viernes, 30 de noviembre de 2018

Simón Rodriguez . Maestro de Simon Bolivar




          Uno de los genios más incomprendidos que produjo  Venezuela al final de su etapa colonial fue Simón Rodriguez. De humilde procedencia, nació en Caracas el 27 de octubre de 1771 y murió en San Nicolás de Amatope, Perú, en 1854. Filósofo,escritor, educador, Rodriguez fue un gran visionario cuando en sus escritos dijo "una revolución política descansa en una revolución económica" o el futuro de estas naciones está en poner atención en la colonización de los países con sus propios habitantes y educar, siempre educar.
          En 1791 el cabildo de Caracas lo nombró maestro de primaria y dos años más tarde le presentó su escrito "Estado actual de la escuela demostrado en seis reparos". Dicha investigación no fue tomada en cuenta y él renunció al cargo en 1793. En la casa donde vivía daba clases y educación al niño Simón Bolívar. En 1797 se produjo la conspiración de Gual y España y ese mismo año Simón Rodriguez se fue de Venezuela a la que regresaría jamás, por lo se supone que estaba comprometido en dicha conspiración.
          Se convirtió en un andariego. Visitó Jamaica, Estados Unidos, Londres y buena parte de las ciudades más importantes de Europa.  En Bayona, cuando empezó a identificarse como Samuel Robinson, conoce al mejicano Fray Servando Teresa de Mier y con él traduce al español el "Atala" de René de Chattaubriand que utilizaron en la escuela de español que regentaba en Paris. Allí lo encontraría Bolívar en 1906 y viajarían a Italia donde el caraqueño pronunciaría su célebre Juramento sobre el Monte Sacrro.
          En 1823 Simón Bolívar se encontraba en Perú y supo que su maestro se hallaba en Colombia. Le escribió al General Santander, que se hallaba encargado, debido a su ausencia de la presidencia de Colombia, y le recomendó a Rodriguez. En 1824 le volvió a recomendar a Santander y le escribió estas palabras: "Yo amo a ese hombre con locura. Fue mi maestro, mi compañero de viajes y es un genio, un portento de gracia y talento para el que lo sabe descubrir y apreciar. Es un maestro que enseña divirtiendo y un amanuense que da preceptos a su dictante. El es todo para mi. Cuando yo lo conocí valía infinito. Mucho debe haber cambiado para que yo me engañe".
          Para Rodríguez el nuevo orden republicano descansaba en la escuela por eso fundó en Bogotá la Casa de Industria Pública, en 
nuestro vocabulario actual, suerte de escuela técnica. Como no logró apoyo a su idea, se marchó hacia el sur. En Lima encontraría de nuevo a Bolívar quien lo nombraría Inspector General de Instrucción Pública y Beneficiencia. En Chiquisaca intenta poner en practica de nuevo su idea, pero el Mariscal Sucre no lo entiende y escribe al General Bolívar (1826):"Considero a don Samuel un hombre muy instruido, benéfico cual nadie, desinteresado hasta lo sumo y bueno por carácter y por sistema; pero lo considero también con una cabeza alborotada con ideas extravagantes y con una incapacidad para desempeñar el plan que él dice y que no sé cuál es..." No debe olvidarse que el Mariscal era ingenierio, hombre amante de los formulismos y de las prácticas burocráticas. Tal vez cansado de tanta incomprención, Rodriguez, alli conocido como Robinson, decidió renunciar al cargo al que había sido nombrado por Bolívar; "Yo no era un empleadillo adocenado de los que obstruyen las antecámaras: yo era el brazo derecho del Gobierno: yo era el hombre que usted había nombrado y recomendado en público repetidas veces: yo me habia ofrecido a concurrir con mis conocimientos y con mi persona a la creación de un Estado, no a someterme a formulillas, providencillas, ni decretillas, en fin yo no era ni Secretario, ni amanuense, ni Ministro, ni alguacil..."
           En Oruro, donde escribió esta renuncia, llegó a vivir muy pobre. Un día recibió la oferta de un cargo directivo en el colegio de Concepción, Chile. De esta ciudad parte a Valparaiso, donde lo encuentra el viajero francés Vandel-Heyl. Cuenta Vicente Lastarria que cierta vez sorprende a Andrés Bello como en un trance de llorar frente a un viejo calvo y mal vestido cuando en realidad se desternillaba de la risa ante lo que le contaba Simón Rodriguez de un banquete de Sucre.
           De nuevo su vida de andariego, donde pasa los últimos años de su vida. De nuevo el tránsito por los caminos: Tititaca, Azarango (donde lo encuentra otro visjero francés, Laurent saint-Cricq, como pulpero), Quito, Túquerres (Colombia), Latacunga y, por último, San Nicolás de Amotape. Algunas obras suyas las imprimió, otras las hacía circulan en manuscrito: "Sociedades americanas de 1828"; "Pródromo"(1828); "El Libertador del Mediodia de América y sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social" (1830); "Luces y virtudes  sociales"(1834); "Consejos de amigos dados al Colegio de Latacunga" (1851). Figuras como Arturo Uslar Prietri, que escribió una biografía sobre su vida, afirma que "durante su existencia, con la excepción de Bolívar, quizá nadie lo tomó en serio". Por último, el célebre escritor José Lezama Lima,
lo llamó "el gran escapado" en su ensayo "El romanticismo y el hecho americano".
























































