jueves, 1 de diciembre de 2016

E L P L A C E R D E L A R E L E C T U R A


                                    E L   P L A C E R   D E   L A   R E L E C T U R A

            Soy de los que les gusta releer trozos literarios.  En particular disfruto releyendo cuentos o narraciones cortas.  Por supuesto, tengo mis escritores favoritos.  Por ejemplo, me encanta mucho Julio Cortázar.  Creo que es uno de los mejores escritores de la literatura española de todos los tiempos, en todo caso, el mejor narrador  de cuentos o literatura corta.  Su literatura es si se quiere algo fantástica, muy peculiar.  Como diría Jorge  Luis Borges, la literatura de Cortázar “es un mundo poroso, en el que se entretejen los seres”.  He leído todas sus novelas pero debo confesar que en la que más me demoré fue en la lectura de Rayuela,  pues tardé cerca de dos años en ella, debido a que la pospuse en varias  ocasiones por mis ocupaciones pero también porque releí algunos de sus capítulos.  Las novelas  de este autor (exceptuando Rayuela) no me parecen  tan interesantes como sus cuentos.  Estos los he leído todos.  Pienso que algunos de ellos son magistrales.  La noche boca arriba es una narración muy original tanto en su estructura como en la trama que expone.  Lo mismo puede decirse  de Continuidad en los parques, Cuello de gatito negro o Un lugar llamado Kindberg.  En muchas ocasiones prefiere releer sus cuentos que embarcarme en la lectura de un nuevo (para mi) escritor.
         Otro de los escritores  que me ha parecido extraordinario es Guillermo Meneses.  De él poco me atraen sus novelas aun cuando admiro El falso cuaderno de Narciso Espejo.  También he repetido la  lectura de su primera novela La balandra Isabel llegó esta tarde --novela que fue llevada al cine y se convirtió en la primera película venezolana de renombre internacional.  Sin embargo, mi admiración por Meneses nació de la lectura de su cuento La mano junto al muro. Cuando este  relato apareció, si mi memoria no me falla, en 1950, al ganar el concurso de cuentos del diario “El Nacional”, revolucionó la cuentística venezolana.  Es una narración sumamente innovadora y compleja.  Es posible que para muchos su temática y estructura continúen siendo difíciles de entender.  Me fascinó este relato,  me sigue pareciendo muy original, quizás  por eso lo he leído en varias ocasiones y cada vez que lo releo le descubro algo nuevo o percibo con mayor claridad un giro idiomático o el significado de un párrafo o de una frase.  Admito, sin embargo, que este es el único relato de Meneses que me ha hechizado.
           Otro escritor que posee mis simpatías y del que preocupo leer todo lo que produce, sea traducido o no, es John Updike.  Creo que he leído casi todas sus novelas y la mayoría de sus cuentos.  De su producción literaria considero –y esto, como todo lo que he mencionado y mencionaré, es una apreciación muy personal--  que su relato largo o noveleta Off the farm, es lo mejor que ha escrito, aunque muchos opinan que la novela Corre Conejo y las secuelas que que escribió sobre el mismo tema y que le mereciera el Pulitzer y el National Book Award de su país, es lo mejor de su producción.  No dejo de admirar estas novelas, las cuales he leído  relato fue escrito con sencillez, además de sobresalir la técnica narrativa utilizada y la originalidad con que desglosa el tema escogido. Tanto fue así que cuando apareció el relato en Nueva York –si no me equivoco, a principios de la década de los sesenta—logró que este escritor, hasta ese momento poco conocido en U.S.A., se convirtiera en uno de los narradores favoritos del lector norteamericano.  He leído este relato en inglés y su traducción al español y en ambos casos me parece magistral –como es sabido, alguna literatura cuando es vertido de un idioma a otro pierde muchas veces su encanto original.  Ello no ha sucedido en  este caso. Cada vez que puedo releo Off the farm con el mismo placer de siempre.
        Existen otros  escritores cuya producción literaria también me ha impresionado, en especial sus narraciones cortas.  A veces me atraen la estructura del relato, la originalidad del tema o cualquier otra singularidad.  Admito que aprecio mucho la novelística de Rómulo Gallegos, ese gran escritor nuestro, el primero de proyección mundial y quien, no obstante, fue subestimado y hasta vilipendiado por alguno escritores venezolanos, en especial los que aparecieron en la década de los sesenta.  He leído todas sus novelas pero he releído la trilogía Doña Bárbara, Cantaclaro y Canaima, en ese orden de preferencia.  Admito, sin embargo,  que no me han atraído sus cuentos por lo que he leído pocos de ellos.
      Deseo destacar que una de las novelas que he leído en más de una ocasión y que aún mantiene su hechizo es País portátil, de Adriano González León.  También  me ha atraído la narrativa corta de este autor y la he disfrutado.  Admiro en este narrador su particular uso de la metáfora.  Esta novela se lleva la palma pues me parece extraordinaria  no sólo por la técnica narrativa utilizada, la originalidad de su trama y la belleza de sus metáforas si no por el hecho de que ella simbolizó lo mejor de la producción literaria de Venezuela en la segunda mitad del siglo XX y, además, en su oportunidad le mereció el premio internacional Biblioteca Breve.  Se encuentra dentro de esta categoría, es decir, literatura de excepción que merece ser releída, algunos relatos de Arturo Uslar Pietri.  Sus novelas, excluyendo Las lanzas coloradas, son pocos atractivas para mí.  Quiero confesar que admiro a este escritor pero prefiero al Uslar Pietri didáctico, representativo de lo mejor de la venezolanidad de nuestra época reciente que al novelista.
         Hay otros escritores de prestigio o sin él, conocidos o desconocidos que no busco con particular interés o que luego de leerles un relato o una novela no me atraen lo suficiente como para releerlos.   Esto me sucede con Gabriel García Márquez.  No he leído todas sus novelas aunque si a Cien años de soledad, que le produjo el premio Nobel de literatura y que a mí me pareció muy interesante y original, y algunos de sus relatos.  Estos me parecen prescindibles a excepción del libro de cuentos que publicó en España, 12 Cuentos Peregrinos.  Estoy en desacuerdo con algunos críticos que enzarzan sus relatos cortos pues para mí no son lo suficientemente originales o interesantes que justifique su relectura.  Otro escritor que considero interesante y digno de leerse es José Saramago.  No he leído todas sus novelas y, que yo sepa, no ha escrito cuentos y que posee un estilo raro pero que no es cansón.  Los libros que más me han impresionado de este autor son El evangelio según Jesucristo y El año que murió Ricardo Reis, esta última una narración fundamentada en los diversos narradores que utilizara en vida el poeta portugués Fernando Pessoa.  La temática de ambos libros es sumamente cautivadora y original pero no lo suficiente para jusfificar otra lectura.
         No podría olvidar  entre mis autores preferidos al mexicano Carlos Fuentes a quien  siempre recordaré por su novela La muerte de Artemio Cruz y por su extraordinario largo relato o noveleta Aura, las únicas producciones de este insigne escritor que por su originalidad  y por haber mantenido mi interés durante toda su lectura, merecieron que yo justificara su segunda lectura.



