desconocido pero también hacia la ansiada libertad.  Disfruté de la belleza de los valles de Aragua y lo pintoresco de las paradas en las estaciones intermedias, animadas por gente que subía a nuestro tren (un servicio que ha resultado excelente desde su inauguración hace cinco años) y se dirigía a diversos lugares entre otros a los llanos de Guárico y Apure o hacia las montañas de Mérida, en viajes de placer o negocios.  Usted, entusiasmado, me comunicaba mientras yo contestaba con monosílabos o con un asentimiento de cabeza.  Mi interés era viajar, conocer nuevos lugares (después de una vida, algo increíble para esta época, encerrada en Caracas y sus alrededores), disfrutar de la vida.  Usted pensaba en otras cosas derivadas de esta aventura, entre ellas, el disfrute de mi cuerpo joven y, según me dijo, en hacer una vida nueva en San Antonio del Táchira, donde tenía una casa que le dejaron sus padres.  Nuestra primera parada fue en Puerto Cabello.  Almorzamos en la estación y luego nos trasladamos al Balneario Quizandal.  Disfrutamos del baño y luego usted insistió en pernoctar en este puerto.  Yo me opuse y  traté de convencerlo de que era mejor abordar el tren de la tarde.  Pasaríamos por Barquisimeto y amaneceríamos en Mérida… pero usted no aceptó.  Finalmente convinimos que pernoctaríamos en Barquisimeto.  Disfruté a plenitud el resto del viaje.  Salimos a las cinco de la tarde de la estación porteña.  El tren atravesó amplios cañaverales. Terrenos con innumerables cortes de hortalizas, naranjales, extensas haciendas de plátanos, y bananas, lugares donde el verdor de la naturaleza me proporcionó una felicidad infinita a pesar de que la luz era cada vez más escasa.  Cuando el tren entró en la estación de Barquisimeto cesó la dicha y comenzaron los temblores.  Sabía lo que me esperaba y no atinaba (pese a mis muchas lecturas sobre el sexo y el acto sexual) a delinear un comportamiento apropiado en el momento en que nos encontráramos solos en el cuarto, por la ausencia de experiencia en estos menesteres.  Como algo raro en la época en que vivimos, a esta edad todavía soy virgen. Mis amistades me habían informado que los hombres les huían a las vírgenes pues, por lo general, tenían un comportamiento desastroso y poco placentero en la cama.  Pensaba que dicho comportamiento era vital pues de él dependía mi futuro con usted.  Así, veía con horror que, luego de ser violada, usted aprovecharía mi sueño para abandonarme en el hotel, en una ciudad completamente extraña para mí.  Cuando abandonamos la estación de la capital larense en un taxi rumbo al hotel y atravesamos una ciudad con un tráfico increíblemente congestionado, mi ansiedad fue tal que desperté.  Me encontré sola en mi casa, en mi cama de soltera.
            Ahora me quedo pensando mucho en este asunto porque mañana es el día fijado para la fuga.
            30]06]30
            Como convinimos, preparé mi maleta y aprovechando que mi mamá había salido de compras en la mañana, abandoné la casa y me dirigí al Metro.  Ahora estoy escribiendo mis +ultimas anotaciones en este diario, antes de encontrarme con usted.  Me estoy dirigiendo a la estación Las Adjuntas, el lugar acordado por insinuación de usted, lugar donde debe iniciarse mi felicidad.  Usted tomaría el tren en la estación La Paz.  Ya estamos llegando a ésta.  ¿Pero cómo puede ser posible?  ¿Qué es lo que estoy mirando?  ¡Mi madre también está allí!  ¡Se dispone entrar al vagón!  Tendré que justificarle mi presencia aquí.  Detrás de ella viene usted y no sabe que esa mujer cuarentona y aún con cierto atractivo es mi madre.  ¿Qué hago?...  Bien, iré al encuentro de ella.  Le haré una señal a usted para que tome mi maleta.  Lea esto.  Nuestro plan sigue igual.  Nos veremos en Las Adjuntas.  Espéreme allí.  Que haya suerte para los dos.
            Berta.
            La Trinidad, Caracas, agosto  de 1996.


lunes, 12 de noviembre de 2018

Valencia, Venezuela --II




           En las primeras décadas del siglo XX y en especial después de  1920, había en Valencia un grupo de músicos emigrados de otras regiones del país y del extranjero, tales como Angel Briceño (Villa de Cura), Juanito Osteta (español), Sebastián Echeverría (Caracas).  Estos instrumentistas trabajaron armoniosamente con los músicos nativos de la ciudad. En esa época se formaban en Valencia grupos musicales que tocaban en los cines amenizando las películas mudas que allí se exhibían.  En el Cine Mundial tocaba el grupo de Rafael Romero, padre de Aldemaro Romero, el cual estaba formado por músicos conocidos como el profesor Araujo, pianista (oriundo de Maracaibo), Sebastián Echeverría y Francisco Caballero, este último actuaría después en la Orquesta  Sinfónica Venezuela. adicionalmente, en Valencia existía la Orquesta Alegría, donde actuaba el cornetista Víctor M. Marín, autor del merengue "Cocoita", el cual constituye junto con "El Chivo" (de Balbino García) y "La Guitarra de Miguel" "la trilogía carabobeña por excelencia del más festivo y regocijante estilo de música de baile de nuestro país" (Aldemaro Romero). Esta Orquesta Alegría no tenía muchos arreglos pero figuraban en ella compositores de la talla de Carlos J. Maitín, oruindo de Puerto Cabello y autor del bolero "No volveré a  encontrarte", que grabara años después la Orquesta de Luis Alfonzo Larrain. (Tmbién era muy conocida la Estudiantina Alegría --que no tenía relación con la orquesta del mismo  nombre--, dirigida por Rafael Romero e integrada sólo por mujeres). Luego se intentó organizar otros grupos musicales en la ciudad y apareció la "Orquesta Swing Melody" dirigida por un músico llamado Gomecito, la cual imitaba la Orquesta de Rafael Muñoz e interpretaba los arreglos que llegaban de Cuba y Puerto Rico. También se fundó la Orquesta Bellamar, dirigida por Luis Moros, saxofonista. Estos grupos eran complementados por los músicos "vente tú" para amenizar las fiestas de la ciudad.
          En las fiestas de la clase alta se tocaban con alguna frecuencia las cuadrillas, polkas y otros aires musicales europeos pero en ellas predominaba el vals venezolano o vals criollo. Como una modalidad adicional, todavía se escenificaban las llamadas veladas artísticas.  Estas veladas --siguiendo una costumbre que se remontaba a la Colonia-- se realizaban en distintos hogares valencianos y tenía la particularidad de ser la más importante manifestación cultural de la ciudad. Se presentaban recitales y pequeñas obras de teatro y estudiantinas; los compositores e intérpretes mostraban sus obras de canto y música de cámara en las grandes casas solariegas o mansiones, cuyas ventanas se abrían a la calle para que el resto del vecindario disfrutara del espectáculo. El entonces llamado "público de galería" chillaba y aclamaba a los artistas (Alecia Castillo H., "Cantos y   Cuentos de  Valencia", Univ. de Carabobo, Valencia, 1990). De las veladas que gozaron de notoriedad, destacaron las realizadas en la residencia de la Sra. María de Berisbeitia, donde se congregaba el linaje de la ciudad y los mejores artistas y compositores de la época.
          La música caribeña se oía con alguna frecuencia en la década de los años veinte del siglo XX. Canciones como "María de la O", "Siboney", "Para Vigo me voy", del cubano Ernesto Lecuona y "Lamento Borinqueño", del puertorriqueño Rafael Hernández, eran muy conocidas. Por cierto hay una anécdota que narraba el mismo maestro Aldemaro Romero que conectaba su nacimiento con la nota pintoresca de la ciudad de entonces, de acompañar en los cines con música en vivo las pelícculas mudas. A la sazón, su padre Rafael Romero, dirigía al grupo musical del Cine Mundial de Valencia cuando él nació el 12 de marzo de 1928. "Mi mamá me contó que  en esos días estaba de moda "Lamento Borinqueño", y ese día tuvo que salir del cine con dolores de parto y dejar para otra oportunidad la película rusa "Los boteros del Volga" que estaba viendo. Al día siguiente, los músicos fueron a su casa a celebrar el nacimiento y le tocaron, como era lógico, "Lamento Borinqueño", que era precisamente la pieza que ellos estaban tocando cuando fueron a avisarle a mi padre que yo había nacido".

