L A I N C R E I B L E P E R S
O N A L I D A D D E R A F A E L N A D A L
Hablar
de la personalidad de un individuo presupone un conocimiento cabal y acertado
de la manera de comportarse dicho individuo tanto en sus relaciones con los
demás como en la obtención de los objetivos que persigue en la vida. Este conocimiento no necesariamente se
obtiene con la convivencia diaria con dicho individuo; también puede obtenerse
de la observación constante de sus actos y de su trato con un grupo clave de personas
que lo rodea y que tiene que ver con el comportamiento general del individuo
dentro de la sociedad. Y esto puede
suceder sin que el observador tenga un trato personal con el observado. Esta situación se da por lo general en las
figuras públicas.
Como
todos sabemos, el tenista español Rafael Nadal es una figura pública. Se ha dedicado durante más de 17 años a
practicar profesionalmente el tenis con una dedicación y con resultados casi
increíbles. El haber obtenido hasta
ahora 15 grand slams en su carrera –la expresión “grand slam” es inglesa y
hasta ahora sin traducción al español u otro idioma. Describe un torneo tan especial e importante
que hasta ahora se realizan cuatro en el curso de un año (el Australiano, el
francés “Rolland Garros”, el inglés “Wimbledon” y el estadounidense “U.S.
Open”. Se realizan, en ese orden, bastante distanciados de manera que quepan
con cierta holgura en el lapso de un año).
La obtención de estos grand slams, además de haber ganado innumerables
torneos de tenis en su país y en los principales países de Europa y del mundo,
convierten a Rafael Nadal en un deportista excepcional pues son pocos los
tenistas profesionales que han alcanzado esta cantidad de triunfos pues, que se
sepa, en la era moderna de este deporte, es solo superado por el suizo Roger
Federer que ha acumulado 18 grand slams junto a una mayor cantidad de torneos a
nivel mundial. A este logro deportivo de
Nadal se une la conducta destacada del español dentro y fuera de la cancha
deportiva. Su comportamiento destaca en
el campo deportivo al ser muy respetuoso y, sin claudicar en sus derechos como
jugador y deportista, Nadal jamás ha ofendido de palabra o acción a otro
jugador o a un juez. Es posible que no
esté de acuerdo con la decisión de un referí, pero con buenas maneras y
adecuados términos, expone su caso o su opinión sobre la jugada en cuestión y
trata de convencer al referí de que haya errado para que rectifique pero, sino no
lo logra, no insiste y se retira a su posición de jugador pensando que puede
ser él el equivocado y trataría de demostrar en próximas jugadas lo correcto de
su posición al respecto. Otros
jugadores, conscientes de la veracidad de su reclamo, insisten en plantearlo
una y otra vez y se ofuscan demasiado al tomar el asunto muy personal, pues
creen que el árbitro le tiene ojeriza y algunos llegan a ofender al juez
perjudicándose como jugador y llegan a ser multado y expulsado y en ocasiones
ambas cosas a la vez. Pero Nadal no olvida el incidente: más tarde en sus diálogos
con la prensa lo comenta y expone su opinión con argumentos de peso que
enfatizan o defienden su punto de vista nunca tratando de ofender al
árbitro. O simplemente destacando, sin
malicia alguna, que el árbitro es un ser humano y también puede equivocarse. Casi
siempre, cuando se trata del lugar donde pica una pelota (dentro o fuera de la
línea reglamentaria), es una cuestión de apreciación, por tanto, es posible que
el árbitro se equivoque, aunque él esté en mejor posición que los jugadores
para tomar la decisión correcta. (Debido
a este tipo de discusión en este deporte, en la era moderna y en particular en
las canchas donde se juega el grand slam –por aquello que una apreciación
errónea de este tipo puede afectar negativamente el resultado final de un
partido, se ha diseñado un dispositivo electrónico que retrata la trayectoria
de la pelota e indica el lugar exacto donde picó en, dentro o fuera de la raya
reglamentaria, que elimina este tipo de controversia. Pero por lo regular –este dispositivo no se
utiliza en el resto de las canchas).
También este tipo de incidente –el roce de los jugadores con el árbitro
como consecuencia de una decisión—y otros que afectan el juego de tenis han
hecho que Nadal apoye o proponga soluciones a situaciones controversiales de
este deporte (entre otros, las reglas del juego, la longevidad de los torneos a
lo largo del año que afecta a los jugadores, etc.)
Pero
quería destacar la caballerosidad de este jugador español en la cancha y en
todo lo relativo al tenis, deporte que el manacorí adora. (Tal vez por ello, él y sus familiares han
establecido, con parte de sus ganancias en este deporte y la contribución de
otros inversionistas, una Academia de Tenis en Manacor, su pueblo natal,
ubicado si mal recuerdo en la isla española de Mayorca). Además de su buen comportamiento durante su
participación en un juego de tenis, Nadal también es un caballero por su
respeto y consideración con el público que asiste al espectáculo, así como espera
que los espectadores lo sean con los jugadores.