U N R E C U E R D O D E C O R T A Z A R

                                      UN RECUERDO DE JULIO CORTAZAR

          Estamos en el año de la celebración del centenario del nacimiento de Julio Cortázar.  No puedo contarme entre los escritores amigos de este extraordinario narrador argentino pero si uno de los miles lectores de sus fantásticos y admirados cuentos.  Porque la fama como creador se la debe Cortázar no tanto a sus novelas como a sus cuentos.  Su fama se fue construyendo a medida que fueron apareciendo sus originales relatos y llegó el momento que sus lectores  americanos estábamos a la espera de la aparición de su nuevo libro de cuentos para buscarlo afanosamente en las librerías para luego maravillarnos con las nuevas e inesperadas fantasías que ellos brindaban.          
         Me pasa con Julio Cortázar algo que no me sucede  con otros creadores: no  he leído toda su literatura (aunque dudo que uno llegue a leer todo lo escrito por un autor), pero si todos sus cuentos. Pertenezco a ese grupo de lectores que han leído muchos de sus relatos más de una vez, algunos como La noche boca arriba o Cuello de gatito negro, por lo menos cinco veces.  Me sucede algo fascinante con estos cuentos y en general con la literatura de este narrador: cada vez que los leo casi siempre encuentro algo nuevo, algo que no había precisado en anteriores lecturas y además siempre me envuelve la aureola fascinante y atractiva que había experimentado en la primera lectura.
            Con sus novelas no puedo decir lo mismo.  Es cierto que las he leído todas pero una sola vez.  Rayuela fue la última que leí hace ya más de 30 años y es la única que me incita a una nueva lectura.  Cortázar invita en el comienzo de esta obra que se lea de diversas maneras, lo que realmente significa que al leerla de la manera sugerida,  se convierte en la lectura de varias novelas a la vez y creo que esa fue la intención del escritor.
            Otra de las cosas que admiro en Cortázar es su incesante creatividad.  La creación de personajes como los "cronopios" es fascinante para decir lo menos.  Su estilo como narrador incita al lector a familiarizarse con el mismo de tal manera que uno, por lo menos en mi caso, rápidamente admira sus giros idiomáticos, la original manera como desarrolla sus historias, lo que hace que uno se mantenga motivado en la lectura admirando sus  inesperadas novedades que, al aparecer, lo hace con tanta naturalidad que uno se maravilla  y se interesa más por seguir en la lectura hasta que llega al climax del cuento.  Entonces, sin dejar de sorprenderse, uno desearía que la narración continuara con nuevos aportes y nuevas maravillas.  Como no puede ser, se consuela leyendo una y otra vez ese final.
             Cortázar no fue un escritor que se contentó con solazarse en su creación.  Al contrario, consideró que tenía la obligación de realizar una actividad política en el hemisferio americano, al que pertenecía con orgullo, para combatir tanto el atraso como las taras que observara en nuestros países.  Así mismo tuvo el tino de respetar  la idiosincrasia de nuestras naciones así como las diversas tendencias políticas que observaba en sus visitas, sin dejar de insistir en el respeto a la libertad de expresión de las ideas en nuestros pueblos.  Sin embargo, como buen izquierdista,  pregonaba su pensamiento renovador pero no actuaba para imponerlo aunque si para defenderlo.  En  este orden de ideas, Cortázar apoyó desde un principio la  Revolución Cubana y fue un gran amigo de Fidel Castro.  Sin embargo, no tuvo la intuición de otros escritores latinoamericanos, como Mario Vargas Llosa, que también apoyó esta revolución en sus inicios, pero cuando vio la tendencia al estancamiento que la misma traería a Cuba, dejó de apoyar a Castro y a combatir el sistema comunista que empezó a imperar en  esta isla, el cual se ha traducido en atraso y estancamiento para los cubanos.  Lamentablemente Cortázar  no tuvo esta visión ni vivió lo suficiente para corroborar la lamentable situación económica y política de la Cuba de nuestros días.
            Sòlo ví a Julio Cortázar una vez, cuando visitó a Caracas (¿Sería la primera visita?), en el complejo residencial-comercial Parque Central del centro de la ciudad donde yo trabajaba.  El escritor (alto, delgado, con barba y bigote, ojos cuestionadores) enseñaba a su compañera (¿esposa, amante? Nunca lo supe) las particulares atracciones del lugar.  Me provocó entonces interrumpirlos y enseñarle uno de mis mejores cuentos pero mi timidez me lo impidió.  Luego me recriminé el no haberlo hecho  cuando me enteré de la receptividad del escritor argentino hacia los noveles escritores.
            Por último, quiero resaltar algo que es fundamental en la literatura de este célebre argentino.  Cortázar nunca hizo lo que podría llamarse una “literatura política”, lo cual agradecemos todos sus lectores.  Siempre tuvo el tino de separar su literatura del ámbito político.  Quien lee sus cuentos verá que son verdaderas joyas literarias y en ellas poco se asoma el rasgo político de su autor.  Lo mismo podría decirse de sus novelas y de sus otras creaciones literarias.  Incluso cuando alguno de sus relatos se desarrolla en un lugar de centro-america, en plena ebullición política, como sucede con la narración Alguien que anda por ahí, el contenido del cuento es presentado con tanta sutileza que el aspecto político que subyace en el mismo es  tocado tan tangencialmente que el lector casi no lo nota. Algo similar se asoma en la lectura de algunos pasajes de Rayuela.  Esto, por supuesto, también engrandece la figura de este notable escritor.