miércoles, 28 de noviembre de 2018

UN PQETA DEL ESTADO SUCRE





             Uno de los estados de Venezuela relativamente pobres económicamente hablando es desde el punto de vista literario uno de los más ricos y destacados internacional y nacionalmente por la producción de bardos que con sus poemas o su producción literaria en general han destacado en el país y fuera de él.  Basta mencionar a Andrés Eloy Blanco, nacido en  Cumaná, la capital del Estado, y el poeta más renombrado del país y uno de los más conocidos del continente. Cumaná ha sido la cuna de otros poetas o literarios como  Ramos Sucre y últimamente el profesor y cuentista destacado Gustavo L. Carrera. Pero hay otros sitios del Estado Sucre, como Manicuare, que produjo el admirado Cruz Salmeron Acosta, ampliamente recordado en la Península de Araya que lo vio nacer en ese pueblo. En estos últimos tiempos el pueblo de Rio Caribe produjo dos literatos, uno de ellos, César Ramón Ramirez sorprendió a sus amigos y al Estado al producir la novela "La guerra de Las Leroux" y recientemente ha destacado con su producción de poemarios. El otro literario, Angel Marcano, es el autor de estos escritos,
          Nacido en Rio Caribe, César Ramirez se educó en en el centro del país. En Caracas, la capital, realizó su educación primaria y secundaria y luego en Maracay, capital del Estado Aragua, se graduó de Médico Veterinario en la Universidad Central de Venezuela. Su labor profesional la realizó en Cumaná casi en su totalidad. Ramirez sorprendió a todos sus amigos y familiares cuando produjo su famosa novela.  Si era sabido que era amante de la literatura no lo era como productor literario de allí la sorpresa que produjo  la aparición de "La guerra de Las Leroux". Sus amigos más intimos y algunos familiares insinúan que la novela es consecuencia de un despecho, bastante profundo ha debido ser para originar la novela, creo yo, en todo caso, ¡bienvenidos
sean los despechos como productor literario!!
           Sin embargo, la vena literaria de Ramirez esta resultando amplia y de cierta profundidad cuando últimamente ha destacado con la producción de poemarios.  Soy de los que creen que César es un poeta per se cuya naturaleza  se hallaba tan escondida en su interior que necesitó de la fortaleza de una crisis emocional tan profunda originada por un fracaso amatorio que motivó su aparición.  La prueba de esta aserción es que el bardo riocaribero ha producido desde entonces muchos poemarios tantos que ahora parece ser su forma de expresión literaria pues no han aparecido nuevas novelas.
          Una característica que posee este escritor es la de haberse consustanciado tanto con su pueblo que cuando estudiaba en la universidad sus compañeros de estudio lo bautizaron como "Riocaibe" (se supone que ello fue motivado a su constante recordación de su pueblo durante su vivencia en Maracay. Él aceptó esta designación con cariño y como una prueba de su afecto por el pueblo que cuando escribe a sus amigos o hace dedicatorias al lado de su firma coloca el afectuoso apodo. ¿Se puede exigir mayor prueba de cariño?
          Pero Ramirez ha contiuado escribiendo poesia prefiriendo la poesía moderna, es decir, la que no tiene rima- Una prueba de ello es que acaba de publicar un nuevo libro titulado "100 POEMAS desde La Costanera" que reune una gran cantidad de nuevos poemarios.  Invito al lector a obtener esta expresión de la nueva poesía venezolana.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