viernes, 9 de noviembre de 2018

Lenguaje de las ciudades--Valencia, Vla.




          Como toda ciudad de alguna importancia histórica y comercial de la provincia venezolana, Valencia era, en 1928, presa de sojuzgamiento que imponía la dictadura gomecista, pese a que en ella se escinificaron hechos políticos que fueron determinantes en el futuro del país. Adicionalmente, a fin de tener una visión lo más completa posible de la ciudad donde viera la luz por primera vez Aldemaro Romero, es oportuno indagar, aunque sea someramente, la situación socialy musical de Valencia y sus alrededores en esa época.
          En primer lugar, 1928 es considerado un año muy relevante en la hi,storia contemporánea de Venezuela, pues ocurre el primer movimiento político  urbano organizado contra la dictadura del general Gómez.  En febrero de 1928, tomando como excusa las festividades carnavalescas de Caracas, la Federación de Estudiantes de Venezuela organizó la Semana del Estudiante con el propósito de organizar dichas fiestas que terminarían con la coronación de la reina estudiantil en el Teatro Municipal de la ciudad. La realidad era que se proponían a levantar a los estudiantes contra la dictadura, lo cual estaba combinado con la sublevación del cuartel San Carlos en el norte de Caracas.  El desfile fue conducido por sus líderes hacia el Panteón Nacional, donde se efectuaron los discursos estudiantiles acordados, con los cuales, en cierta manera, apoyaron las actividades subversivas de los militares. No contaron ambos bandos disidentes con la actuación personal del general Eleazar López Contreras, quien, vestido de paisano, se mezcló con la multitud que se dirigía al Panteón Nacional y al cuartel, y ya dentro de éste, sorprendió a todo el mundo haciendo respetar su autoridad y tomando el mando del ejército allí acantonado y ordenando acciones contra los militares alzados y todos aquellos que se sumaron al movimiento. En esos momentos se originó la confusión, los consiguientes muertos y heridos junto al fracaso del primer intento serio realizado en Caracas contra la tiranía. Luego del abortado movimiento militar-estudiantil, la dictadura desató una tremenda represalia en las principales ciudades del país, Valencia entre ellas. En el apogeo de esta represión, nació en esta ciudad Aldemaro Romero, el 12 de marzo de 1928.
          En cuanto al aspecto social, Valencia siempre ha sido una ciudad cerrada, llamada por muchos, conservadora. La sociedad valenciana de los años veinte era muy similar a la que yo conociera en la década de los años cincuenta del pasado siglo. El valenciano era desconfiado con el que llegara a la ciudad y frente a los otros habitantes de la misma actuaba con cautela, midiendo sus palabras como si temiera equivocarse y no le gustara rectificar, también era poco comunicativo, se reservaba mucho cosas para si y evitaba comentarlas a menos que fuera absolutamente necesario. Lo "conservador", además, en la preservación de ciertas costumbres y en la formación de ciertos grupos --que no llegaban a convertirse en castas-- dentro de la misma sociedad. Un ejemplo de esto era el llamado Club de los Amigos, que tenía 25 miembros y según comentarios de algunos lugareños nunca tuvo más de esa cantidad por ser demasiado exigentes los requisitos para ingresar al mismo. Por supuesto con el avance del tiempo y la modernización de la ciudad ya convertida en una hermosa metrópolis en la década de los noventa y con la llegada de personas provenientes de otras regiones y paises se espera que no persista la misma idiosincracia.
          En cuanto a su desarrollo cultural, Valencia siempre ha sido una cuidad representativa del empuje del Estado Carabobo, el cual ha sido muchas veces loado no solo por sus escritores y poetas sino también por sus músicos. Si la prominencia de sus héroes, de sus batallas gloriosas o de acontecimientos cumbres ha sido profusamente alabada por sus poetas y narradores, las elegías y festividades que generaron estos sucesos han sido trasladados al pentagrama a través de valses, merengues, joropos y cantos folklóricos como El Sangeo y el Golpe Sanjuaanero.
          En la década de los años veinte el movimiento musical que predminaba en la capital carabobeña, podría ser enfocado en dos aspectos: la música que era tocada por el pueblo (ergo, clase humilde y clase media que recién iniciaba su desarrollo) y la que predominaba en la llamada clase alta o grupo social adinerado. Así como en Caracas los músicos formaban los conjuntos "cañoneros", en Valencia se organizaba un movimiento similar. Los músicos de esta ciudad acostumbraban a reunirse en bares y allí acudían las personas interesadas en que le amenizaran un baile o una serenata. Se contrataba a un músico y éste, a su vez, escogía a otros músicos para formar un conjunto musical. De esta manera surgieron los "músicos vente tú". Primero fue el Bar Filarmónico el centro de reunión y luego el Bar La Torre de Plata frente a la Plaza Bolívar. El Bar LaLira en el Misterio. en la Calle Constitución, fue lugar de reunión para estos menesteres. A muchos de los directores de estos "vente tú" los llamaban "picadores" pues solían tomar para si una porción del dinero que le correspondía a cada músico. Otra participación segura de estos músicos populares se presentaba durante la celebración de las navidades, el carnaval y las fiestas patronales de Valencia y pueblos vecinos. Además de los aires folklóricos regionales, la música que por lo general  tocaban estos músicos eran el joropo y sus diversas derivasiones, el merengue y el vals criollo.
         