miércoles, 23 de noviembre de 2016

U N A E X P E R I E N C I A E L E C T O R A L

                                               U N A    E X P E R I E N C I A    E L E C T O R A L

                Estoy temporalmente residenciado en el Estado de Florida de los Estados Unidos y en esta ocasión he observado las incidencias de una elección presidencial.  En este país se realiza una gran elección cada cuatro años y en ella se eligen considerados a ser electos por ley (congresistas, presidente de la nación, vice-presidente, etc,).  Esta institución (la electoral) existe en esta republica, en forma periódica,  después de lograda la independencia de Gran ,
                Trataré en esta visión bastante superficial del tema electoral destacar los aspectos que yo he observado en estas elecciones y resaltaré aquellos aspectos del tema electoral con los cuales estoy familiarizado a través de las elecciones de mi país y que puedan dar una idea de mi parecer sobre este tema.
            He aquí mis comentarios:
1)     El pueblo norteamericano es tan olvidadizo como el nuestro en el momento de elegir a un nuevo presidente y se deja impresionar fácilmente.
 La mayoría de los analistas políticos latinoamericanos están de acuerdo que los pueblos al sur del río Grande olvidan muchos de los errores de un candidato presidencial (la corrupción, el atraso que sus acciones ocasionaron al país, su mala administración, etc.), en especial si lo respalda un o unos partidos importantes en el momento de la nueva elección de un presidente.  Por ejemplo, en Venezuela, Carlos Andrés Pérez en su primera presidencia (1973-1978) tuvo unas ejecutorias positivas pero se caracterizó por permitir la corrupción, sólo estaba interesado en resaltar su ego, fue  un pésimo administrador de la inmensa riqueza petrolera que administró y endeudó al país con inmensos préstamos con bancos extranjeros e intereses excesivos para la construcción de obras muchas de las cuales no se vieron.  No obstante este negativo legado, Acción Democrática, su partido, lo propuso como candidato a la presidencia (1988.1993)  y el pueblo no tomó en cuenta el legado negativo de su presidencia anterior y lo eligió presidente.  Donald Trump, que es un hombre mujeriego y ha sido públicamente censurado por eso y es un mentiroso de nación (así le decimos en Venezuela a los mentirosos por naturaleza)  y U.S,A. se ha caracterizado, hasta ahora,  por no querer a un presidente mentiroso ( Richard Nixón lo hicieron renunciar por mentir y Bill Clinton estuvo a punto de recibir la misma  sanción pero reconoció a tiempo su error).  Bien, Trump se caracterizó durante la campaña por decir mentira tras mentira y negar sus problemas con las mujeres e inventar mentiras contra Hillary Clinton, su opositor electoral, por lo  que parece que  ahora buena parte del país se ha tornado olvidadizo o le conviene aceptar fácilmente que lo convenzan y lo ha elegido presidente.
2)    Sorpresa electoral
Para buena parte de la población de este país, de Latinoamérica, Europa y el resto del mundo el resultado de la elección  presidencial de Norteamérica ha sido una gran sorpresa.  Una de las razones por lo cual Hillary Clinton no fue  electa presidente de los Estados Unidos por el machismo aquí imperante.  Es una razón o culta, solapada, pero en el ámbito electoral, una mujer no debe ser presidente de la república.  El país debe ser dirigido por un hombre.  En esta nación la mujer ha luchado denodadamente  desde hace siglos por sus derechos, por recibir un trato igual al del hombre y ha escalado posiciones en la sociedad y en las empresas e industrias aunque no puede decirse que hoy se encuentra al mismo nivel que el hombre.  En su lucha por el voto logró este derecho a partir de 1920.  También ha  ejercido posiciones en la administración pública pero nunca ha sido presidente.  Por eso se pensaba que en esta ocasión que U.S.A. tenía una candidata ampliamente preparada y luego de ejercer con eficiencia cargos administrativos altamente complejos,  como el de Secretaria de Estado, nunca se pensó por un hombre que tiene cero experiencia en la administración pública y mucho menos en los problemas que afectan del mundo, pudiera derrotarla. Y tampoco se entiende que  ello se debió a que buena parte de los grupos minoritarios (a excepción de los latinos) y del electorado femenino no votó por ella.  La mujer en esta nación tiene una larga trayectoria de lucha por mejor su nivel  por  eso no se explica esta reacción.  ¡Han debido votar por ella toda la población minoritaria y todas las mujeres estadounidenses en edad para votar!!
3)    El tratamiento cíclico de U.S,A. en las elecciones presidenciales
Después de la muerte de Franklin Delano Roosevelt mientras ejercía su cuarto período presidencial, creció un movimiento en el país que establecía que un presidente no debía ejercer este posición por más de dos períodos constitucionales.  Esto pronto se transformó en una ley y desde entonces se cumple.  Además, por costumbre, pues no existe una ley al respecto, que  un partido político no debía gobernar más de dos períodos constitucionales.  Esto último venía cumpliéndose también.  Esta costumbre también gravitó negativamente contra Hillary Clinton.
Nunca se creyó que aquí gobernaría un presidente negro.  La elección de Baracka Obama como presidente también fue una sorpresa en el mundo.  Y más que fuera reelecto para un segundo período.  Por tanto ello resultó un peso negativo adicional para la elección de Hillary Clinton como presidente pues violaba la costumbre ya establecida.
4)     El problema de la correspondencia  de Hillary Clinton
Cuando H. Clinton fue Secretaria de Estado parece que utilizó su correo público como medio para enviar su correspondencia privada.  Luego terminara de ejercer este cargo y al retornar a su vida civil fue ampliamente criticada por sus adversarios políticos.  Como ella consideró que no había cometido delito al no utilizar este medio para realizar actos indebidos, no se preocupó por defenderse sobre este asunto.  Sin embargo los republicanos siguieron atacándola por este asunto.  En esta campaña presidencial lo utilizaron también.  El director del F.B.I., que es republicano, anunció públicamente una investigación en contra de la candidata del partido demócrata al principio de la campaña electoral a las pocas semanas el mismo director anunció que la investigación a nada condujo.  Faltando diez días para las elecciones el mismo director anunció otra investigación sobre la Clinton de la misma correspondencia pero tres días antes de las elecciones declaró que no sería sometida a juicio, pero ya el mal estaba hecho.
5)    He aquí otros hechos que influyeron en contra de H. Clinton:
5.1  El senador Sanders a quien la Clinton derrotara en las primarias electorales del partido ´demócrata, pese a ello, insistió en la convención demócrata que debía ser el candidato electo.  Esto causó cierta zozobra en la convención que evidentemente perjudicó a la candidata electa.  Además Sanders denigró mucho sobre la personalidad de la candidata y no  hizo nada a su favor durante la campaña por la presidencia.
   5.2  La propaganda negativa del grupo Trump, que era lógicamente esperada,  se excedió en desprestigiar a Hillary Clinton, inventando cuestiones falsas (por ejemplo, que había servido negativamente a su país) o denigrándola, también influyó negativamente en la campaña electoral, por aquello de que al denigrar a una persona se olvida fácilmente lo bueno y se acepta, sin analizar lo malo que se diga de un opositor.


lunes, 12 de septiembre de 2016

E L H É R O E Q U E S E N I E G A A D E S A P A R E C E R

                               U N  H E R O E   Q U E   S E   N I E G A   A  D E S A P A R E C E R

            El domingo pasado volvió a perder Rafael Nadal.  Fue un juego de tenis extraordinario, vibrante de principio a fin.  El rendimiento de ambos jugadores (Nadal combatía contra un joven tenista francés), dentro de lo novedoso que por lo general nos presenta el famoso torneo tenístico de Nueva York, el U. S. Open, fue bastante parejo y con pocos altibajos.  La actuación del francés, Lucas Pouille  (se pronuncia “pui”), de 22 años, resultó ser una novedad inesperada, para los que no lo conocen que, indudablemente, constituyó la gran mayoría de los presentes en la nueva y novedosa cancha de Flushing Meadows.
            Por las repercusiones que tuvo el resultado de este partido, me permito presentar un apretada síntesis del evento.  En el primer set el galo presentó una actuación tan sorpresiva y casi perfecta que el tenista español no tuvo ninguna posibilidad de exhibir su acostumbrado juego pues aquél devolvió con mucha efectividad todas las boleas que Nadal le enviara.  Por eso ganó el set 6-1.  En el segundo set, afortunadamente, la reacción del tenista de Manacor no se hizo esperar superando ampliamente al francés.  Rafa lo ganó 6-2.  Pero en el tercer set volvió a predominar el tenista francés con sus buenos saques y drives que impidió el avance de Nadal y lo ganó 6-3.  Pero el español, como siempre, se negaba a perder y presionó con buenas y efectivas jugadas hasta ganar el set 6-2.  El 5to. Set, el decisivo, resultó una lucha encarnizada entre ambos jugadores pero al final nadie prevaleció y tuvieron que ir al tie-brake (algunos lo llaman en español “muerte súbita”, por el corto tiempo en que se decide al ganador pero la tendencia es utilizar la expresión inglesa).  Antes de iniciar este último se produjo una jugada tan sorpresiva que yo pensé que, a la larga, sería la definitoria del combate en favor del manacorí. El tenista galo envió una bolea alta con la intención de sorprender al español, pero Nadal no se había movido de su sitio y logró recibirla y devolverla con tanta efectividad que ganó el punto en discusión.  En el tie-brake, después de un predominio del galo, Rafa logró empatar el score 6-6.  Cualquiera de los dos jugadores había hecho méritos para ganar el encuentro.  Claro, la lógica indicaba que debido a su trascendencia y amplio currículo, Nadal debía ser el ganador.  Pero en los deportes como en la vida no siempre resulta así.  Finalmente se impuso el tenista francés.
            En este juego de tenis, no obstante, a Nadal “se le vieron las costuras”, como se dice en el beisbol.  En el deporte, como en cualquiera otra actividad, los años no pasan en vano, y la jerarquía y las efectivas jugadas que un deportista llega a realizar para destacar y llegar al tope no suelen ser eternos y en el tenis, que es un deporte para gente joven (el mayor rendimiento se obtiene antes de llegar a los treinta años), esto es determinante.  Rafael Nadal acaba de cumplir 30 años y está practicando el tenis desde los 14.  En los últimos años su salud se ha resentido: han aparecido dolencias en las rodillas y en las muñecas.  Los años 2014, 2015  y 2016 para el tenista español han sido desastrosos para el tenista de Manacor, en especial los dos últimos donde dolencias en las rodillas originaron lesiones que han producido bajo rendimiento y la consecuente derrota en un partido y hasta retiro del mismo.  En el 2015, tuvo que retirarse del grand slam de Wimbleton por fractura de su muñeca izquierda.  Este año la recurrencia de esta dolencia originó que se retirara del grand slam Rolland Garros de  París.  Tampoco asistió al  Wimbleton de 2015 por la misma causa y su deseo de que el descanso obligado le permitiera representar a España en los juegos olímpicos de Rio de Janeiro.  En dichos juegos logró una medalla de oro al jugar como pareja en los juegos de tenis dobles pero en los juegos individuales fue derrotado por Juan M. del Potro perdiendo la posibilidad de ganar cuando menos  la medalla de plata; luego la derrota que sufriera ante el japonés K. Nishikori le impidió ganar la de bronce. Las dolencias no habían aparecido pero si  el cansancio y la excesiva precaución ante la recurrencia de las mismas. Por ello pensó figurar en uno de los torneos previos al grand slam U. S, Open, el de Cincinnatti, pero estaba demasiado extenuado y tuvo que retirarse del mismo.   Luego de cierto descanso asistió al U. S. Open y ganó sus primeros juegos hasta encontrarse con la piedra de tranca que resultó ser el francés Pouille. En declaraciones en Nueva York posteriores a esta derrota admitió que no se hallaba en sus mejores condiciones físicas, debía mejorar su saque (en el juego con el francés Nadal casi siempre fallaba en su primer saque) y recuperar la efectividad de su drive (deficiencia que le restó puntos en  el mismo partido).