 A P U N T E S   D E   U N   D I A R I O   P E R D I D O

Caracas, 20]05]30
Al señor de la chaqueta azul:
            No sabe la importancia que le doy a este viaje.  Veo al tren deslizarse por los Valles de Aragua sembrado de frutales pero particularmente de caña.  Nunca he estado allí pero pero imagino que así ha de ser.  No sabe lo que me ha costado organizarme para esta ventura, en especial si piensa que lo he hecho dentro del más absoluto secreto.  Reuní todos mis ahorros (que no son muchos pero que de algo servirán), el brazalete de oro que papá me regaló poco antes de morir y las pocas joyas que le quité a mamá.  Todo esto está escondido en el forro del lomo de la maleta con la finalidad de utilizarlo cuando sea absolutamente necesario (esto va con usted también) o hasta que se acabe el dinero que llevo encima.  Mamá me perdonará este hurto porque las madres perdonan a sus hijos.  No quiero que ella piense que me llevo sus joyas como un acto de venganza por haberse comportado tan mal con mi padre.  Ella es tan celosa que le hizo la vida imposible a mi querido viejo.  El día que falleció habían tenido una discusión motivada a sus injustificados celos –mi padre era uno de los hombres más hogareños que he conocido y salía sólo con ella.  Pero no podía saludar una mujer que ella no conociera pues ya pensaba que era su amante, ¡figúrase usted!--.  Mi madre lo amenazó como de costumbre y esta vez lo amenazó con que se tiraría del puente El Guanábano, el cual queda cerca de nuestra casa.  Este puente, recientemente, lo habían restituido a la época de su inauguración pues habían tumbado las casas y edificios que bordeaban el embaucamiento de las aguas sucias de esa parte de la ciudad, otrora lecho del río Caraota, según me dijo mi padre. Éste, creyendo que la amenaza de mi madre era verdadera, de la impresión le dio un infarto y murió como un pajarito.
            Al rato, mamá extrañada de que papá no saliera a buscarla, regresó a la casa y me encontró llorando junto a su cadáver.  En ese momento, a través de mis lágrimas, observé su perplejidad o asombro ante lo sucedido y la odié por primera vez.  Al principio ella no sabía cómo reaccionar y después comenzó a dar gritos  pero yo no creí en su pena.  Contemplé el rostro de mi padre que, sin ningún rictus de desespero, era el espejo del desespero y la inocencia.  Parecía un angelito.  Y me dije que todavía hay gente sencilla que vibra de candor en esta +época de avances tecnológicos como el viaje a Marte.  En ese momento deseé fervientemente irme de la casa y quizás comenzó a cobrar fuerza la idea de la fuga.  Pero no fue un acto de venganza contra ella.  No.  Tal vez fue el convencimiento de que la heredera de la inocencia y  de la actitud contemporizadora de mi padre no podía vivir bajo el mismo techo con una persona llena de egoísmo.  
            Decidí vender a mis amigas las cosas de valor que tenía, entre ellas mis vestidos de moda.  Por supuesto que para mí es fascinante la moda femenina.  Me gustan mucho los llamados vestidos con ventilación, el último grito.  Se lo describo por si no lo conoce (lo que es bastante común en los hombres que le dan poca importancia a estas cosas): son los vestidos que llevan abiertos 15ª 20 centímetros del borde hacia arriba en los costados de la falda y a nivel central y lateral de la   cota.  Estas rendijas permiten ver la figura insinuada del seno y el comienzo del muslo, en el punto en que comienza a engrosar, y permite que la imaginación de los hombres  inventen lo demás.  Una moda que es siempre lujuriosa, en especial cuando una comienza a mostrar el portento de sus senos y el pedazo de pierna que sube y baja.  Supongo que entonces les empieza a subir la adrenalina, a incendiárseles la piel y, por las miradas que una recibe, quién sabe cuántas cocas morbosas se imaginan…  En esta ocasión, pese a que a mí me encantan esta moda, decidí ser recatada y me aprovisioné sólo de jeans largos y cortos, cotas y ropa interior y medias suficientes.  Después, en mi nueva vida y tomando en consideración la opinión de usted, retornaré a ella.  También es parte de mi equipaje este diario y un libro de historias juveniles, ambos recuerdos de mi padre.  No incluyo nada que mi madre me regalara, los dejo para que ella me recuerde.  Por eso es que la maleta es relativamente pequeña y liviana.
            El seleccionarlo a usted para que me acompañe en mi saga fue obra de la  casualidad.  El día que lo conocí, usted rondaba por la casa y pensé, a pesar de mis 16 años, pensaba que usted buscaba la amistad de mi madre y no la mía.  El día que conversamos en la plaza de La Candelaria, me di cuenta, para mi desmayo, que iba por mí.   Luego, en la soledad de mi cuarto, me percaté de que ese interés por mi persona podía ser beneficioso para mí y comencé a urdir el plan de mi fuga con usted y desde entonces lo ví con más frecuencia (siempre a escondidas de mi madre).  Por eso acepté sus invitaciones al cine (aquí me las ingenié para permitir a medias sus lisuras: un beso a hurtadillas al inicio y al final de la función, el dejar que me agarrara la mano, me acariciare la nuca y nada más.  Cada vez que usted intentaba acariciarme la pierna o los senos lo rechacé con delicadeza y con una que otra justificación.  Todo esto, creo yo, contribuyó a aumentar su interés por mí en las caminatas por Los Próceres (agarrados delas manos y conversando trivialidades) y sentí placer en viajar con un solo pasaje y con usted por la Línea Uno del Metro y hacer la transferencia a la Dos, la Tres y la Cuatro, siempre conversando, aceptando sus bromas y manejando con inteligencia sus avances.  El día que le mencioné, en uno de estos viajes, lo de mi fuga, lo hice con premeditación pero también con una gran dosis de ansiedad pues esperaba que usted rechazara mi ofrecimiento por inmaduro y riesgoso (tal vez porque usted sabe que la ley lo castigaría severamente si lo atrapan fugándose con una menor).  Su aceptación del viaje por tren a la frontera bajó la presión y permitió que yo acelerara los preparativos.
            29]06]30
            Anoche tuve un sueño delicioso.  Me vi a su lado cuando el tren salía de la  Estación Las Adjuntas rumbo a lo (para mí) desconocido pero también hacia la ansiada libertad.  Disfruté de la belleza de los valles de Aragua y lo pintoresco de las paradas en las estaciones intermedias, animadas por gente que subía a nuestro tren (un servicio que ha resultado excelente desde su inauguración hace cinco años) y se dirigía a diversos lugares entre otros a los llanos de Guárico y Apure o hacia las montañas de Mérida, en viajes de placer o negocios.  Usted, entusiasmado, me comunicaba mientras yo contestaba con monosílabos o con un asentimiento de cabeza.  Mi interés era viajar, conocer nuevos lugares (después de una vida, algo increíble para esta época, encerrada en Caracas y sus alrededores), disfrutar de la vida.  Usted pensaba en otras cosas derivadas de esta aventura, entre ellas, el disfrute de mi cuerpo joven y, según me dijo, en hacer una vida nueva en San Antonio del Táchira, donde tenía una casa que le dejaron sus padres.  Nuestra primera parada fue en Puerto Cabello.  Almorzamos en la estación y luego nos trasladamos al Balneario Quizandal.  Disfrutamos del baño y luego usted insistió en pernoctar en este puerto.  Yo me opuse y  traté de convencerlo de que era mejor abordar el tren de la tarde.  Pasaríamos por Barquisimeto y amaneceríamos en Mérida… pero usted no aceptó.  Finalmente convinimos que pernoctaríamos en Barquisimeto.  Disfruté a plenitud el resto del viaje.  Salimos a las cinco de la tarde de la estación porteña.  El tren atravesó amplios cañaverales. Terrenos con innumerables cortes de hortalizas, naranjales, extensas haciendas de plátanos, y bananas, lugares donde el verdor de la naturaleza me proporcionó una felicidad infinita a pesar de que la luz era cada vez más escasa.  Cuando el tren entró en la estación de Barquisimeto cesó la dicha y comenzaron los temblores.  Sabía lo que me esperaba y no atinaba (pese a mis muchas lecturas sobre el sexo y el acto sexual) a delinear un comportamiento apropiado en el momento en que nos encontráramos solos en el cuarto, por la ausencia de experiencia en estos menesteres.  Como algo raro en la época en que vivimos, a esta edad todavía soy virgen. Mis amistades me habían informado que los hombres les huían a las vírgenes pues, por lo general, tenían un comportamiento desastroso y poco placentero en la cama.  Pensaba que dicho comportamiento era vital pues de él dependía mi futuro con usted.  Así, veía con horror que, luego de ser violada, usted aprovecharía mi sueño para abandonarme en el hotel, en una ciudad completamente extraña para mí.  Cuando abandonamos la estación de la capital larense en un taxi rumbo al hotel y atravesamos una ciudad con un tráfico increíblemente congestionado, mi ansiedad fue tal que desperté.  Me encontré sola en mi casa, en mi cama de soltera.
            Ahora me quedo pensando mucho en este asunto porque mañana es el día fijado para la fuga.
            30]06]30
            Como convinimos, preparé mi maleta y aprovechando que mi mamá había salido de compras en la mañana, abandoné la casa y me dirigí al Metro.  Ahora estoy escribiendo mis +ultimas anotaciones en este diario, antes de encontrarme con usted.  Me estoy dirigiendo a la estación Las Adjuntas, el lugar acordado por insinuación de usted, lugar donde debe iniciarse mi felicidad.  Usted tomaría el tren en la estación La Paz.  Ya estamos llegando a ésta.  ¿Pero cómo puede ser posible?  ¿Qué es lo que estoy mirando?  ¡Mi madre también está allí!  ¡Se dispone entrar al vagón!  Tendré que justificarle mi presencia aquí.  Detrás de ella viene usted y no sabe que esa mujer cuarentona y aún con cierto atractivo es mi madre.  ¿Qué hago?...  Bien, iré al encuentro de ella.  Le haré una señal a usted para que tome mi maleta.  Lea esto.  Nuestro plan sigue igual.  Nos veremos en Las Adjuntas.  Espéreme allí.  Que haya suerte para los dos.
            Berta.
            La Trinidad, Caracas, agosto  de 1996.