jueves, 8 de noviembre de 2018

F U G A C O N .... A L D E M A R O





               El maestro se apresta a ensayar la Fuga con .....
Pajarillo de Aldemaro Romero, los instrumentos de cuerdas en
constante vibración marcan la melodía del ritmo llanero y desde el principio destaca el persistente contrapunto entre cellos. violas y violines, el maestro marca el compás con las palmas de las manos y con un gesto determina donde se rezaga uno u otro instrumento y obliga al ejecutante a efectuar la corrección respectiva ... Transcurre el desplazamiento musical poniendo de manifiesto la bella melodía llanera, pero esta vez dentro de una estructura más formal, verdaderamente clasica, evidentemente academica..
          El maestro Rodolfo Saglinbeni, ahora en papel  de director de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho. insiste ante sus músicos  en la importancia del atinado despliegue de las notas, los ritmos que ha de marcar la Fuga con Pajarillo, en sus ocho minutos y treinta segundos de ejecución, no ya en la sala de ensayos sino en el escenario de la Sala Jose Felix Rivas del Teatro Teresa Carreño, donde a continuación la estarán interpretando.
          Esta obra musical de Aldemaro Romero es tan particular y tan única como las raíces de este compositor y las características peculiares de su música.
          En efecto, Aldemaro Romero  es único como lo es su ciudad natal, Valencia.  Una ciudad que trato de absorber al General José Antonio Páez en su época cimera y cuando no pudo, cuando el héroe tocó la diana definitiva hacia la capital de la república, puso en el comportamiento del Dr. Miguel Peña, hijo preclaro de esta bella ciudad y uno de los más importantes colaboradores del general, la actitud del gato que acompaña a su amo hasta el umbral de su morada ==es decir, te quiero mucho pero mas quiero mi casa==. Valencia, que entre los avatares de las guerras civiles del siglo pasado supo transitar casi incólume preservando su idiosincrasia, algo arisca y conservadora, donde se hablan lenguas universales junto a dialectos regionales que le proporcionan una peculiar coloratura, manifestación que mejor se grafica en el laborioso enjambre que hace florecer empresas y comercios diversos y destaca sus particularidades de ciudad industrial primogénita y más importante de Venezuela.
            Así como ciudad natal es unica, tambien  Aldemaro Romero lo es en el panorama musical venezolano: no se le puede catalogar aunque haya brillado en todos, sino que ha crecido, se ha desarrollado lo suficiente dentro del mundo de la composición y la ejecución, quemando etapas, dejando una estela de éxitos en cada una de ellas, hasta culminar en la música académica donde ==por lo menos en las últimas tres décadas== ha producido obras que han marcado hitos en el panorama musical del país... Aún más, analizando el movimiento musical del siglo veinte venezolano, a  Aldemaro Romero se puede ubicar dentro de una escuela o corriente específica: no es prenacionalista pues su obra musical no se desarrolla el siglo XIX; tampoco es miembro de la escuela nacionalista que condujera el maestro Vicente Emilio Sojo. pues nunca fue alumno de este (como sí lo fueron Antonio Estévez, Inocente Carreño, etc,), mucho menos de la corriente musical contemporánea de nuestros días donde si aparecen Federico Ruiz, Luis Morales Bance, Juan Carlos Nunez, Alfonzo Erneiro, etc. pues Aldemaro Romero aparece mucho antes de esta camada de músicos académicos nuestros, por lo arribamos a la inevitable conclusión de que es único, pues es un músico autodidacta que no tiene otra ubicación que la que le ha asignado su variada producción musical.
            Es indudable que el contrapunteo persistente de la Fuga con Pajarillo es la mejor manera de ubicar a este importante músico venezolano pues tiene de música  folklórica y de la popular y se asimila con facilidad a la música academia el país. Eso es Aldemaro Romero, un ritmo en fuga de la música nativa, una esencia viva con rasgos bien definidos de estos tres estratos musicales que se hallan tan claramente marcados en las diversas obra en que ha expresado su genio musical.


























































































    

martes, 6 de noviembre de 2018

El vals criollo y musicos extranjeros

     


          Oriundo de Viena y de la Europa Central, donde apareció en la segunda parte del siglo XVIII, el vals llega a América a principios del siglo XIX pero se desconoce la fecha en que fue introducido en Venezuela. Sin embargo, a través de una lenta transformación en nuestros predios, el vals se le fue agregando una riqueza rítmica criolla desconocida en Europa, lo cualse debió a la labor anónima  músicos criollos que al adoptar el vals fueron "incorporando diseños rítmicos del joropo, elementos del 6 x 8 de algunos bailes españoles o nativos... y toda una serie abundante de síncopas de origen tal vez africano y no sabemos si también ... de fuentes indígenas" (José A. Calcaño, "La ciudad y su música", Monte Avila Ed., Caracas, 1985).  Esta rica amalgama de ritmos y giros fue produciéndose a partir de la segunda mitad del siglo XIX y cuando Antonio Guzmán  blanco asume el poder ya el vals predomina en el movimiento musical del país.
          Para el año del primer centenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar (1883), el vals criollo fue referido por el músico don Salvador Llamosas, en un escrito de la revista de música y literatura "Lira Venezolana", de la siguiente manera: de las dos partes del vals, según el modelo europeo, la primera "escrita ordinariamente en el modo menor, es melancólica y pausada, la melodía ondula suavemente, llena de voluptuoso abandono. Mas, al comenzar la segunda, el ritmo se aviva y enardece, y hace su estallido el entusiasmo y centellea los rasgados ojos de la morena que vuelve su airoso talle en vertiginosos giros y luce sus gallardos movimientos al compás de aquella música aldorosa y apasionada. Viene después la tercera parte a atemperar tales transportes de alegría, a establecer una especie de diálogo, festivo y galante, aunque de ordinarío consta nuestro valse de dos partes." En ningún país hispanoamericano "alcanzó tanto auge el vals ni llegó a tan noble majestad expresiva como en Venezuela a partir de la segunda mitad del siglo XIX... Como música de baile en los salones, comenzó a rivalizar con la contradanza y otros bailes de figuras hasta que los destronó definitivamente.  En sus formas danzarias ha producido compsitores que nada tienen que envidiar al mejor Strauss; en sus formas concertantes ha dado composiciones que habrían fascinado a un Chopin.  Todos estos valores estéticos han destacado al vals venezolano --llamado precisamente "vals grande" por su alta jerarquía musical--.  Todos estos atrbutos se encuentran en el vals "Geranio", obra maestra del compositor  venezolano Pedro Elias Gutiérrez, el cual ha sido cosagrado en la tradición caraqueña como nuestro vals por excelencia."(Véase CARACAS 400 AÑOS. Música Popular, Volumen I, Ediciones Círculo Musical, Caracas, 1967).
          Como un enriquecimiento adicional del vals, existe el aporte de músicos extranjeros que gustaron de nuestro medio y en su mayoría se enraizaron en el mismo.  En la época de Guzmán Blanco, el maestro italiano Gallignani, que se había enamorado de la bella ciudad avileña, compuso "La Perica", uno de los pocos joropos caraqueños. Es un joropo peculiar, pues tiene mucho de tarantela (baile napolitano de movimiento muy vivo al compás 6 x 8). Pese a su antiguedad "La Perica" aún se escucha en la radio venezolana. Otro maestro napolitano aclimatado en Caracas fue Ernesto Magliano, quien compuso en un ritmo tango-merengue "Chupa tu mamey", el cual se popularizó mucho en el país.
          Dos músicos trinitarios vinieron a Caracas en 1930, Lionel Belasco y Edmundo Ross.  Según Aldemaro Romero, Belasco revivió al vals venezolano, que inicialmente tenía ocho partes imitativas del vals vienés y él lo convirtió en  un vals urbano de tres partes, más pegajoso, más fácil de retener, mucho más criollo. Belasco también compuso los valses "Miraflores", "San José", "Juliana" y "Luna de Maracaibo". Según el mismo Romero, Belasco creó el cuarteto básico criollo, el cual constaba de piano, clarinete, cuatro y bajo. Este esquema fue posteriormente imitado y popularizdo por el "Cuarteto Caraquita". Romero conoció a Belasco en 1955, cuando visitó de nuevo la ciudad: "era un hombre alto, aprox. 1,75 mts., de pelo blanco. Pese a los muchos años que vivió en Venezuela, hablaba muy mal el castellano". Belasco fue el primero que jazzeó (improvisó) la música venezolana, cuestión que no se acostumbraba en el país: primero, exponía el tema musical en el piano, cuando repetía la primera parte lo hacía con variaciones, es decir, jazzeaba la música. En cuanto a Edmundo Ross, sería escogido como primer timpanista de la Orquesta Sinfónica Venezuela y posteriormente se residenciaría en Londres y se haría famoso con su orquesta de música instrumental. Romero lo visitaría años después y constataría el cariño que aún sentía por Caracas.
          Por último, los peruanos Miller y Blakut, músicos de la Orquesta "El Maño", que visitaron la capital en época del dictador Gómez, le compusieron a Caracas el vals "Rosa Gentil".