            Hasta el presente Nadal ha tenido un historial extraordinario como deportista.  Es el español que figura en la historia deportiva de su país como el mejor tenista de todos los tiempos.  Ha ganado 14 grand slams (el torneo más difícil y extenso de este deporte, también el más lucrativo pues otorga los más altos premios en metálico).  Tal vez por estas razones sólo hay cuatro torneos de esta categoría en el año y en diversos lugares del orbe (el de Melbourne, Australia;  el Rolland Garros en Paris, Francia;  el de Wimbleton en Londres, Gran Bretaña y  el  U. S. Open, en Flushing Meadows, Nueva York, U. S. A.).  Nadal los ha ganado todos: 9 veces el Rolland Garros, estableciendo un record bastante difícil de superar para los futuros tenistas; 1 vez en Australia y 2 veces cada uno en Londres y Nueva York.  En adición a esto, existen  más de 400 triunfos que ha logrado a lo largo de más de 15 años de actuación en los torneos profesionales de la A. T. P. y otras organizaciones tenísticas que se escenifican anualmente en diversas ciudades importantes del mundo.  Por esta extraordinaria labor Rafael Nadal ha recibido innumerables reconocimientos, entre los cuales destacan el Príncipe de Asturias, la distinción más alta que se otorga en su país a un ciudadano que destaque y ponga en alto el nombre de España, lo cual es un reconocimiento también para Manacor, el humilde pueblo español que lo vio nacer.  Además, Rafa Nadal se ha ganado el aprecio y la consideración de sus miles de fanáticos que, por su excelsa labor deportiva, tiene alrededor del mundo.  ¿Qué más desea, Rafael Nadal?  Pero como todo héroe, aparentemente, este insigne tenista se niega a desaparecer del panorama deportivo mundial.  Dice el de Manacor: “Creo que no ha llegado el momento del retiro.  Todavía me quedan dos buenos años en el tenis”, asegura.  Y luego habla con franqueza sobre el adiestramiento a que se someterá para superar las fallas que ha detectado en su juego…

lunes, 5 de septiembre de 2016

EL SEÑOR DE LAS TRES PATAS

                                   E L   S E Ñ O  R    D  E    L A S   T R E S    P A T A S
            Todos los días cuando salgo a caminar y me dirijo al polideportivo de mi urbanización, me lo encuentro, generalmente después de superar el paso el tráfico intenso de la Avenida Malpica(¿), la que comunica la Urbanización La Trinidad (donde yo estoy residenciado), con el pueblo de El Hatillo, por un lado, y por el otro, con la Autopista de Prados del Este, nuestro conexión con la ciudad de Caracas.  Es la persona a quien he denominado como el Señor de las Tres Patas.  Ya explicaré por qué.
            No lo conozco personalmente y por lo tanto nunca he conversado con él.  Pero da la casualidad de que cada mañana laboral nos encontramos generalmente después que haya superado el tráfico de dicha avenida.  Entonces, cuando es factible, el buen hombre se moviliza con dificultad por la acera y por eso requiere de la ayuda de un bastón.  Ello se debe a que, por alguna causa, sus piernas se desplazan con mucha complicación y de forma aparatosa y por eso requiera de la ayuda de un tercer miembro (el bastón) para no caerse y poder así caminar, sea atravesando una calle o simplemente por una acera.  Siempre llevamos destinos opuestos: cuando yo me dirijo al polideportivo (a realizar mis caminatas y ejercicios), el sigue un camino contrario y penetra en La Trinidad.
            No se por qué pero me preocupa su lento y accidentado desplazamiento. Usa la mano izquierda para apoyarse con el bastón y coloca debajo del brazo derecho una carpeta marrón, supongo con papeles de trabajo, por lo que llego a creer que es contador y realiza trabajos de contabilidad a domicilio o en algunas de las empresas que cohabitan en la cercana zona industrial.
            He tratado de comunicarme con él, tal vez por la aplicación de una sana curiosidad, pero me detengo a tiempo.  Ello se debe a que soy tímido por naturaleza y por eso poco entablo conversaciones con personas que no conozco y si las encuentro en la calle mucho menos.  En este último caso pienso que la otra persona, que tampoco me conoce, se acerca a mí con la intención de atracarme y más si no me mira con extrañeza, como gallina que mira sal, como dice mi abuela y, por lo tanto, muestro en mi cara un gesto de repeler a un atacante, especialmente en estos días, cuando atracar a la gente (para robarle lo que llevan encima) es  común en la ciudad de Caracas y los pueblos y urbanizaciones que la rodean.  Por ambas razones me abstengo de comunicarme en la calle con otras personas que no conozco y sigo mi camino hacia el destino que me haya trazado en cada ocasión.
            Como no conozco al personaje del que estoy hablando, he decidido identificarlo de esa manera, no con la intención de ofenderlo ni de mostrar un gesto de desprecio hacia su persona, más bien me compadezco al verlo  con su trabajoso andar: moviliza con dificultad una pierna y luego, con la misma complicación, la otra, y luego con la intención de mantener el equilibrio, con su mano izquierda aprieta el mango del bastón y apoya la punta de éste en la calzada para no caer y proceder a dar el siguiente paso.  Su rostro serio refleja una sombra de sufrimiento que él tiende a disipar al distraerse viendo el camino que transita o los autos que pasan por la avenida o la calle o la gente que encuentra a su paso.  Insisto: como no sé su nombre y me llama la atención nuestro encuentro diario, esta es mi manera –aunque parezca arcaica o burda—de registrar esta relación.  La manera como se desplaza al caminar me insinuó ese nombre.  También sugirieron el uso de esta denominación la manera  algo angustiada en que se desplaza, la forma particular en que mueve sus extremidades y el resto de su cuerpo (los ojos registran, al mirar la calle o la acera, si hay algún impedimento a los futuros pasos que ha de dar y su cerebro determina lo que debe hacer para evitar una posible colisión; su busto se mueve como en zigzag para adaptarse a los bruscos movimientos de sus extremidades y es evidente que  el uso del bastón es importante para mantener el equilibrio).
            Supongo que su estado físico actual pudo haber sido consecuencia de un accidente automovilístico en que se vio envuelto años atrás. Pero también pudo ser consecuencia de ataque de parálisis infantil en el pasado que este señor sufriera u otro tipo de causa.  Quién sabe.  Por cierto al mencionar la parálisis vino a mi mente la imagen de Franklin Delano Roosevelt, presidente de los Estados Unidos, que sufriera un ataque de esta enfermedad, tal vez en la década de los años veinte del siglo XX, que lo inutilizó de por vida pero no le impidió ser el grande hombre que fue en beneficio de su país.  Pero no todos tenemos este tipo de fortaleza mental y, de ser esta la causa de la desdicha de nuestro personaje, es evidente que éste tampoco la tiene.