lunes, 12 de noviembre de 2018

Valencia, Venezuela --II




           En las primeras décadas del siglo XX y en especial después de  1920, había en Valencia un grupo de músicos emigrados de otras regiones del país y del extranjero, tales como Angel Briceño (Villa de Cura), Juanito Osteta (español), Sebastián Echeverría (Caracas).  Estos instrumentistas trabajaron armoniosamente con los músicos nativos de la ciudad. En esa época se formaban en Valencia grupos musicales que tocaban en los cines amenizando las películas mudas que allí se exhibían.  En el Cine Mundial tocaba el grupo de Rafael Romero, padre de Aldemaro Romero, el cual estaba formado por músicos conocidos como el profesor Araujo, pianista (oriundo de Maracaibo), Sebastián Echeverría y Francisco Caballero, este último actuaría después en la Orquesta  Sinfónica Venezuela. adicionalmente, en Valencia existía la Orquesta Alegría, donde actuaba el cornetista Víctor M. Marín, autor del merengue "Cocoita", el cual constituye junto con "El Chivo" (de Balbino García) y "La Guitarra de Miguel" "la trilogía carabobeña por excelencia del más festivo y regocijante estilo de música de baile de nuestro país" (Aldemaro Romero). Esta Orquesta Alegría no tenía muchos arreglos pero figuraban en ella compositores de la talla de Carlos J. Maitín, oruindo de Puerto Cabello y autor del bolero "No volveré a  encontrarte", que grabara años después la Orquesta de Luis Alfonzo Larrain. (Tmbién era muy conocida la Estudiantina Alegría --que no tenía relación con la orquesta del mismo  nombre--, dirigida por Rafael Romero e integrada sólo por mujeres). Luego se intentó organizar otros grupos musicales en la ciudad y apareció la "Orquesta Swing Melody" dirigida por un músico llamado Gomecito, la cual imitaba la Orquesta de Rafael Muñoz e interpretaba los arreglos que llegaban de Cuba y Puerto Rico. También se fundó la Orquesta Bellamar, dirigida por Luis Moros, saxofonista. Estos grupos eran complementados por los músicos "vente tú" para amenizar las fiestas de la ciudad.
          En las fiestas de la clase alta se tocaban con alguna frecuencia las cuadrillas, polkas y otros aires musicales europeos pero en ellas predominaba el vals venezolano o vals criollo. Como una modalidad adicional, todavía se escenificaban las llamadas veladas artísticas.  Estas veladas --siguiendo una costumbre que se remontaba a la Colonia-- se realizaban en distintos hogares valencianos y tenía la particularidad de ser la más importante manifestación cultural de la ciudad. Se presentaban recitales y pequeñas obras de teatro y estudiantinas; los compositores e intérpretes mostraban sus obras de canto y música de cámara en las grandes casas solariegas o mansiones, cuyas ventanas se abrían a la calle para que el resto del vecindario disfrutara del espectáculo. El entonces llamado "público de galería" chillaba y aclamaba a los artistas (Alecia Castillo H., "Cantos y   Cuentos de  Valencia", Univ. de Carabobo, Valencia, 1990). De las veladas que gozaron de notoriedad, destacaron las realizadas en la residencia de la Sra. María de Berisbeitia, donde se congregaba el linaje de la ciudad y los mejores artistas y compositores de la época.
          La música caribeña se oía con alguna frecuencia en la década de los años veinte del siglo XX. Canciones como "María de la O", "Siboney", "Para Vigo me voy", del cubano Ernesto Lecuona y "Lamento Borinqueño", del puertorriqueño Rafael Hernández, eran muy conocidas. Por cierto hay una anécdota que narraba el mismo maestro Aldemaro Romero que conectaba su nacimiento con la nota pintoresca de la ciudad de entonces, de acompañar en los cines con música en vivo las pelícculas mudas. A la sazón, su padre Rafael Romero, dirigía al grupo musical del Cine Mundial de Valencia cuando él nació el 12 de marzo de 1928. "Mi mamá me contó que  en esos días estaba de moda "Lamento Borinqueño", y ese día tuvo que salir del cine con dolores de parto y dejar para otra oportunidad la película rusa "Los boteros del Volga" que estaba viendo. Al día siguiente, los músicos fueron a su casa a celebrar el nacimiento y le tocaron, como era lógico, "Lamento Borinqueño", que era precisamente la pieza que ellos estaban tocando cuando fueron a avisarle a mi padre que yo había nacido".

viernes, 9 de noviembre de 2018

Lenguaje de las ciudades--Valencia, Vla.