viernes, 2 de noviembre de 2018

Los ciclos del hombre -- II




          Continuando con el tema, pasemos a referirnos a las etapas de madurez y la ancianidad en los ciclos de la vida del hombre. Como el nombre lo indica, la etapa de madurez es signo de refexión en el ser humano.  Es como si éste se sentara a reflexionar sobre lo que ha realizado hasta ese momento en su vida para luego continuar con lo bien hecho y descartar lo mal hecho y corregir o enderezar lo que merece corrección. ¿Cuántos de nosotros lo hace al llegar a esta etapa? Yo creo que la mayoría hace la reflexión. Ahora bien, que corrigan o no depende mucho del criterio de cada quien y de las circunstancias que rodean el asunto en cuestión pues muchas veces las decisiones deben ser tomadas independientemente de las consecuencias que acarrea. 
          En todo caso, muchos consideran a la madurez como el momento en quue se deben hacer cosas que a la larga deben ser definitivas en la vida. Un amigo mío que había llegado a los 35 años y acababa de casarse, creía firmemente que al hacerlo había entrado en la edad de la madurez, pues había puesto fin a las francachelas, a los amoríos, a los días de fiesta que comenzaban un viernes en la noche y a veces (no siempre, me juró) terminaban un lunes en la madrugada, que había puesto fin a los constantes amoríos que, afortunadamente, no habían dejado consecuencias. Al casarse, entraba en una etapa de sosiego, de reflexión, donde, según él, no realizaría ninguna de estas "irregularidades", que en adelante cada paso que daría sería meditado antes de ejecutarlo... Nos volvimos a encontrar luego de cumplir 50 años y respiraba satisfacción en sus actos: en el matrimonio había tenido 3 hijos y el menor acababa de cumplir 15 años, había sido fiel a su señora, en relación a sus negociones se sentía satisfecho y económicamente se hallaba tan estable que esaba planificando con su señora una serie de viajes anuales al exterior pues ya "podía darse el lujo de ausentarse" durante un mes de su negocio...
          Los triunfos que se obtienen en la madurez suelen ser más gratificantes y duraderos. Por ejemplo, Marlon Brando obtuvo su primer Oscar en su juventud,  "Nido de Ratas" ("On the Waterfront"). Su segundo Oscar lo ganó con "El Padrino" ("The Godfather"). El primer Oscar algunos lo recuerda por haber sido meritorio desde el punto de vista artístico, pero su hazaña en "El Padrino" fue tan extraordinaria que se considera como la mejor película del cinematógrafo hasta el presente y ha tenido tanta trascendencia que hoy, casi 50 años después, todavía se recuerda y se habla de su actuación. Tenía entonces alrededor de 65 años, se hallaba todavía en su madurez.  Con frecuencia esta pelicula se escenifica en la televisión y casi siempre con alta sintonía.
          El ejemplo citado del amigo es real y bastante común: si usted se pone a analizar las vidas de las personas que conocen que han columbrado los 50 años se encontrarán con ejemplos similares. Como diría mi abuelo, "Cada cabeza es un mundo" y yo completaría "En la variedad está el gusto" para destacar la cantidad de historias diferentes que podemos encontrar. Y es verdad. ¿Usted se imagina  lo aburrido que sería el mundo si todos actuarían como el caso que acabo de citar?
          Y llegamos a la ancianidad, una etapa que puede ser muy satisfactoria y agradada pero también muy enfermiza. muy larga si uno permanece mucho tiempo enfermo y en cama o puede ser muy agradable si uno disfruta lo maravilloso que es cada día. Esta es una etapa de lavida que siempre se disfruta si el resto de la vida ha sido meritoria.  Pero hay que recordar que grandes hombres por sus méritos no llegaron a disfrutarla.  Simón Bolívar fue uno de ellos y murió antes de cumplir los 50 años. No sé en estos momentos de que edad murió Abraham Lincoln pero se hallaba en su madurez. Brando murió siendo anciano a los 80 años.
          Hay una canción de un cantante argentino (no, no recuerdo su nombre) que entituló "Mi Viejo". Tal vez vio a su padre caminar con lentitud por la acera de su calle. Recuerdo la canción porque le dice en alguna parte: ..."Ahora ya caminas lerdo, como perdonando al tiempo..." Eso en síntesis es la ancianidad. Atrás muy lejos quedaron los primeros pasos del niño, las carreras del muchacho, las ambiciones del joven, la mirada sopesada del hombre maduro y llegamos al lento caminar o de pasos arrastrados del anciano. Yo pienso que el anciano es una persona que esta constantemente recordando su pasado y algunas veces aspirando a cumplir alguna meta que en su manera de ver debe cumplir antes de irse de este mundo.
          Yo, como toda persona, tuve dos abuelas y dos abuelos. Mi abuela materna, la conocí, murió relativamente joven a los 62 años; mi abuela paterna  la vi morir. Quiso manejar la vida de mi padre pero éste no lo permitió. En ese momento comenzó a morir. Creo que murió a los 70 años.Mi abuelo paterno no lo conocí. Era un hacendado de la explotación del cacao en el oriente de Venezuela. En esos días los hacendados solían casarse varias veces. Él lo hizo dos veces. Mi padre era su hijo mayor del segundo matrimonio.
          En fin, la ancianidad es la etapa final, la despedida de este mundo. ¿Usted cree que al morir va a otro mundo? Yo no. Por eso pienso disfrutar esta vida lo más que pueda ...