            En fin, la única manera de saber el origen de su desdicha es preguntándoselo y yo, debido a lo que he narrado con anterioridad y al deseo de no cometer una indiscreción o de no producirle un mal momento a este señor, que realmente aprecio, tampoco lo intentaré.

lunes, 6 de junio de 2016

EI SERENATERO Y LA DAMA

   

                                               EL SERENATERO Y LA DAMA

            Algunas personas piensan que Río Caribe es un pueblo  de  pescadores.  Eso no es enteramente cierto.  Es un puerto de mar que, por supuesto, tiene sus pescadores, pero eso no condiciona ni determina la naturaleza del pueblo.  Para demostrar este aserto, esta es la historia de alguien que inicialmente fue un pescador pero que después llegó a caracterizar otras actividades en el pueblo, entre ellas, las de cantar serenatas y velorios.  Esto no quiere decir que ser serenatero es una profesión.  En Río Caribe no lo era.  Era más que nada una actividad para satisfacer al ego, complacer al espíritu.
            También este pueblo se caracteriza, como otros pueblos del oriente de Venezuela, por llamar a las personas usando un apodo y se llega al extremo que al morir nadie no lo había nombrado, y también utilizado para presentar la nefasta noticia, sino con el mote que lo denominó en vida.  Nuestro personaje se llamaba José del Carmen pero todos los que lo trataban lo llamaban “Colorado”, pues desde niño, por ser una persona muy sanguínea,  y no por los efectos del inclemente sol de la región, tenía el rostro rojo, o colorado como le dicen en el oriente del país.
            Florentina, la dama en referencia, a quien por cierto llamaban “Chucha”, conoció a Colorado cuando ambos eran adultos.  Ella no recordaba cuando pero lo  más probable fue que lo conoció en un velorio.  En esa época (década de los años 20 del siglo XX), se hallaba en auge el canto en los velorios.  Si ahora, por lo menos en las grandes ciudades, al morir una persona la llevan del hospital (o de su residencia)  a una funeraria y al día siguiente al cementerio, sin que se produzca ningún tipo de canto en honor del fallecido pues, de hacerlo, se considera un sacrilegio, en cambio en el Oriente y creo que por  lo general en el interior del país,  todavía se estila el canto en los velorios y estos se realizan en la casa del difunto.  En todo caso, cuando ellos se conocieron era normal y corriente.
            En esa ocasión ella admiró su voz estentórea y a la vez clara y agradable.  Él, al verla y luego al tratarla, se enamoró de ella: lo que llaman “amor a primera vista”.  Florentina, una joven de 23 años, era una madre soltera con dos hembras y un varón y había sido abandonada por el marido que era un jugador y ya se había ido del pueblo.  Por supuesto, en esos días se hallaba desencantada de la vida y aborrecía a los hombres.
            Colorado era una persona tenaz en todo lo que se proponía.  De su labor primaria de pescador tuvo que retirarse luego de verse con otros pescadores en una tempestad y aunque en el naufragio perecieron algunos pescadores, él y otros lograron salvarse.  Pero le cogió miedo al mar y no quiso continuar pescando.    En la playa compraba pescados a otros pescadores, los cuales, por ser del gremio, se los vendían a un precio que le facilitaba una ganancia aceptable al revenderlos por las calles del pueblo.  Allí, todos los días, lo esperaban sus “marchantas”, a quienes conquistaban con sus chistes y frases oportunas, para venderles la cosecha marina del día.  En el oriente del país el pescado, en sus diversas variantes: sierra, carite, tahalí, jurel, sardinas, etc., es el alimento primordial (mezclada, por supuesto con las verduras y hortalizas) por lo menos en las familias de pocos ingresos.  La carne de res, el pollo y el cerdo se consume ocasionalmente o los domingos como comida especial.   Solamente las familias de clase media, que dirige el comercio y otras actividades lucrativas del pueblo, poseen una dieta más variada.  En esos días, cuando Chucha conoció a Colorado, el oficio del susodicho era vendedor de pescado pero sólo en el día.  En las noches cantaba velorios y serenatas.  Además, Tenía sus parrandas, por lo general, los fines de semana.  Cuando José del Carmen precisó el domicilio de Florentina, decidió llevarle una serenata.  Esa noche se presentó en Chamberí con un compañero que tocaba el cuatro y a las diez de la noche comenzó a cantar a la puerta de la casa de la agraciada.  Pero nadie se asomó ni a la primera ni a la segunda canción.  Al finalizar la tercera canción, el cantador, que tenía un oído muy fino, escuchó un murmullo de voces del otro lado de la puerta.  Esto lo animó y esperó, confiado.  Florentina se negaba a salir pero su madre, Micaela, la presionaba para que lo hiciera.
--Que salgas y des las gracias por la serenata, no es ningún compromiso –decía la madre--, al contrario, es un gesto de buena educación.  Además, si no lo haces, estará cantando toda la noche…
--Déjelo, mamá, pronto se cansará…
--Bien, si no lo haces tú, lo  haré yo.  Pero las canciones son para ti, debes de salir…
            Para entonces, José del Carmen había comenzado la cuarta canción, un vals oriental.  Micaela, entre tanto, seguía con su misma cantaleta.  Finalmente, al concluir la canción,  Florentina asomó la cabeza a la calle y dijo:
--Gracias por la serenata, Colorado, buenas noches.
            Y cerró con suavidad pero con decisión, la puerta.
            Colorado miró a su compañero de farra y sonrió.  Lamentó, para sus adentros, que Chucha no le diera la oportunidad de conversar y de cantarle otras canciones, no obstante, se mostró complacido de que por lo menos se asomara a la puerta.  En la próxima, tal vez… pero no sucedió así.   En las próximas dos serenatas sucedió lo mismo.  Fue cuando José del Carmen hizo gala de su tenacidad y decidió llevarle una serenata un sábado ¡a las seis de la tarde!!  Y lo hizo con el mejor acompañamiento posible: cuatro, guitarras y maracas.
            El conjunto comenzó a tocar a la casa y casi en seguidas muchachos y vecinos llegaron a acompañarlos.  Para evitar la aglomeración de personas frente a su casa, Florentina se vio obligada a hacerlos pasar luego de concluida la segunda canción.
                Entraron a la casa y se acomodaron como pudieron en el pasillo (la vivienda tenía una pequeña sala, dos cuartos y un estrecho pasillo que conducía a un rústico estar y la cocina).  Empezaron a tocar mientras Micaela les preparaba unos vasitos de mistela (bebida casera parecida al vino) y al terminar la canción les llevó la bebida en una bandeja de plástico con flores pintadas de variados colores.  Colorado y su grupo agradecieron el gesto mientras paladeaban la bebida.  Florentina y su mamá se unieron a los músicos con sus respectivas bebidas y participaron en la animada conversación de los músicos.
            Ese día  se esmeraría cantando sus mejores interpretaciones, una de las cuales llevaba su autoría.  Chucha siempre recordaría ese día pues cantaron un vals dedicado al pueblo (“Río Caribe, tus playas soñadoras…”) que Colorado, con su bien timbrada voz, haría más agradable el momento.  Dos horas después, al enterarse que la bebida de la casa se había agotado, el conjunto aludió discretamente un compromiso que tenía para ausentarse.  Antes de irse, Florentina agradeció con sentidas palabras el gesto mientras los acompañaba hasta la puerta de la casa.