          Como toda ciudad de alguna importancia histórica y comercial de la provincia venezolana, Valencia era, en 1928, presa de sojuzgamiento que imponía la dictadura gomecista, pese a que en ella se escinificaron hechos políticos que fueron determinantes en el futuro del país. Adicionalmente, a fin de tener una visión lo más completa posible de la ciudad donde viera la luz por primera vez Aldemaro Romero, es oportuno indagar, aunque sea someramente, la situación socialy musical de Valencia y sus alrededores en esa época.
          En primer lugar, 1928 es considerado un año muy relevante en la hi,storia contemporánea de Venezuela, pues ocurre el primer movimiento político  urbano organizado contra la dictadura del general Gómez.  En febrero de 1928, tomando como excusa las festividades carnavalescas de Caracas, la Federación de Estudiantes de Venezuela organizó la Semana del Estudiante con el propósito de organizar dichas fiestas que terminarían con la coronación de la reina estudiantil en el Teatro Municipal de la ciudad. La realidad era que se proponían a levantar a los estudiantes contra la dictadura, lo cual estaba combinado con la sublevación del cuartel San Carlos en el norte de Caracas.  El desfile fue conducido por sus líderes hacia el Panteón Nacional, donde se efectuaron los discursos estudiantiles acordados, con los cuales, en cierta manera, apoyaron las actividades subversivas de los militares. No contaron ambos bandos disidentes con la actuación personal del general Eleazar López Contreras, quien, vestido de paisano, se mezcló con la multitud que se dirigía al Panteón Nacional y al cuartel, y ya dentro de éste, sorprendió a todo el mundo haciendo respetar su autoridad y tomando el mando del ejército allí acantonado y ordenando acciones contra los militares alzados y todos aquellos que se sumaron al movimiento. En esos momentos se originó la confusión, los consiguientes muertos y heridos junto al fracaso del primer intento serio realizado en Caracas contra la tiranía. Luego del abortado movimiento militar-estudiantil, la dictadura desató una tremenda represalia en las principales ciudades del país, Valencia entre ellas. En el apogeo de esta represión, nació en esta ciudad Aldemaro Romero, el 12 de marzo de 1928.
          En cuanto al aspecto social, Valencia siempre ha sido una ciudad cerrada, llamada por muchos, conservadora. La sociedad valenciana de los años veinte era muy similar a la que yo conociera en la década de los años cincuenta del pasado siglo. El valenciano era desconfiado con el que llegara a la ciudad y frente a los otros habitantes de la misma actuaba con cautela, midiendo sus palabras como si temiera equivocarse y no le gustara rectificar, también era poco comunicativo, se reservaba mucho cosas para si y evitaba comentarlas a menos que fuera absolutamente necesario. Lo "conservador", además, en la preservación de ciertas costumbres y en la formación de ciertos grupos --que no llegaban a convertirse en castas-- dentro de la misma sociedad. Un ejemplo de esto era el llamado Club de los Amigos, que tenía 25 miembros y según comentarios de algunos lugareños nunca tuvo más de esa cantidad por ser demasiado exigentes los requisitos para ingresar al mismo. Por supuesto con el avance del tiempo y la modernización de la ciudad ya convertida en una hermosa metrópolis en la década de los noventa y con la llegada de personas provenientes de otras regiones y paises se espera que no persista la misma idiosincracia.
          En cuanto a su desarrollo cultural, Valencia siempre ha sido una cuidad representativa del empuje del Estado Carabobo, el cual ha sido muchas veces loado no solo por sus escritores y poetas sino también por sus músicos. Si la prominencia de sus héroes, de sus batallas gloriosas o de acontecimientos cumbres ha sido profusamente alabada por sus poetas y narradores, las elegías y festividades que generaron estos sucesos han sido trasladados al pentagrama a través de valses, merengues, joropos y cantos folklóricos como El Sangeo y el Golpe Sanjuaanero.
          En la década de los años veinte el movimiento musical que predminaba en la capital carabobeña, podría ser enfocado en dos aspectos: la música que era tocada por el pueblo (ergo, clase humilde y clase media que recién iniciaba su desarrollo) y la que predominaba en la llamada clase alta o grupo social adinerado. Así como en Caracas los músicos formaban los conjuntos "cañoneros", en Valencia se organizaba un movimiento similar. Los músicos de esta ciudad acostumbraban a reunirse en bares y allí acudían las personas interesadas en que le amenizaran un baile o una serenata. Se contrataba a un músico y éste, a su vez, escogía a otros músicos para formar un conjunto musical. De esta manera surgieron los "músicos vente tú". Primero fue el Bar Filarmónico el centro de reunión y luego el Bar La Torre de Plata frente a la Plaza Bolívar. El Bar LaLira en el Misterio. en la Calle Constitución, fue lugar de reunión para estos menesteres. A muchos de los directores de estos "vente tú" los llamaban "picadores" pues solían tomar para si una porción del dinero que le correspondía a cada músico. Otra participación segura de estos músicos populares se presentaba durante la celebración de las navidades, el carnaval y las fiestas patronales de Valencia y pueblos vecinos. Además de los aires folklóricos regionales, la música que por lo general  tocaban estos músicos eran el joropo y sus diversas derivasiones, el merengue y el vals criollo.
         