jueves, 1 de noviembre de 2018

Los ciclos del hombre -- I




          Casi siempre cuando converso con mis amigos salen a relucir reminiscencias sobre la infancia o la juventud que, con el paso del tiempo se convierten en recuerdos felices.  Todos tenemos la tendencia a recordar los momentos felices que hemos tenido en nuestras vidas o a poco memorar los que se convierten en nuestras pequeñas grandes tragedias.  ¿Cuantos son los ciclos de la vida de un hombre? Todos los que queramos imaginar o querer referir. Por lo general son: infancia, juventud, madurez y ancianidad.
          De todas, quizás la más querida o por lo menos la más recordada con afecto es la infancia, tal vez porque en ella predomina la inocencia y donde mostramos más apego a nuestros padres.  El proceso del desapego de la infancia es importante, es decir, el irse poco a poco separando de la infuencia de nuestros padres, de irse distanciando de su regazo hasta lograrlo es el fin de la infancia.  Para muchos este es un proceso largo, para otros relativamente largo (que es patrón más común) o corto o muy corto o muy corto (qu es el menos común) o los que no  la tuvieron porque los padres por alguna causa se marcharon.
          Lo más agradable de la infancia es la ingenuidad, la ausencia de malicia que uno tiene ante todo lo que sucede, o al presumir siempre la bueno ante un suceso cualquiera. Dicen que aquellas personas que recuerdan muchos momentos felices de su infancia casi siempre disfrutan de una vida plena porque pudieroon disfrutar por completo de su infancia.  Tambien se comenta que los que no tuvieron una infancia feliz tampoco llegan a ser felices el resto de su vida. ¿Hasta cuando dura la infancia? Eso depende del curso de la vida (azaroso, problemático, agradable, satisfactorio, etc,) de cada persona. Pero casi siempre el que tiene una infancia feliz no suele enfrentar grandes traumas el resto de su vida.
          La conexión entre la infancia y la juventud es la adolescencia (que suele tener rasgos y actividades de una y de la otra), que puede ser simple o complicada todo depende de cada persona o de su medio ambiente.
          La juventud  es considerado como el ciclo más importnte de la vida de un hombre por muchas razones, entre otras, por ser la estación donde el ser humano llega al máximo de sus posibilidades  físicas y mentales. Pero este criterio, pese a ser cierto, tiene sus bemoles: hay personas, como  J. F. Kennedy, que en el comienzo de su madurez tuvo el máximo de su potencialidad mental.  Se dice que los atletas -y los deportistas llegan a exponer su juventud al máximo. Esto es realmente cierto y hay deportes, como el tenis y el beisbol, donde los deportistas profesionales llegan a obtener sus mayores triunfos durante esta etapa vital. Pero en toda regla hay excepciones, pero esto no quiere decir la la juventud puede alargarse sino que los actos que se realizan en la juventud sus consecuencias pueden prolongarse más allá del periodo asignado a la misma. Por lo demás es muy satisfactoria esta etapa pues el ser humano se siente muy poseido de sus facultades y de sus logros, como César y Napoleón quienes realizaron sus mejores hazañas durante el transcurso de ella.  El ser humano, en la juventud, se siente tan poseido de su capacidad que puede dominar al mundo. Pero también, por esta creencia, hay personas que cometen los errores más graves. Napoleón creyó que podía dominar a Rusia pero jamás pensó que el crudo invierno ruso lo derrotaría. Sin ir muy lejos es en la juventud cuando solemos cometer errores que a veces lamentamos el resto de nuestros días.
          A los jóvenes les dejo este aserto para que piensen bien sus decisiones antes de tomarlas.

sábado, 27 de octubre de 2018

U N A B A L A C E R A I N N E C E S A R I A


           

                                    U N A   B A L A C E R A   I N N E C E S A R I A

Cuando Roberto abrió la puerta de su casa sintió el silencio como si mostraba la acción misteriosa de una inesperada celada, de allí su indecisión de penetrar en ella.  Pero debía salir, ir a la farmacia cercana a comprar la medicina para la madre que había pasado una noche atroz tosiendo constantemente.  Se sentía algo cansado pues escasamente pudo dormir atendiendo a su madre, sobándole el pecho pues pensaba que al hacerlo la ayudaría a superar la crisis.  En efecto, ella se calmaba un poco y pasaba cierto tiempo respirando normalmente pero luego volvía al ajetreo de la tos constante.  Lo mismo sucedía cuando tomaba un poco de agua.  –Es como si tuviera algo en la garganta que me pica y me obliga a toser para sacarlo de allí –le comentó al hijo con voz algo agónica.  El comprendió su sufrimiento y lamentó que nada podía hacer para auxiliarla.
--Cuando amanezca iré a la botica y le explicaré al encargado; tal vez él sepa de algo que te pueda aliviar.  Si es así, te lo traeré –fue su comentario consolador.
            Ahora se hallaba caminando sobre la acera de la calle hacia la farmacia más próxima en busca del medicamento.  Recordó que, durante la noche, mientras atendía a su madre, notó el agite acostumbrado de las calles del barrio: los disparos entre las bandas de malandros que se peleaban entre sí buscando el predominio en la zona.  En ocasiones la balacera se prolongaba y continuaba en la mañana (¿Qué hora era será? ¿Tal vez las seis y media o las siete? No lo sabía pues no usaba reloj pulsera).  El silencio que envolvía a la calle en ese momento de su desplazamiento lo exaltaba lo suficiente hasta sentirlo tétrico.
            Llegó a la esquina y mientras cruzaba la calle, empezó un tiroteo.  Él se desesperó al sentir que, cada vez más que el silbido de las balas se acercaba al sitio donde se encontraba.  Afortunadamente llegó ileso al subir a la otra acera y, desesperado, buscó la protección de la carrasposa pared y deslizó su cuerpo sobre ella como si, al llegar al filo de la esquina y cruzar, lograba la protección de las balas que anhelaba. Al hacerlo, se excitó más cuando una bala se incrustó en la pared a escasos centímetros de su cabeza.  Roberto se asustó tanto al sentir el impacto de la bala que la presencia del pánico estuvo a punto de producirle una conducta irracional.  No sabe cómo se contuvo y no corrió.  Prefirió continuar arrastrándose sobre la áspera pared en su camino hacia la farmacia, que se hallaba en la próxima esquina, un deslizamiento que le trasmitía cierta confianza y un mínimo de seguridad en su avance.
            Fue cuando lo vio.  Desesperado, como él, por los disparos, el chico (no tendría más de doce años), ubicado en la acera opuesta, decidió correr el riesgo y corrió al cruzar la calle buscando la protección del otro lado o tal vez buscando su compañía al verlo en la acera opuesta.  Entonces se produjo un cruce de disparos que lo detuvo: su cuerpo se tambaleó al sentir los impactos.  Desesperado, el chico intentó proseguir en su lance pero otro disparo (o disparos: Roberto no podía asegurarlo con precisión) detuvo su carrera por completo y se desplomó en el medio de la calle, temblando.  Luego cesó el temblor mientras el cuerpo yacía en el pavimento.
            Roberto detuvo su deslizamiento a lo largo de la pared por breve tiempo.  Sintió angustia al observar la escena.  Su primer impulso fue correr y auxiliar al chico.  Un acto irracional, dadas las circunstancias, pero instintivo pues había que ayudar al caído.  Se detuvo a tiempo.  Mejor dicho: lo detuvo el sonido de una proliferación de balas que en ese instante cruzó la calle.  Contempló con sincero dolor el cuerpo inmóvil sobre el suelo frio de la calle y luego decidió continuar su deslizamiento sobre la correosa pared de la edificación.
            Momentos después, cuando se hallaba a diez metros de la farmacia que se encontraba en plena esquina, cesaron por completo los disparos. Al llegar observó que las puertas del expendio de medicinas estaban cerradas pero, antes de deplorarlo, observó luz en su interior y que había un postigo abierto para atender al público.  Fue cuando Roberto tuvo la certeza de que los disparos habían cesado.  Él le estuvo explicando al farmaceuta los síntomas de la enfermedad de su madre y cuando el otro dio muestras de haberlo entendido, le pidió que le recetara una medicina que le aliviara o eliminara la tos.  El farmaceuta fue bastante claro con Roberto al indicarle que el remedio que le entregaba sólo serviría como calmante pero que su madre debía acudir un médico.
            Roberto asintió, pagó y dio las gracias.  Con la rapidez que su andar le permitía retornó a su hogar.  Así mismo transmitió a su madre las instrucciones recibidas sobre la toma del remedio y cuidó de que ella actuara acorde con las mismas y le resaltó la importancia de que luego acudiera al médico.  Ella asintió.  La medicina produjo el efecto deseado pues, días después la tos desapareció por completo.  Tanto, que la madre decidió no acudir a la consulta médica…
            Al pasar por el lugar donde había caído el chico, Roberto vio una aglomeración de gente y luego la llegada de la ambulancia.  Observó con tristeza e impotencia cuando su cuerpo, sobre una camilla, era introducido en el vehículo. Él vio el uso de la ambulancia como algo innecesario pues estaba convencido de que el adolescente ya estaba muerto cuando cayó sobre el pavimento de la calle.  Sin embargo, no lo parecía y creyó, esperanzado, que estaba aún vivo.  No obstante, reflexionando sobre la escena que había presenciado, llegó a la conclusión de que él no se había equivocado y que tal vez los paramédicos habían recogido el cadáver que luego llevarían a la morgue…
            Poco después el vehículo salía disparado del lugar.  Minutos más tarde, escuchando el ulular de la ambulancia, la gente, sin dejar de comentar sobre lo sucedido en la calle, comenzó a disgregarse hasta que la vía quedó callada, alterándose ocasionalmente por la presencia de uno que otro vehículo….