            Ese fue el inicio de la relación de José del Carmen con aquella modesta familia.  De allí en adelante la visitaría con frecuencia llevándole siempre algún presente a Florentina: un ramo de flores. Las mejores vituallas (vocablo  oriental, posiblemente de origen aborigen, con que se denominaban a las verduras, elemento fundamental para el hervido o sancocho, ésta última, otra voz  típica de la región).  Un día en plena temporada de este tipo de pescado, le llevó una sierra de mediano tamaño, la cual fue recibida por Micaela pues Florentina había salido de compras.  Al llegar, se sorprendió un poco pues no esperaba esta acción de Colorado.  Después decidió preparar el   sancocho con la sierra e invitar al cantador, pues pensó que tal vez esa era la intención del  cantador.  A Micaela le pareció que eso  era lo adecuado.  La agradecida entonces le envió un mensaje de “papelito” –costumbre, ya desaparecida, que existía entonces, como normal medio de rápida comunicación—invitándolo a almorzar en su casa el siguiente domingo.  José del Carmen aceptó entusiasmado y se presentó al almuerzo con un enorme aguacate, el cual fue disfrutado en el condumio.
            De allí en adelante el serenatero comenzó a cortejar a Florentina.  Al argumento de que ella no era señorita –quiso decir virgen--, le dijo que él estaba profundamente enamorado de ella; de que era la madre de tres hijos, argumentó que no importaba pues al ser de ella serían sus hijos también, que nada de eso sería un  obstáculo mientras él tuviera la “fuerza” para trabajar –quiso decir la disposición física— y mantener la familia.  Florentina dudó y entonces decidió “darle tiempo al tiempo”.  A tanta insistencia de José del Carmen   se casaron a los dos años de la proposición.
            Fue un matrimonio que siempre funcionó, a pesar de la diferencia de edades (el cantador era quince años mayor que Florentina) y su vida algo rumbosa.  Para que la farra no incomodara a su esposa,  al principio la restringió a los fines de semana, los carnavales y las parrandas decembrinas; luego, cuando este arreglo  no funcionó, decidió no parrandear en los carnavales y en diciembre.  Por último, mantuvo la farra los fines de semana hasta que comenzó a observar la cara agria de Florentina cuando llegaba  el viernes.  Para él era signo de tempestad.  No obstante, a veces se topaba con un compañero de parranda un sábado en la tarde e iniciaba la fiesta que terminaba el domingo en la tarde y entonces, silencioso, regresaba a la casa y se acostaba en su chinchorro hasta el día siguiente, cuando, ante la mudez de Florentina, hacía lo indecible para contentarla, desde traerle un atractivo pescado de la playa hasta adornarle la casa con las más bellas flores que encontrara en el mercado, narrarle chistes, inventarle historias y hasta improvisar cantos hasta que lograba que su esposa sonriera.  Entonces retornaba la alegría a su cuerpo y el fin de semana siguiente ni siquiera se asomaba a la puerta de la calle…
            Ese fue José del Carmen Ramírez.  Tuvo gestos impensables con esta familia que hizo suya.  Desde casarse con Florentina e incluir los hijos de ella y reconocerlos como hijos del matrimonio, desde querer a hijos y nietos hasta hacer cualquier sacrificio por su salud y protección.  Los hijos, al crecer y llegar a plena juventud, buscaron hacer sus propias vidas: Zeno y Rolando se establecieron en la capital del país; Mercedes, como la madre, parió soltera tres hijos de un hombre que la amó mucho pero también la abandonó y se fue del pueblo;  Cosmelina, su única hija con Florentina, se enamoró de un parrandero que llegó de Güiria y como no pudo convencerla de que se saliera con él, se casó con ella y se la llevó a su pueblo.  En este espantoso puerto fronterizo le parió dos  hijos y murió a los tres años, al no poder adaptarse a la vida de infidelidades y parrandas de su esposo.  Enterada de su tragedia,  Mercedes se trasladó al infernal pueblo y se trajo a los sobrinos y los crió hasta que crecieron y pudieron defenderse solos.  Entonces, siguiendo la tradición implantada, dentro de la familia y por buena parte del pueblo, se convirtieron en parias al irse de Río Caribe.
            Así pues,  todos los hijos de Florentina, a excepción de Mercedes, en plena juventud, buscaron otros aires y pronto se establecieron en otros sitios y formaron sus propias familias.  Los únicos nietos que manoseó José del Carmen fueron los hijos de Mercedes.  No obstante, Vicente partiría a los ochos años, cuando fue requerido por su padre, hacia la capital.  José del Carmen estaba consciente que la nieta, tarde o temprano, también partiría.  Por eso se mantenía aconsejándola sobre cuál debía ser su proceder en Caracas y cuál debía ser su proprósito por encima de todo: educarse, completar su educación primaria y bachillerato y  hacerse de una profesión.  Todo esto lo hacía pues estaba consciente de que tenía que irse pues en el pueblo terminaría siendo la mujer  de un pescador, le decía.
            Entre tanto, hacía todo lo posible para que  la nieta la pasara bien.  En unos carnavales pensó que Rosalía, su nieta, debía disfrazarse para la fiesta infantil de la escuela.  Y le hizo un disfraz de Charera.  Las Charas era un poblado en las cercanías del pueblo que producía mucho casabe que las chareras vendían en el mercado y por las calles principales de Río Caribe.  El disfraz fue tan perfecto que lo premiaron en la fiesta infantil.
            En otra ocasión las escuelas del pueblo organizaron en su Teatro Elena una festividad donde cada escuela presentaría un número musical.  El mejor de los cuales recibiría un premio del concejo municipal.  La escuela de su nieta hizo una selección interna. Rosalía y su Salomé fueron las agraciadas.  José del Carmen se esmeró en construir un mejillón grande, de madera, pintado  de un marrón oscuro, del cual  al abrirse al compás de la música, y levantarse una de las valvas, saldría  bailando  Salomé que se hallaba durmiendo en el mejillón.  La música la despertaría y ella se desperezaría mientras el mejillón se abría.  Luego, la niña saldría bailando y se dirigiría, con movimientos circulares y haciendo arabescos con los brazos, hasta el centro del escenario donde, manteniendo los movimientos al compás de la música, concluiría la danza.  El mejillón fue tan perfecto y manipulado con tanto acierto y el baile y canto de Rosalía tan agradable al oído que, al concluir la pieza, fue ovacionada durante varios minutos.  La escenografía y el canto recibieron el primer premio (una copa con la inscripción respectiva tanto de la escuela como de la alumna participante).  Esa vez tanto Colorado como la calle Chamberí festejaron el triunfo de la nieta como si hubiese sido una fiesta nacional.  Él y su conjunto parrandero también festejaron.  Por cierto, fue la última parranda que realiza en vida José del Carmen Ramírez.
            Cuando finalmente la nieta se despidió del abuelo antes de su viaje a Caracas, Rosalía lo hizo con lágrimas en los ojos.   El viejo hizo lo indecible pero al fin pudo aguantar  las ganas  de llorar.  Después que la niña partió en el auto que la llevaría a Carúpano donde tomaría el avión, José del Carmen caminó hacia el tanque de agua  de la casa y se sentó en uno de sus bordes.  Fue cuando las lágrimas brotaron en el rostro del abuelo.