jueves, 8 de noviembre de 2018

F U G A C O N .... A L D E M A R O





               El maestro se apresta a ensayar la Fuga con .....
Pajarillo de Aldemaro Romero, los instrumentos de cuerdas en
constante vibración marcan la melodía del ritmo llanero y desde el principio destaca el persistente contrapunto entre cellos. violas y violines, el maestro marca el compás con las palmas de las manos y con un gesto determina donde se rezaga uno u otro instrumento y obliga al ejecutante a efectuar la corrección respectiva ... Transcurre el desplazamiento musical poniendo de manifiesto la bella melodía llanera, pero esta vez dentro de una estructura más formal, verdaderamente clasica, evidentemente academica..
          El maestro Rodolfo Saglinbeni, ahora en papel  de director de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho. insiste ante sus músicos  en la importancia del atinado despliegue de las notas, los ritmos que ha de marcar la Fuga con Pajarillo, en sus ocho minutos y treinta segundos de ejecución, no ya en la sala de ensayos sino en el escenario de la Sala Jose Felix Rivas del Teatro Teresa Carreño, donde a continuación la estarán interpretando.
          Esta obra musical de Aldemaro Romero es tan particular y tan única como las raíces de este compositor y las características peculiares de su música.
          En efecto, Aldemaro Romero  es único como lo es su ciudad natal, Valencia.  Una ciudad que trato de absorber al General José Antonio Páez en su época cimera y cuando no pudo, cuando el héroe tocó la diana definitiva hacia la capital de la república, puso en el comportamiento del Dr. Miguel Peña, hijo preclaro de esta bella ciudad y uno de los más importantes colaboradores del general, la actitud del gato que acompaña a su amo hasta el umbral de su morada ==es decir, te quiero mucho pero mas quiero mi casa==. Valencia, que entre los avatares de las guerras civiles del siglo pasado supo transitar casi incólume preservando su idiosincrasia, algo arisca y conservadora, donde se hablan lenguas universales junto a dialectos regionales que le proporcionan una peculiar coloratura, manifestación que mejor se grafica en el laborioso enjambre que hace florecer empresas y comercios diversos y destaca sus particularidades de ciudad industrial primogénita y más importante de Venezuela.
            Así como ciudad natal es unica, tambien  Aldemaro Romero lo es en el panorama musical venezolano: no se le puede catalogar aunque haya brillado en todos, sino que ha crecido, se ha desarrollado lo suficiente dentro del mundo de la composición y la ejecución, quemando etapas, dejando una estela de éxitos en cada una de ellas, hasta culminar en la música académica donde ==por lo menos en las últimas tres décadas== ha producido obras que han marcado hitos en el panorama musical del país... Aún más, analizando el movimiento musical del siglo veinte venezolano, a  Aldemaro Romero se puede ubicar dentro de una escuela o corriente específica: no es prenacionalista pues su obra musical no se desarrolla el siglo XIX; tampoco es miembro de la escuela nacionalista que condujera el maestro Vicente Emilio Sojo. pues nunca fue alumno de este (como sí lo fueron Antonio Estévez, Inocente Carreño, etc,), mucho menos de la corriente musical contemporánea de nuestros días donde si aparecen Federico Ruiz, Luis Morales Bance, Juan Carlos Nunez, Alfonzo Erneiro, etc. pues Aldemaro Romero aparece mucho antes de esta camada de músicos académicos nuestros, por lo arribamos a la inevitable conclusión de que es único, pues es un músico autodidacta que no tiene otra ubicación que la que le ha asignado su variada producción musical.
            Es indudable que el contrapunteo persistente de la Fuga con Pajarillo es la mejor manera de ubicar a este importante músico venezolano pues tiene de música  folklórica y de la popular y se asimila con facilidad a la música academia el país. Eso es Aldemaro Romero, un ritmo en fuga de la música nativa, una esencia viva con rasgos bien definidos de estos tres estratos musicales que se hallan tan claramente marcados en las diversas obra en que ha expresado su genio musical.


























































































    

martes, 6 de noviembre de 2018

El vals criollo y musicos extranjeros

     