viernes, 26 de octubre de 2018

La Tentativa de Gual y España




          La primera tentativa de independizar a Venezuela del dominio del Reino Español fue organizada por dos mantuanos criollos que vivían en el puerto de La Guaira: Manuel Gual y José Maria España, considerados como los primeros precursores de la independencia del país. Fracasaron en su intento pero de cierta manera instauraron en la población el deseo de  ser libres.
          En 1796 llegaron a  La Guaira procedentes  de España algunos prisioneros políticos condenados a cadena perpetua por fomentar en la península ibérica ideas anti-monarquistas y reformas políticas inspiradas en el modelo revolucionario francés.  Tanto Gual como España, que vivían en ese puerto, tienen contactos con ellos y los ayudan a fugarse en 1797 a las Antillas. Inspirados por las ideas de estos políticos, organizan la conspiración contra el gobierno colonial que mandaba en Caracas pero al ser delatados tienen que huir del pais.
          Ambos instigadores provenían de la clase media de la sociedad imperante, poseían una amplia cultura y dominaban tanto el inglés como el francés. José María España  había estudiado en Barona, Francia. Su padre tenía una hacienda en Naiguatá y a su muerte se encargó de regentarla. En 1793 es nombrado Justicia Mayor de Macuto por el Capitán General de Venezuela, Pedro Carbonell. Por su parte Manuel Gual, cuando toma cuerpo la conspiración, diseña la bandera que abrían de utilizar y elabora un plan general militar y político. El 4 de junio, luego de ayudar a los españoles prisioneros a fugarse y preparándose en su propia conspiración, son delatados el 15 de julio del mismo año y también tienen que huir a las Antillas y finalmente se establecen en Trinidad. Gual intentó persuadir a España de que no regresara a Venezuela pero nada logra. Él permanece en esa isla realizando labores conspirativas.
          En 1799 España regresa a Venezuela y entra clandestinamente por Barcelona.  De allí pasa a La Guaira y se esconde en la casa del sastre mulato Félix Farfán. Luego se esconde en su propia casa pero es delatado por su esclavo Rafael España, quien fue luego manumitido por las autoridades españolas con una pensión vitalicia de 300 pesos anuales y autorizado a usar una medalla con efigie de Carlos IV.  Capturado España es trasladado junto con su esposa a Caracas donde son sometidos a   juicio. La esposa es condenada a cinco años de prision. España es sentenciado a morir en la horca.  La sentencia se cumplió en la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar) y su cadáver es descuartizado y exhibido en distintos sitios de la ciudad. En 1811 su memoria es reinvidicada por la Junta Patriótica al exhibir su retrato en 19-4-1811 en las paredes del local donde funcionaba, se libertó a su viuda y se le concedió una pensión de por vida. El 14 de julio de ese mismo año, sus hijos izaron la bandera cuando se juró la independencia.
          Gual. que había permanecido en Trinidad, logró por un tiempo la protección del gobernador de la isla, Thomas Picton. Puesto en conocimiento de las actividades conspirativas de Francisco de Miranda, le escribe animándolo y dándole noticias de su propia gestión. Miranda le contesta y le envía ejemplares de la "Carta a los españoles-americanos" de Juan Pablo Viscardo, el más importante documento inicial de la propaganda revolucionaria hispanoamericana, a juicio de Mariano Picón Salas ("Miranda", Buenos Aires, Ed. Losada, 1946).  También lo previene contra el gobernador Picton, quien luego obstaculozaría sus actividades conspirativas. Gual murió envenenado por un agente español, un tal Valecillos, en Oruña, Trinidad, el 25-10 1800.
          El proyecto conspirativo de Gual y España tenía como objetivos libertar a los esclavos negros, la eliminación del sistema de castas, la instauración de una república moderna, con sus poderes bien delimitados, el libre comercio y amplias libertades cívicas para todos.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Miguel José Sanz ..-- Semblanza