Como muchos habrán notado, el tenis, por costumbre y tradición, requiere
del silencio necesario para que el jugador pueda concentrarse en el juego, en
especial en momentos apremiantes o difíciles, como cuando el jugador se dispone
a sacar y requiere un silencio absoluto.
Pues bien, Rafa Nadal es uno de esos jugadores que exigen y aprecian ese
silencio absoluto al momento de sacar. Pero si no se produce, no dice nada, ni
reclama con un gesto. Simplemente deja
de sacar y solo procede a hacerlo cuando palpa el silencio requerido. El
comportamiento ciudadano de Nadal en su país y en los países que visita durante
los torneos donde participa también es digno de encomio. Quizás por este proceder ciudadano y, por
supuesto, por os logros obtenidos en el campo deportivo y en especial por su
resonante actuación en encuentros de la Copa Davis y los torneos mundiales
cuando ha actuado con éxito en representación, Rafael Nadal recibió años atrás
el premio Príncipe de Asturias, distinción que la República Española no solo
otorga a sus ciudadanos sino a cualquier otro del mundo que tenga una resonante
actuación en el deporte o en cualquier otra actividad que merezca dicho
reconocimiento.
Son
muchas otras cosas que se pudieran mencionar para destacar el proceder de este
destacado deportista. Creemos que lo
destacado hasta ahora es más que suficiente para creer que estamos ante un
jugador excepcional. Recientemente el público deportivo pensó que
motivado a las lesiones que Rafael Nadal recibiera en los juegos de tenis en
años anteriores, que trajeron como consecuencia derrotas y su obligada ausencia
de las canchas durante largos períodos para lograr su recuperación, que este
excelente jugador se retiraría definitivamente del tenis. Consultado al respecto, el tenista español consideró
que creía que no había llegado el momento de su retiro, que cuando eso
sucediera sería el primero en reconocerlo y anunciarlo. La sorprendente recuperación que el manacorí
mostrara a fines del año pasado que lo llevó a una destacada figuración en el
grand slam de Austraulia a principios del 2017, cuando perdió en la final,
luego de una larga y emocionante lucha durante cinco sets, con Roger Federer, y
el haber ganado sucesivamente los torneos de Montecarlo, Barcelona y Madrid y
culminado al ganar invicto el Rolland Garros de este año, hablan de una
recuperación extraordinaria del tenista español y dice a las claras que todavía
habrá ¡una destacada actuación de Rafael Nadal en los tiempos venideros!!!
L A I N C R E I B L E P E R S
O N A L I D A D D E R A F A E L N A D A L
Hablar de la personalidad de un
individuo presupone un conocimiento cabal y acertado de la manera de
comportarse dicho individuo tanto en sus relaciones con los demás como en la
obtención de los objetivos que persigue en la vida. Este conocimiento no necesariamente se
obtiene con la convivencia diaria con dicho individuo; también puede obtenerse
de la observación constante de sus actos y de su trato con un grupo clave de personas
que lo rodea y que tiene que ver con el comportamiento general del individuo
dentro de la sociedad. Y esto puede
suceder sin que el observador tenga un trato personal con el observado. Esta situación se da por lo general en las
figuras públicas.
Como todos sabemos, el tenista
español Rafael Nadal es una figura pública.
Se ha dedicado durante más de 17 años a practicar profesionalmente el
tenis con una dedicación y con resultados casi increíbles. El haber obtenido hasta ahora 15 grand slams
en su carrera –la expresión “grand slam” es inglesa y hasta ahora sin
traducción al español u otro idioma.
Describe un torneo tan especial e importante que hasta ahora se realizan
cuatro en el curso de un año (el Australiano, el francés “Rolland Garros”, el
inglés “Wimbledon” y el estadounidense “U.S. Open”. Se realizan, en ese orden,
bastante distanciados de manera que quepan con cierta holgura en el lapso de un
año). La obtención de estos grand slams,
además de haber ganado innumerables torneos de tenis en su país y en los
principales países de Europa y del mundo, convierten a Rafael Nadal en un
deportista excepcional pues son pocos los tenistas profesionales que han alcanzado
esta cantidad de triunfos pues, que se sepa, en la era moderna de este deporte,
es solo superado por el suizo Roger Federer que ha acumulado 18 grand slams
junto a una mayor cantidad de torneos a nivel mundial. A este logro deportivo de Nadal se une la
conducta destacada del español dentro y fuera de la cancha deportiva. Su comportamiento destaca en el campo
deportivo al ser muy respetuoso y, sin claudicar en sus derechos como jugador y
deportista, Nadal jamás ha ofendido de palabra o acción a otro jugador o a un
juez. Es posible que no esté de acuerdo
con la decisión de un referí, pero con buenas maneras y adecuados términos,
expone su caso o su opinión sobre la jugada en cuestión y trata de convencer al
referí de que haya errado para que rectifique pero, sino no lo logra, no
insiste y se retira a su posición de jugador pensando que puede ser él el
equivocado y trataría de demostrar en próximas jugadas lo correcto de su
posición al respecto. Otros jugadores,
conscientes de la veracidad de su reclamo, insisten en plantearlo una y otra
vez y se ofuscan demasiado al tomar el asunto muy personal, pues creen que el
árbitro le tiene ojeriza y algunos llegan a ofender al juez perjudicándose como
jugador y llegan a ser multado y expulsado y en ocasiones ambas cosas a la vez.