                 

martes, 19 de abril de 2016

PLACERES E INCONVENIENTES

                                   P L  A C E R E S   E   I N C O N V E N I E N T E S   

                Me sucede con los autos algo similar a lo que me pasa con los libros: no sé qué hacer con ellos.  Pero, por supuesto, con los libros el dilema es más complejo.    Ya veremos.
    En una ocasión el conocido actor inglés Michael Caine dijo con amplio conocimiento del asunto: “el más grande lujo no es manejar un auto sino disfrutar del viaje mientras otro maneja”.  Y es cierto.  Hay gente que se desvive por manejar  y es evidente el placer que produce el estar detrás del volante, pero esto se supone cuando no pensamos en las implicaciones que el manejo encierra. 
            Hay que ver la cantidad de vehículos que se desplazan diariamente por las calles avenidas y carreteras.  Es uno de los privilegios de la sociedad moderna.  Pero hay que pensar en los riesgos que esto acarrea:   la cantidad de accidentes –muchos de ellos con  trágicas consecuencias-- que todos los días ocurren en el país en que vivimos.  Resulta que el placer que ocasione el manejar un vehículo se le resta importancia si consideramos las posibles consecuencias negativas que el mismo pueda traer como consecuencia.  Es un placer que resulta secundario, el cual se puede soslayar sin mayores consecuencias.  Pero existe en nuestra época la llamada “fiebre del manejo”, un síndrome que afecta generalmente a nuestros jóvenes, en especial aquéllos que nunca han poseído un auto.  Aprenden a manejar y se sacrifican económicamente con el propósito de adquirir uno y disfrutarlo.  Desconozco las estadísticas que existan al respecto pero se dice que la mayoría de los accidentes automovilísticos que ocurre en un país se  debe a la inexperiencia de los jóvenes que se desplazan en estas máquinas por ciudades y carreteras.
            Pero existen otras manifestaciones de esta fiebre, tal vez más benignas por sus consecuencias pero dignas de ser mencionadas.  Algunos jóvenes (y otros no tan jóvenes) se obsesionan tanto al poseer un auto que no saben qué hacer con él: lo  limpian, lavan, secan y hasta lo pulen hasta dejarlo brillante, en fin lo mantienen inmaculado y si  alguien lo ensucia u otro vehículo pasa a su lado y lo salpica con agua y barro, ¡la persona responsable de ello recibe las maldiciones más  rudas e inimaginables!!  Sin embargo, el dueño del auto pronto olvida La supuesta ofensa pues de inmediato lo lava y busca el paño  para restituirle su anterior pureza.
            En las grandes urbes, y todavía en las ciudades de regular tamaño, existen otros medios de locomoción, como autobuses, taxis, trenes, etc., por lo que el poseer un auto no es realmente una necesidad.  Pero al ser humano le gusta la comodidad.  Y allí está el auto para complacerlo.  El auto se torna en una conveniencia más que una necesidad  y donde ser trasladado en un vehículo manejado por otro parece una forma de infantilismo.  Pero realmente este no es el punto.  Que otro conduzca el auto donde uno se traslada es realmente un lujo (y regresamos a la opinión del actor inglés), un paso ideal al completo disfrute de la libertad pues, como el uso del servicio lo indica, el disfrute experimentado no tiene ninguna añadidura  y uno no es responsable de su ejecución.
            A algunos de nosotros nos gusta ser un “Marimón” (nombre de un corredor de autos de carrera argentino que hace muchísimos años ganó la carrera Buenos Aires-Caracas precisamente por la velocidad que desplegara, pues disfrutamos la mala costumbre de manejar con exceso de velocidad.  Otros no pueden vivir si no están montados en un auto: se trasladan a todas partes manejando y si pudieran ir al abasto de la esquina en su auto lo harían con placer.  Claro, una persona así es un esclavo: sin un auto se halla totalmente desamparado.
            Un mundo ideal sería aquel donde se maneje un automóvil sin ninguna distracción o aquél donde se pudieran anticipar y solucionar a tiempo los inconvenientes que se encontrarían en la vía.  Es posible que ese sea el auto del futuro, lo que permitiría manejar con más seguridad en las carreteras y  en vías de la ciudad.  Sin embargo, pienso,  como el actor inglés, que el mayor disfrute de un auto se realiza en el asiento trasero de pasajeros mientras otro conduce…
             El otro asunto que forma parte de mi presente diatriba es el qué hacer con los libros.  Hay varios ítems que se deben en mi caso tomar en  consideración: el placer de escribir, qué hacer con los libros de la biblioteca particular del escritor, el archivo particular del escritor, etc.
                El ser escritor es una condición particular que pocos aprecian a menos que se refieran a una persona ya consagrada por sus muchas (acaso una sola) obras famosas.  Pero ese no es el tema que vamos a tratar aquí.  Sólo nos referiremos a los escritores (consagrados o no) que aceptan su condición independientemente de su posible figuración pública.  Gente que siente placera  en la escritura por el simple hecho de hacerlo y  sin esperar reconocimiento alguno. A todos los que escriben, así como a todos aquellos apasionados por la lectura, se le presenta por igual el dilema de qué hacer con los libros después que son leídos.  La tendencia general es formar una pequeña biblioteca.  Pero ésta con el tiempo va creciendo y llega el momento que ya no se tiene espacio, en su estudio o sitio de lectura de su hogar, para guardarlos.  Además de los libros que se pierden al prestarlos a los amigos o familiares (otro problema digno de consideración), habrá que tomar una decisión sobre qué hacer con ellos una vez leídos y también con los que tiene acumulados en su casa. Algunos los donan a la biblioteca de la comunidad o a sus   amigos más cercanos.  Sin embargo pienso que la solución a este problema debe tomarse más temprano.  Creo que los escritores deben conservar aquellos libros como  diccionarios (especiales o de lenguajes), textos especializados sobre la lengua y su uso, diccionarios de inglés, español-inglés  y  similares. A esto habría que agregar los libros de literatura en español u otro idioma que sean particularmente atractivos para el escritor, lo cual depende de la preferencia de cada quien.  La idea es  tener un grupo selecto de libros (unos diez como máximo) que uno pueda llevar consigo a la hora de una mudanza.
             En relación con el archivo particular de cada escritor que recopila material de lectura sobre el tema que investiga para utilizarlo como referencia, por ejemplo, en la novela que escribe, hay mucha disparidad de criterio en el proceder adecuado. Algunos mantienen el material de referencia siempre, otros lo eliminan tan pronto haya terminado el texto para el cual se recabó.  El  procedimiento que lamentablemente algunos siguen es escribir basado únicamente en la memoria o en su imaginación, lo  cual, por razones obvias, es poco recomendable así el escritor posea una memoria fotográfica o una extraordinaria imaginación.

            Por lo pronto, estos son los aspectos que se me antojan como los más como la actividad del escritor.