          Oriundo de Viena y de la Europa Central, donde apareció en la segunda parte del siglo XVIII, el vals llega a América a principios del siglo XIX pero se desconoce la fecha en que fue introducido en Venezuela. Sin embargo, a través de una lenta transformación en nuestros predios, el vals se le fue agregando una riqueza rítmica criolla desconocida en Europa, lo cualse debió a la labor anónima  músicos criollos que al adoptar el vals fueron "incorporando diseños rítmicos del joropo, elementos del 6 x 8 de algunos bailes españoles o nativos... y toda una serie abundante de síncopas de origen tal vez africano y no sabemos si también ... de fuentes indígenas" (José A. Calcaño, "La ciudad y su música", Monte Avila Ed., Caracas, 1985).  Esta rica amalgama de ritmos y giros fue produciéndose a partir de la segunda mitad del siglo XIX y cuando Antonio Guzmán  blanco asume el poder ya el vals predomina en el movimiento musical del país.
          Para el año del primer centenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar (1883), el vals criollo fue referido por el músico don Salvador Llamosas, en un escrito de la revista de música y literatura "Lira Venezolana", de la siguiente manera: de las dos partes del vals, según el modelo europeo, la primera "escrita ordinariamente en el modo menor, es melancólica y pausada, la melodía ondula suavemente, llena de voluptuoso abandono. Mas, al comenzar la segunda, el ritmo se aviva y enardece, y hace su estallido el entusiasmo y centellea los rasgados ojos de la morena que vuelve su airoso talle en vertiginosos giros y luce sus gallardos movimientos al compás de aquella música aldorosa y apasionada. Viene después la tercera parte a atemperar tales transportes de alegría, a establecer una especie de diálogo, festivo y galante, aunque de ordinarío consta nuestro valse de dos partes." En ningún país hispanoamericano "alcanzó tanto auge el vals ni llegó a tan noble majestad expresiva como en Venezuela a partir de la segunda mitad del siglo XIX... Como música de baile en los salones, comenzó a rivalizar con la contradanza y otros bailes de figuras hasta que los destronó definitivamente.  En sus formas danzarias ha producido compsitores que nada tienen que envidiar al mejor Strauss; en sus formas concertantes ha dado composiciones que habrían fascinado a un Chopin.  Todos estos valores estéticos han destacado al vals venezolano --llamado precisamente "vals grande" por su alta jerarquía musical--.  Todos estos atrbutos se encuentran en el vals "Geranio", obra maestra del compositor  venezolano Pedro Elias Gutiérrez, el cual ha sido cosagrado en la tradición caraqueña como nuestro vals por excelencia."(Véase CARACAS 400 AÑOS. Música Popular, Volumen I, Ediciones Círculo Musical, Caracas, 1967).
          Como un enriquecimiento adicional del vals, existe el aporte de músicos extranjeros que gustaron de nuestro medio y en su mayoría se enraizaron en el mismo.  En la época de Guzmán Blanco, el maestro italiano Gallignani, que se había enamorado de la bella ciudad avileña, compuso "La Perica", uno de los pocos joropos caraqueños. Es un joropo peculiar, pues tiene mucho de tarantela (baile napolitano de movimiento muy vivo al compás 6 x 8). Pese a su antiguedad "La Perica" aún se escucha en la radio venezolana. Otro maestro napolitano aclimatado en Caracas fue Ernesto Magliano, quien compuso en un ritmo tango-merengue "Chupa tu mamey", el cual se popularizó mucho en el país.
          Dos músicos trinitarios vinieron a Caracas en 1930, Lionel Belasco y Edmundo Ross.  Según Aldemaro Romero, Belasco revivió al vals venezolano, que inicialmente tenía ocho partes imitativas del vals vienés y él lo convirtió en  un vals urbano de tres partes, más pegajoso, más fácil de retener, mucho más criollo. Belasco también compuso los valses "Miraflores", "San José", "Juliana" y "Luna de Maracaibo". Según el mismo Romero, Belasco creó el cuarteto básico criollo, el cual constaba de piano, clarinete, cuatro y bajo. Este esquema fue posteriormente imitado y popularizdo por el "Cuarteto Caraquita". Romero conoció a Belasco en 1955, cuando visitó de nuevo la ciudad: "era un hombre alto, aprox. 1,75 mts., de pelo blanco. Pese a los muchos años que vivió en Venezuela, hablaba muy mal el castellano". Belasco fue el primero que jazzeó (improvisó) la música venezolana, cuestión que no se acostumbraba en el país: primero, exponía el tema musical en el piano, cuando repetía la primera parte lo hacía con variaciones, es decir, jazzeaba la música. En cuanto a Edmundo Ross, sería escogido como primer timpanista de la Orquesta Sinfónica Venezuela y posteriormente se residenciaría en Londres y se haría famoso con su orquesta de música instrumental. Romero lo visitaría años después y constataría el cariño que aún sentía por Caracas.
          Por último, los peruanos Miller y Blakut, músicos de la Orquesta "El Maño", que visitaron la capital en época del dictador Gómez, le compusieron a Caracas el vals "Rosa Gentil".



viernes, 2 de noviembre de 2018

Los ciclos del hombre -- II




          Continuando con el tema, pasemos a referirnos a las etapas de madurez y la ancianidad en los ciclos de la vida del hombre. Como el nombre lo indica, la etapa de madurez es signo de refexión en el ser humano.  Es como si éste se sentara a reflexionar sobre lo que ha realizado hasta ese momento en su vida para luego continuar con lo bien hecho y descartar lo mal hecho y corregir o enderezar lo que merece corrección. ¿Cuántos de nosotros lo hace al llegar a esta etapa? Yo creo que la mayoría hace la reflexión. Ahora bien, que corrigan o no depende mucho del criterio de cada quien y de las circunstancias que rodean el asunto en cuestión pues muchas veces las decisiones deben ser tomadas independientemente de las consecuencias que acarrea. 
          En todo caso, muchos consideran a la madurez como el momento en quue se deben hacer cosas que a la larga deben ser definitivas en la vida. Un amigo mío que había llegado a los 35 años y acababa de casarse, creía firmemente que al hacerlo había entrado en la edad de la madurez, pues había puesto fin a las francachelas, a los amoríos, a los días de fiesta que comenzaban un viernes en la noche y a veces (no siempre, me juró) terminaban un lunes en la madrugada, que había puesto fin a los constantes amoríos que, afortunadamente, no habían dejado consecuencias. Al casarse, entraba en una etapa de sosiego, de reflexión, donde, según él, no realizaría ninguna de estas "irregularidades", que en adelante cada paso que daría sería meditado antes de ejecutarlo... Nos volvimos a encontrar luego de cumplir 50 años y respiraba satisfacción en sus actos: en el matrimonio había tenido 3 hijos y el menor acababa de cumplir 15 años, había sido fiel a su señora, en relación a sus negociones se sentía satisfecho y económicamente se hallaba tan estable que esaba planificando con su señora una serie de viajes anuales al exterior pues ya "podía darse el lujo de ausentarse" durante un mes de su negocio...
          Los triunfos que se obtienen en la madurez suelen ser más gratificantes y duraderos. Por ejemplo, Marlon Brando obtuvo su primer Oscar en su juventud,  "Nido de Ratas" ("On the Waterfront"). Su segundo Oscar lo ganó con "El Padrino" ("The Godfather"). El primer Oscar algunos lo recuerda por haber sido meritorio desde el punto de vista artístico, pero su hazaña en "El Padrino" fue tan extraordinaria que se considera como la mejor película del cinematógrafo hasta el presente y ha tenido tanta trascendencia que hoy, casi 50 años después, todavía se recuerda y se habla de su actuación. Tenía entonces alrededor de 65 años, se hallaba todavía en su madurez.  Con frecuencia esta pelicula se escenifica en la televisión y casi siempre con alta sintonía.
          El ejemplo citado del amigo es real y bastante común: si usted se pone a analizar las vidas de las personas que conocen que han columbrado los 50 años se encontrarán con ejemplos similares. Como diría mi abuelo, "Cada cabeza es un mundo" y yo completaría "En la variedad está el gusto" para destacar la cantidad de historias diferentes que podemos encontrar. Y es verdad. ¿Usted se imagina  lo aburrido que sería el mundo si todos actuarían como el caso que acabo de citar?
          Y llegamos a la ancianidad, una etapa que puede ser muy satisfactoria y agradada pero también muy enfermiza. muy larga si uno permanece mucho tiempo enfermo y en cama o puede ser muy agradable si uno disfruta lo maravilloso que es cada día. Esta es una etapa de lavida que siempre se disfruta si el resto de la vida ha sido meritoria.  Pero hay que recordar que grandes hombres por sus méritos no llegaron a disfrutarla.  Simón Bolívar fue uno de ellos y murió antes de cumplir los 50 años. No sé en estos momentos de que edad murió Abraham Lincoln pero se hallaba en su madurez. Brando murió siendo anciano a los 80 años.
          Hay una canción de un cantante argentino (no, no recuerdo su nombre) que entituló "Mi Viejo". Tal vez vio a su padre caminar con lentitud por la acera de su calle. Recuerdo la canción porque le dice en alguna parte: ..."Ahora ya caminas lerdo, como perdonando al tiempo..." Eso en síntesis es la ancianidad. Atrás muy lejos quedaron los primeros pasos del niño, las carreras del muchacho, las ambiciones del joven, la mirada sopesada del hombre maduro y llegamos al lento caminar o de pasos arrastrados del anciano. Yo pienso que el anciano es una persona que esta constantemente recordando su pasado y algunas veces aspirando a cumplir alguna meta que en su manera de ver debe cumplir antes de irse de este mundo.
          Yo, como toda persona, tuve dos abuelas y dos abuelos. Mi abuela materna, la conocí, murió relativamente joven a los 62 años; mi abuela paterna  la vi morir. Quiso manejar la vida de mi padre pero éste no lo permitió. En ese momento comenzó a morir. Creo que murió a los 70 años.Mi abuelo paterno no lo conocí. Era un hacendado de la explotación del cacao en el oriente de Venezuela. En esos días los hacendados solían casarse varias veces. Él lo hizo dos veces. Mi padre era su hijo mayor del segundo matrimonio.
          En fin, la ancianidad es la etapa final, la despedida de este mundo. ¿Usted cree que al morir va a otro mundo? Yo no. Por eso pienso disfrutar esta vida lo más que pueda ...