          Entre las víctimas republicanas que pereciern en la célebre batalla de Urica, donde José Tomás Boves derrotó a las tropas patrioticas en esa sabana del hoy Estado Monagas, se cuenta la del  idiólogo venezolano Miguel José Sanz, el 5 de diciembre de 1814. Había nacido en la ciudad de Valencia, Venezuela. en 1756 y se había graduado de Licenciado en Leyes en 1778 en Caracas, capital de la entonces Capitanía General de Venezuela.  El mismo año en que se fundó la Real Audiencia de Caracas, 1786, el Licenciado Sanz se unió en matrimonio con Alejandra Fernández Andrade. Sanz fue nombrado Relator de la Real Audiencia ese mismo año. También fue uno de los fundadores del Colegio de Abogados de Caracas del cual llegó a ser su secretario. Además se cuenta entre uno de los propulsores de la Academia del Derecho  Público y Español en 1790. Fue miembro del Real Consulado de Caracas desde 1793 y durante el lapso 1800 y 1802 cuando redacta las Ordenanzas para el gobierno y la policía de la ciudad de Santiago de León de Caracas (Lamentablemente del texto de las mismas sólo se ha conservado la parte relativa a la educación de los policías).
          En esa época eran frecuentes los litigios entre las grandes familias caraqueñas y Sanz perdió un litigio con la familia del Marqués del Toro, la más poderosa del valle caraqueño, y fue expulsado a Puerto Rico, de donde regresó cuando fueron depuestas las autoridades españolas en 1810.
          El Licenciado Sanz se asoció con Jose Domingo Díaz y fundó y participó en la redacción del Semanario de Caracas donde se encargó de la sección política.  En 1811 actúa como Secretario del Congreso de Venezuela y luego se encargó de la Secretaría de Guerray Marina del primer gobierno patriota. Fue amigo de Francisco de Miranda y partidario decisivo de la independencia de Venezuela, desempeñó en 1912 la presidencia de la Cámara Provincial de Caracas y luego, a la caída de la Primera República fue hecho prisionero en Puerto Cabello por el General Domingo Monteverde pero en 1813 recobra su libertad.
          Al llegar a Caracas triunfante en 1813, como consecuencia de la Campaña Admirable, Simón Bolívar lo encarga de la revisión jurídica del proyecto de gobierno redactado por Francisco Javier Ustáriz.  Pero no tuvo tiempo de completar dicha revisión ante la inminente invasión de Caracas por el sanguinario General Bóvez. En 1814 Bolívar organiza y dirige la Emigración a Oriente en Caracas y con él parten muchas familias caraqueñas huyéndole al sanguinario Bóvez que se acercaba a la capital. Sanz parte en ese grupo y luego se dirige a Margarita donde José Félix Ribas lo nombra Consejero de Guerra. Ese mismo año parte con las tropas patriotas a Tierra Firme y en diciembre actúa y muere en la batalla de Urica. Luego se comentó que en esta batalla también se perdió el manuscrito de un libro que el Licenciado Sanz estaba escribiendo sobre Historia de Venezuela. El viajero francés Francisco Depons llamó a Sanz "El Licurgo Venezolano" en su libro "Viaje a la parte oriental de Tierra Firme".  De todos sus escritos, a consecuencias de los abatares de la guerra, apenas se conserva las Ordenanzas de instrucción pública que hizo en Caracas.
          Las ideas económicas, sociales y morales de Sanz del Seminario de Caracas fueron estudiadas por Edgar Rodríguez Leal y aparecen en los tomos I y II del "Anuario del Instituto de Antropología e Historia " de la Universidad Central de Venezuela, 1965. Estos escritos nos muestran a Sanz identificado con los intereses de la clase dirigente de los venezolanos de su época, en especial relaciondo con los hacendados criollos.