Pero Nadal no olvida el incidente: más tarde en sus diálogos con la prensa lo comenta
y expone su opinión con argumentos de peso que enfatizan o defienden su punto
de vista nunca tratando de ofender al árbitro.
O simplemente destacando, sin malicia alguna, que el árbitro es un ser
humano y también puede equivocarse. Casi siempre, cuando se trata del lugar
donde pica una pelota (dentro o fuera de la línea reglamentaria), es una
cuestión de apreciación, por tanto, es posible que el árbitro se equivoque,
aunque él esté en mejor posición que los jugadores para tomar la decisión
correcta. (Debido a este tipo de
discusión en este deporte, en la era moderna y en particular en las canchas
donde se juega el grand slam –por aquello que una apreciación errónea de este
tipo puede afectar negativamente el resultado final de un partido, se ha
diseñado un dispositivo electrónico que retrata la trayectoria de la pelota e
indica el lugar exacto donde picó en, dentro o fuera de la raya reglamentaria,
que elimina este tipo de controversia.
Pero por lo regular –este dispositivo no se utiliza en el resto de las
canchas). También este tipo de incidente
–el roce de los jugadores con el árbitro como consecuencia de una decisión—y
otros que afectan el juego de tenis han hecho que Nadal apoye o proponga
soluciones a situaciones controversiales de este deporte (entre otros, las
reglas del juego, la longevidad de los torneos a lo largo del año que afecta a
los jugadores, etc.)
Pero
quería destacar la caballerosidad de este jugador español en la cancha y en
todo lo relativo al tenis, deporte que el manacorí adora. (Tal vez por ello, él y sus familiares han
establecido, con parte de sus ganancias en este deporte y la contribución de
otros inversionistas, una Academia de Tenis en Manacor, su pueblo natal,
ubicado si mal recuerdo en la isla española de Mayorca). Además de su buen comportamiento durante su
participación en un juego de tenis, Nadal también es un caballero por su
respeto y consideración con el público que asiste al espectáculo, así como espera
que los espectadores lo sean con los jugadores.
Como muchos habrán notado, el tenis, por costumbre y tradición, requiere
del silencio necesario para que el jugador pueda concentrarse en el juego, en
especial en momentos apremiantes o difíciles, como cuando el jugador se dispone
a sacar y requiere un silencio absoluto.
Pues bien, Rafa Nadal es uno de esos jugadores que exigen y aprecian ese
silencio absoluto al momento de sacar. Pero si no se produce, no dice nada, ni
reclama con un gesto. Simplemente deja
de sacar y solo procede a hacerlo cuando palpa el silencio requerido. El
comportamiento ciudadano de Nadal en su país y en los países que visita durante
los torneos donde participa también es digno de encomio. Quizás por este proceder ciudadano y, por
supuesto, por os logros obtenidos en el campo deportivo y en especial por su
resonante actuación en encuentros de la Copa Davis y los torneos mundiales
cuando ha actuado con éxito en representación, Rafael Nadal recibió años atrás
el premio Príncipe de Asturias, distinción que la República Española no solo
otorga a sus ciudadanos sino a cualquier otro del mundo que tenga una resonante
actuación en el deporte o en cualquier otra actividad que merezca dicho
reconocimiento.
Son muchas otras cosas que se
pudieran mencionar para destacar el proceder de este destacado deportista. Creemos que lo destacado hasta ahora es más
que suficiente para creer que estamos ante un jugador excepcional. Recientemente el público deportivo pensó que
motivado a las lesiones que Rafael Nadal recibiera en los juegos de tenis en
años anteriores, que trajeron como consecuencia derrotas y su obligada ausencia
de las canchas durante largos períodos para lograr su recuperación, que este
excelente jugador se retiraría definitivamente del tenis. Consultado al respecto, el tenista español consideró
que creía que no había llegado el momento de su retiro, que cuando eso
sucediera sería el primero en reconocerlo y anunciarlo. La sorprendente recuperación que el manacorí
mostrara a fines del año pasado que lo llevó a una destacada figuración en el
grand slam de Austraulia a principios del 2017, cuando perdió en la final,
luego de una larga y emocionante lucha durante cinco sets, con Roger Federer, y
el haber ganado sucesivamente los torneos de Montecarlo, Barcelona y Madrid y
culminado al ganar invicto el Rolland Garros de este año, hablan de una
recuperación extraordinaria del tenista español y dice a las claras que todavía
habrá ¡una destacada actuación de Rafael Nadal en los tiempos venideros!!!