jueves, 1 de noviembre de 2018

Los ciclos del hombre -- I




          Casi siempre cuando converso con mis amigos salen a relucir reminiscencias sobre la infancia o la juventud que, con el paso del tiempo se convierten en recuerdos felices.  Todos tenemos la tendencia a recordar los momentos felices que hemos tenido en nuestras vidas o a poco memorar los que se convierten en nuestras pequeñas grandes tragedias.  ¿Cuantos son los ciclos de la vida de un hombre? Todos los que queramos imaginar o querer referir. Por lo general son: infancia, juventud, madurez y ancianidad.
          De todas, quizás la más querida o por lo menos la más recordada con afecto es la infancia, tal vez porque en ella predomina la inocencia y donde mostramos más apego a nuestros padres.  El proceso del desapego de la infancia es importante, es decir, el irse poco a poco separando de la infuencia de nuestros padres, de irse distanciando de su regazo hasta lograrlo es el fin de la infancia.  Para muchos este es un proceso largo, para otros relativamente largo (que es patrón más común) o corto o muy corto o muy corto (qu es el menos común) o los que no  la tuvieron porque los padres por alguna causa se marcharon.
          Lo más agradable de la infancia es la ingenuidad, la ausencia de malicia que uno tiene ante todo lo que sucede, o al presumir siempre la bueno ante un suceso cualquiera. Dicen que aquellas personas que recuerdan muchos momentos felices de su infancia casi siempre disfrutan de una vida plena porque pudieroon disfrutar por completo de su infancia.  Tambien se comenta que los que no tuvieron una infancia feliz tampoco llegan a ser felices el resto de su vida. ¿Hasta cuando dura la infancia? Eso depende del curso de la vida (azaroso, problemático, agradable, satisfactorio, etc,) de cada persona. Pero casi siempre el que tiene una infancia feliz no suele enfrentar grandes traumas el resto de su vida.
          La conexión entre la infancia y la juventud es la adolescencia (que suele tener rasgos y actividades de una y de la otra), que puede ser simple o complicada todo depende de cada persona o de su medio ambiente.
          La juventud  es considerado como el ciclo más importnte de la vida de un hombre por muchas razones, entre otras, por ser la estación donde el ser humano llega al máximo de sus posibilidades  físicas y mentales. Pero este criterio, pese a ser cierto, tiene sus bemoles: hay personas, como  J. F. Kennedy, que en el comienzo de su madurez tuvo el máximo de su potencialidad mental.  Se dice que los atletas -y los deportistas llegan a exponer su juventud al máximo. Esto es realmente cierto y hay deportes, como el tenis y el beisbol, donde los deportistas profesionales llegan a obtener sus mayores triunfos durante esta etapa vital. Pero en toda regla hay excepciones, pero esto no quiere decir la la juventud puede alargarse sino que los actos que se realizan en la juventud sus consecuencias pueden prolongarse más allá del periodo asignado a la misma. Por lo demás es muy satisfactoria esta etapa pues el ser humano se siente muy poseido de sus facultades y de sus logros, como César y Napoleón quienes realizaron sus mejores hazañas durante el transcurso de ella.  El ser humano, en la juventud, se siente tan poseido de su capacidad que puede dominar al mundo. Pero también, por esta creencia, hay personas que cometen los errores más graves. Napoleón creyó que podía dominar a Rusia pero jamás pensó que el crudo invierno ruso lo derrotaría. Sin ir muy lejos es en la juventud cuando solemos cometer errores que a veces lamentamos el resto de nuestros días.
          A los jóvenes les dejo este aserto para que piensen bien sus decisiones antes de tomarlas.