sábado, 20 de octubre de 2018

El diapasón de los chaguaramos - cuento





          El hombre se sentó, colocó el revólver sobre la mesa y la cacha brilló con el resplandor del sol de la mañana.  Mostraba en el rostro el cansancio del largo camino.  También la satisfacción de haber llegado.  Trigueño, exhibía una barba de varios días, ojos escrutadores, frente ancha y pelo negro.  Las estrías alrededorde los ojos, las fuertes líneas que resaltaban los pómulos y la nariz arrugada delataban el paso del tiempo.  Era el único cliente del establecimiento.  Pidió un ron.
--Busco a Rigoberto Flores.  Me dijeron que era muy conocido aquí en Guayana --dijo al mesonero que se acercaba con la bebida a su mesa.
--Mala cosa esa --le respondió Cheché, el mesonero, algo temeroso, mirando el arma.
--¿Por qué? ¿Por qué Rigoberto Flores es un hombre peligroso? ¿Quién que trabaja con drogas nolo es? --continuó el frastero ávido de establcer conversación.
          Tiempo atrás, mientras mantenía el cordón umbilical que lo unía a Nivaldo, Cheché visitaba al pueblo con frecuencia.  Pero últimamente cambió de parecer no sólo porque había logrado establecerse definitivamente en las inmediaciones de San Félix sino también porque había visto con alarma como el tráfico de la droga colombiana se había apoderado de Nivaldo.  Terminó por convencer a la familia y se la trajo a Guayana.
          Ahora recordaba con precisión.  No sabía el nombre del visitante pero si que era uno de los "ricos" de Nivaldo. Sonrió mientras continuaba su camino hacia la mesa donde se hallaba el forastero.  Recordó que el comercio del pueblo, mucho después de la diáspora que originó su estancamiento, cuando muchas de sus familias acomodadas partieron hacia otras ciudades del país, se había perfilado dos tipos de comerciantes prósperos: los que surgían de familias italianas establecidas en Nivaldo (emigrantes del principio del siglo XX) o de aquellos campesinos que habían hecho fortuna en la explotación del cacao y que, como consecuncia de una evolución lógica, se habían trasladado al pueblo para cimentar o ampliar su riqueza. Con la ironía que lo caracteriza, la gente de Nivaldo los identificó como "rico emigrante" o "rico campestre" sin dejar de mostrar respeto por sus ejecutorias.  El visitante era un rico campestre.
--Viene de lejos el amigo --comentó el mesonero intentando mantener la conversación.
--De Nivaldo, en la costa norte de Sucre. Un pueblo de emociones sencillas que últimamente los traficantes de la droga han perturbado --comentó el viajero con cierta tristeza --Vengo de una calle, la calle Zea, donde sus chaguaramos la alegran a toda hora del día, en todo tiempo --evocó con gesto dulce en el rostro, el único gesto dulce que mostró mientras estuvo en el lugar: sus ojos veían a los chaguaramos, alineados en la isleta de la calle, pregonando su libertad al viento.
--Conozco al pueblo. Hace tiempo que no voy por esos lares --dijo el mesonero. Habló con precaución al asaltarlo la premonición de que era mejor no mencionar su procedencia pues ello daría lugar a un nexo que podría ser peligroso, dadas las circunstancias, para el visitante o para él. Procedió a tomar el vaso con la bebida de la bandeja y quedó en suspenso unos segundos (el brazo quieto, la mirada soñadora) luego de escuchar su propia evocación. Después colocó el vaso sobre la mesa.
          Cheché había conocido a Rigoberto en Puerto Ordaz, Sabía de sus andanzas con traficantes de la droga al servir de intermediario en Puerto La Cruz y la costa de Paria. Allí había hecho su fortuna, particularmente en Paria donde estableció un  puente por mar, via Trinidad, haciaEuropa.  Ello lo obligó a fijar una residencia temporal en Nivaldo y a relacionarse con el comercio local como distribuidor de productos alimenticios procedentes del centro del país.
Cheché recordó cuando estableció aquel restaurant, en la carretera San Félix-Upata con un socio. Al principio les fue bien. Luego el negocio comenzó a tambalear por evidente mala administración. Decidió quedarse solo, invirtió todos sus ahorros y compró la parte del socio. Pero el restaurant sólo tenía vida los fines de semana.  Entonces observó qu predominaban durante la semana los parroquianos interesados en ingerir licor. Como tenía la patente correspondiente, cambió la naturaleza del negocio y lo convirtió en una taberna de paso. No obstante, el negocio continuó dando pérdidas. Fue cuando apareció Rigoberto: estaba interesado en establecerse en Guayana para ampliar su actividad legal (Era su intención aunque no la pregonaba a los cuatro vientos). Le propuso comprarle la taberna a Cheché.  Éste se vio ante un dilema. El negocio era la inversión de sus ahorros luego de trabajar años en la empresa minera de Ciudad Piar con la intención de lograr el sueño de su vida: un negocio propio. No obstante las cosas no habían salido como  él lo imaginara y estaba a punto de quedar en la ruina. Rigoberto le propuso comprar la taberna con la condición de que él, Rigoberto fuera el tabernero y Cheché atendiera a los clientes y manejara el negocio cuando Rigoberto no se hallaba en el lugar. Luego de pensarlo mucho, Cheché decidió vender. Depositó el dinero de la venta en un banco y se fijó la disposición de mantenerse en el trabajo mientras no peligrara su vida. Rigoberto continuó en sus andanzas: se ausentaba solo o con algún miembro de su grupo por varios días y luego aparecía en la taberna sin ningún comentario, como si nada hubiese sucedido. Construyó una casa cerca de la taberna donde vivía con sus acólitos. Así estaban las cosas cuando se presentó el forastero.
--He atado cabos y sé que Rigoberto y yo tenemos una cuenta que saldar. --comentó el visitante y manoseó el revólver (frio y deslumbrante sobre el mantel de hule) para ilustrar la intención de sus palabras.
          El tabernero, escudado tras unos Ray-ban oscuros, escuchó en silencio el alegato del forastero mientras escrutaba con discernimiento el rostro del cliente y buscaba en su memoria dónde y cómo se habían visto, si acaso ello sucedió.
          Rigoberto provenía del Táchira donde se relacionaba con otros traficantes de Colombia y Perú. En una ocasión tuvo que huir cuando una operación delictiva fue delatada. Este incidente le enseñó a ser precabido y a planificar mejor sus pasos. Rigobeto a Oriente como parte de un plan elaborado en San Cristóbal que establecía a Puerto La Cruz como centro de operaciones para sacar la droga hacia Europa. Recordó sus andanzas por Paria. Había organizado todo un procedimiento para trasladar la droga desde Puerto La Cruz hasta Marianacario, una playa al lado de Nivaldo y desde allí hasta Trinidad. A dicha playa llegaban de noche lanchas rápidas de los traficantes, dejaban los alijos de droga y, de inmediato, regresaban a Puerto La Cruz. Rigoberto y su grupo armaron una rústica cabaña, cerca de la playa, donde almacenaron los alijos. Al sitio lo vigilaban constantemente. Para evitar complicaciones no tenían contacto con los campesinos de las inmediaciones.  Dsde allí, una vez a la semana,preferentemente durante la noche, partía la droga, en lanchas rápidas hasta un lugar, también camuflajeado, cerca de Puerto España. La movilización se hacía con tanta eficiencia que sólo en una ocasión y en alta mar, las barcas ilegales fueron detectadas por las rápidas de la Guardia Nacional pero lograron escapar mar adentro.  Al saberlo, Rigoberto se puso muy nervioso e informó a sus socios en Puerto La Cruz que era necesario suspender temporalmente los traslados. Los socios aceptaron pero propusieron, como medida de diversión, que tratara de distribuir la droga que quedaba en Nivaldo. Rigoberto aceptó.
--Tenga cuidado el amigo pues ese hombre siempre anda con guardaespaldas salvo cuando se encuentra en su negocio. Entonces se halla solo pero lo protege un arsenal. Además, es certero en el disparo. Eso dicen --Cheché construía un engranaje de insinuaciones con miras a impedir una posible tragedia.
--Yo también lo soy --respondió el visitante con gallardía. pero también con pleno conocimiento de causa. Luego, utilizando una pronunciación cultivada y un lenguaje que insinuaba la posesión de de cierto nivel educativo, concluyó-- Entiendo que el negocio de lasdrogras suele producir esa defensa pretoriana que usted menciona pero no es otra cosa quela manera de expresar el miedo que él deriva de las consecuencias de sus actos.
--Precaución, algunos le dicen --insistió el camarero como un esfuerzo más para evitar la confrontación. Luego se sintió mal al percatarse que, de repente, la temperatura subía en el lugar.
--Usted le pone el rótulo que más le convenga, amigo --sonrió el visitante sin ánimo de controversia-- pero la verdad es que ello no esconde la realidad --después, mostrando en su rostro el cansancio del viaje, solicitó-- Tráigame otro trago, por favor.
          Fue cuando el tabernero lo precisó. Lo había conocido en Nivaldo, en una de las tantas transacciones de productos alimenticios que él traía al pueblo. Había admirado su corrección tanto en las compras al mayor como en la venta al detal de diversos productos. Tenía un hijo, un tarambana, que era su debilidad. El joven no había terminado el bachillerato y aunque ayudaba al padre en el negocio, sólo se preocupaba por las fiestas y los amorios. Formaba parte de la patota de jóvenes que, en vehículos de doble tracción al pueblo de noche, en especial los fines de semana cuando despegaban de la vuelta del cementerio o de la boca del pueblo y recalaban en las inmediaciones de la Plaza Bolívar; los frenos y los gritos los delataban: cruzaban con alta velocidad las estrechas calles del pueblo y luego penetraban en la Avenida Bermúdez con velocidad temeraria y el largo frenazo salpicado de gritos y ebrias risas los detenian frente a la Plaza Sucre o la playa. Rigoberto se enteró queel chico y su grupo consumían drogas. En una de las fiestas en que ambos coincidieron Rigoberto le propuso quese encargara de la dstribución de ladroga en el pueblo. Luego de cierta vacilación (¿acaso pensó en el peligro que corría o en su padre?), el joven aceptó.  Quizás vio la posibilidad de obtener buenas porciones de crack o marihuana para su consumo sin costo alguno, cuetión que hasta ese momento le costaba la erogación de mucho dinero y más de una discusión con su padre. Ahora la tendría a su disposición y hastaun beneficio económico lo cual lo llevaría a independisarse, su sueño dorado. El negocio prosperó por un tempo para Rigoberto y el joven. Masla venta de droga, particularmente de crack, estaba generando problemas en el pueblo y las autoridades (locales y nacionales) comenzaron a tomar medidas. Rigoberto decidió entonces retirarse cuando sucedió el incidente que originó la muerte del joven. En una fieta en que ambos coincdieron aquél, luego de una ddiscusión con la novia ingirió una sobredosis de crack y en plena fiesta comenzó a convulsionar. Rigoberto se retiró de la reunión y esa misma noche, al enterarse de la muerte del chico, abandonó Nivaldo.     
           El mesonero se trasadó al bar; sirvió la bebida solicitada sin dejar de observar con preocupación la actitud sigilosa y premeditada del tabernero. Veía el peligro que se avecinaba y algo le decía que su papel era evitar una posible trifulca en el lugar. Luego regresó, pensativo a la mesa donde se hallaba el cliente y depositó la bebida solicitada.  Los dos hombres, uno sentado saboreando su bebida y después parado para examinar mejor el lugar; el otro, caminando hacia elmostrdor, nervioso, con supreocupación incrementada-- percibieronla profusiónde luz mañanera que entraba por puertas y ventanas.
           Entonces todo sucedió con excesiva rapidez: sonó un disparo, luego otro y otro. ¿Un intercambio de disparos? ¿Quién llevó la mejor parte?, se preguntó el mesonero.  De seguidas sintió la pesadez de un cuerpoque caía, como alguien que se desploma sobre un parapeto--  breves momentos después que el visitante descubriera en el tabernero a Rigoberto Flores y que éste recordara la última vez que se vieron la noch del incidente en que el joven moría convulsionado por la droga mientras él trataba de alejarse del pueblo.
           El mesonero, ya con la decisión de retirarse de este tipo de trabajo, apenado por haber callado y haber fallado, había observado primero como el hombre se había desplomado sobre la mesa y luego el derrumbe del tabernero sobre el mostrador.