jueves, 7 de abril de 2016

LA FASCINACION DE LA NATURALEZA

                                                LA  FASCINACION  DE  LA  NATURALEZA

                Siempre me ha  fascinado los fenómenos de la naturaleza aunque los mismos me generen dudas .  Por ejemplo, no he podido aceptar o comprender y pienso que muchas personas, aunque no lo manifiesten, tienen la misma indecisión, el por qué, siendo la tierra redonda, los que estamos en su superficie, no nos caemos al  espacio.  Entiendo los movimientos de rotación y traslación de la tierra y así mismo acepto la explicación del  fenómeno a través del ejemplo que me puso mi maestro de primaria: al girar una cesta llena de naranjas alrededor de uno mismo varias veces, las naranjas no se salen del cesto.  Así como las naranjas se adhieren al cesto, los objetos y seres se adhieren a la superficie atraídos por la tierra.  Sin embargo, en épocas no tan remotas, la humanidad ni siquiera pensaba en esto pues  entonces se creía que la tierra era plana…  No obstante acepté la explicación de mi maestro pero  aún tengo  mis  dudas…
                Es más fácil entender la redondez de la tierra cuando uno viaja por mar.  Ha medida que el barco sale del  puerto la visión de los objetos, seres, etc. ha medida que el barco avanza comienza a desaparecer empezando por la parte de abajo.  Lo último que desaparece es el tope de la montaña y uno sólo ve  agua  a su alrededor: esto pone de manifiesto la inclinación y redondez de la tierra.
                Sí, algunos fenómenos de la naturaleza  es difícil de comprender para el común de la gente.  Algunos no entienden, aunque se lo expliquen, la navegación por mar: cómo el marino aprendió a orientarse para trasladarse a otro puerto,  estudiando la posición de la estrella Polar y de otras estrellas y también la acción de los vientos, las mareas y las corrientes  marinas.  Los científicos, los estudiosos de estos fenómenos, también han manifestado sus dudas aunque algo diferentes.  Hasta muy recientemente (década de 1960) sostenían que la orientación marina que se realizaba mediante la orientación de estrellas, vientos, etc., no era lo suficientemente segura o precisa.
                También les parecerá a estos científicos incomprensible lo narrado en la revista dominical del diario The New York Times, en reciente publicación, el método de navegación que por siglos ha utilizado los marinos de las Islas Marshalls del Océano Pacífico, que ellos denominan “navegación o piloteo por corrientes”, un método que les permite detectar la proximidad y dirección  para llegar con rapidez y seguridad a la costa o pueblo costeño al que se dirigen.  Es como si tuvieran un sexto sentido para la navegación,  un método que en estas islas han utilizado ascentralmente y que, evidentemente ignoran los conocimientos científicos que hoy utiliza la navegación marina y que desafía la complejidad de la fluidez dinámica para detectar la proximidad y la dirección  en que se halla la costa o el lugar buscado, hecho que reafirma una vez más la amplitud de la capacidad de orientación que posee el ser humano.
                Utilizando este peculiar  método que los habitantes de las Islas Marshalls llaman “di lep” (en su lengua “Re-meto”) o “piloteo por corrientes” se trasladan en sus canoas entre los atalones, del archipiélago, con la misma facilidad como si utilizaran una carretera.  Este método que desafía todo el avance moderno de la navegación marina está siendo estudiado por los científicos.  Ello también se ha tornado importante en vista a que últimamente la Administración Federal de la Aviación (U.S.A.) de que la actual dependencia en el CPS de la navegación que utiliza la  cadena satelital podría ser saboteada por el enemigo o por una fuerte radiación solar. Como consecuencia de esta situación la Academia Naval de U.S.A. está de nuevo adiestrando a los estudiantes navales en el manejo del sextante para que puedan precisar su posición en el mar mediante el uso de las estrellas.
                Y volvemos al principio.  El hombre ha utilizado su  sentido de orientación en  que  sus viajes alrededor del globo tarraqueo.  En el mar ha sido fundamental la posición de las estrellas para la orientación marina.  El hombre ha elaborado instrumentos (el sextante,  por ejemplo) que  facilitan esa orientación y ha utilizado adicionalmente el efecto de los vientos, mareas y corrientes marinas en dicha navegación.
                Otros seres que habitan en nuestros continentes utilizan la orientación como un recurso para su supervivencia.  Las aves que viven en el hemisferio norte, por ejemplo, al aproximarse el invierno, vuelan hacia el sur en busca de un clima más benigno; las mariposas Monarca la usan para volar desde el centro de México, una distancia aproximada de 1600 Kms., al norte, hasta llegar hasta las Montañas Rocallosas, utilizando apropiadamente la luz solar el tiempo y la latitud; las tortugas, langostas, abejas y otros animales se orientan a través del campo magnético.  Sin embargo, hay animales en que el hombre no ha podido precisar como utiliza su sentido de orientación y la época adecuada para su uso.  Así, algunas aves marinas norteñas (como los Warblers) no se les conocen las coordenadas que usan para regresar a su lugar de origen; también se desconocen por qué otras aves (las godwits) ponen sus  huevos en Alaska y de inmediato emprenden su regreso a su hogar en la Polinesia Francesa.

                Es evidente que todos los seres tienen en su estructura  un “mapa cognitivo amplio” que aún es poco conocido pero se espera que los resultados de las investigaciones que se realizan en este campo ayudaran a conocer  con más detalles algunas áreas oscuras del mundo animal.  Al mismo tiempo para aportar mejoras al bienestar del hombre, el descubrimiento del “di lep”, que permite la lectura de ondas y corrientes marinas como medio de orientación, un sexto sentido que en el mar facilita el traslado de un lugar a otro, método ascentral de los marinos de las Islas  Marshalls, permitirá, si puede ser domesticado, superar las posibles deficiencias que pueda presentar el GPS en la navegación marina.

martes, 29 de marzo de 2016

LA DEBILIDAD HUMANA

                                      L A    D E B I L I D A D    H U M A N A

Para practicar un deporte o realizar otra actividad existe un requisito indispensable y es, básicamente, que a uno le guste,  Se puede figurar en un deporte o en una determinada  actividad simplemente por compromiso, como sería  del  joven que se  dedique a estudiar una profesión, por ejemplo, abogacía, y al hacerlo, cumple con una tradición familiar.  Pero no lo hace porque esa es su inclinación natural.  Lo más probable es que figure poco como profesional en esa carrera y al final no se sienta a gusto en su desempeño. En este orden de ideas, viene a la mente el caso de un individuo que realiza otras actividades sin perder de vista su propia inclinación o el que decide a tiempo concretarse a la actividad que le indica su inclinación.  Este último es el caso del recientemente fallecido músico venezolano Hernán Gamboa que abandonara sus estudios de Pediatría para concretarse a la música y destacar en el estudio del cuatro, ese instrumento típico nuestro.  En este ámbito Gamboa fundó el que  luego fuera un famoso conjunto  criollo, Serenata Guayanesa, en 1971. Este músico se conoció internacionalmente como un virtuoso en el  conocimiento y la práctica del cuatro venezolano.
 Así sucede en los deportes: hay aficionados que se dedican a un determinado deporte porque les gusta, lo practican desde que son niños y posteriormente continúan en esta actividad y hasta llegan a convertirse en profesionales al consagrar su vida a este deporte.  Tal como ha  sucedido con el argentino Lionel Nessi, tal vez el mejor futbolista de esta época.
Lo mismo puede decirse de los tenistas  Dnovak Djokovic, Roger Federer  y Rafael Nadal, tres luminarias del tenis moderno, tres figuras del ámbito mundial de este deporte, aunque en estos días sea Nelo Djokovic considerado la figura No, 1 del tenis del orbe,  Sin embargo, en años recientes figuraron en esa posición tanto Federer como Nadal, destacando el primero como el que ha ganado más grand slams (17) y Nadal le  sigue de cerca (con 14) aunque Djakovic aún no se les acerca pero actualmente lucha por alcanzarlos y (¿por qué no?) superarlos en el futuro cercano.  Es cierto que tanto Roger como Rafael se hayan en el declive de sus respectivas carreras y que han tenido mejores épocas, pero son deportistas sanos que pueden recuperarse y volver a figurar.
Sin embargo, nada es eterno para el ser humano.  Todos tendemos a luchar por figurar o sobresalir en una determinada actividad, muchos fracasan, algunos se mantienen en el estrellato por un tiempo y pocos llegan a ser figuras destacadas. Y lo que es aún más difícil: mantenerse por años a la cabeza de un determinado deporte.  Pronto se produce el lógico desgaste físico y viene el declive.  Esto lo aprovechan otros deportistas con mejores condiciones atléticas para surgir y sustituirlos.  Es una inevitable y permanente rotación, aunque a cualquier profesional le gustaría mantenerse en la cúspide –y excepcionalmente  algunos lo logran--  pero hay que considerar que otros también tienen  el derecho de llegar al tope si poseen las condiciones  para hacerlo.  También hay que considerar otro factor: los fanáticos, como llamamos a los permanentes observadores de un deporte..  A estos les llegará el momento en que se fastidiarían de observar a la misma persona  en el tope de un determinado deporte y mostrarían cierto desinterés por el mismo. También hay que aceptar y comprender que el común de la gente, lo que   generalmente llamamos la mayoría, poco le gusta figurar, prefieren el anonimato, vivir tranquilos en sus hogares, junto a los suyos, sin exponerse a mayores acontecimientos, disfrutando el día a día de la vida.  Los que sobresalen son los pocos y lo hacen porque está en su naturaleza hacerlo, luchar constantemente por figurar, por estar en el tope de un deporte o actividad.  La tragedia radica en que muchas de estas luminarias quieren permanecer demasiado tiempo como tales pero sus condiciones físicas no se lo permiten. Cómo va usted a evitarlo:¡es parte de la debilidad humana!!