U N S O R P R E S I V O Y A D M
I R A D O R E T O R N O
Nada
que ver, esto es de por si increíble: ¡Rafael Radal y Roger Federer han
retornada a la élite del tenis! Cuando se esperaba que Roger, con 36 años, y
Rafa, con 30 años, que habían tenido un claro descenso en los últimos años, de
repente renacen con triunfos claros y una actuación tenista como la que
tuvieron en sus mejores años, ¿qué había sucedido, si las reglas no escritas de
este deporte marcaban que ambos se hallaban en la década (la de los 30 años)
que significaba el definitivo declive de sus carreras?
Veamos esto con
detenimiento. Se pensaba que Federer,
tras cumplir 35 años y tener varios años sin ganar un Grand Slam, haber
disminuido considerablemente sus triunfos en los otros torneos regulares y
haber salido en el 2016 del grupo de los diez mejores jugadores del mundo, se
encontraba, por lógica, en la hora de
retiro… Nadal, por su parte, al tener en los últimos dos años lesiones en la
rodilla y en la muñeca izquierdas y haber cumplido 30 años, también debía pensar
en su retiro al haber obtenido su último Grand
Slam (Rolland Garros) en 2014 y con figuraciones indeseadas en las
contiendas (por bajo rendimiento y derrotas ante sus rivales) de los últimos
dos años pero aún figuraba en el grupo de los diez mejores tenistas del orbe…
Sin embargo, al escarbar ante este comportamiento tan inusual en ambos casos,
encontramos la siguiente explicación:
Roger Federer, quizás
pensando ya en el retiro pero no deseándolo, inició en el 2016 una estrategia diferente
al notar que en los torneos en que participaba por lo general no pasaba de la
cuarta ronda. Decidió no participar en
otros torneos a partir de la mitad de este año, dedicarse al descanso y a
analizar lo que le había sucedido, observar films de sus actuaciones, escuchar
opiniones de los expertos y practicar poniendo en práctica algunas de las
recomendaciones recibidas y preparándose para la campaña del 2017. Realiza
algunos juegos antes de finalizar 2016 pero su mira está en el 2017. Y vaya que rendimiento ha tenido: no ha
perdido ni un partido y ¡hasta ha ganado
el Grand Slam de Australia!
El caso de Rafael Nadal
es no menos sorprendente. El problema fundamental de Rafa era las lesiones en la
pierna y la muñeca que habían incidido negativamente en su rendimiento pues cada
vez que se enfrentaba a algún tenista de los incluidos entre los diez mejores
clasificados del mundo fracasaba.
Decidió tener pocos encuentros en el segundo semestre del 2016 y de
cuidarse de otra lesión. Figuró en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro en tenis
en representación de España y logró una medalla de oro en dobles pero en
individual fue derrotado por Nishikori, que figuraba como quinto en el grupo de
los 10 mejores del mundo. Quedó tan
cansado que tuvo que retirarse del Grand Slam U.S. Open. El resto del 2016 lo dedicó a descansar,
cuidarse, jugar poco y prepararse para el 2017.
El nuevo año fue grato para él: comenzó el año ganando en Australia,
mostró unas condiciones físicas sorprendentes, ganó a tres de los jugadores que
se hallaban clasificados entre los 10 mejores: el canadiense Roani, el frances
Monfils y otro cuyo nombre no recuerdo en estos momentos y llegó a la final del
Grand Slam de Australia cuando fue vencido por Federer, el otro fenómeno del
momento. Pero lo más sorprendente de
Nadal es que recuperó la eficiencia de su revés, pues coloca la pelota en
sitios inesperados como lo hacía en su mejor época, es más efectivo con su
saque y se moviliza con eficiencia por toda la cancha como otrora lo hacía.
El
pleito final por la copa del Grand Slam de Australia entre Rafael Nadal y Roger
Federer fue uno de esos combates de antología que estos dos tenistas están
acostumbrados a brindar a la gran fanaticada deportiva del mundo. Fue un tome y dame constante entre estos dos
gladiadores muy parecidas a las muchas que nos han brindado en el pasado. Y como siempre se decidió en el quinto set,
pues los anteriores sets fueron ganados alternativamente por cada uno de
ellos. Abundaron los buenos lances de
uno y otro tenista con el ensordecedor respaldo de sus respectivos
fanáticos. El quinto set también fue de
leyenda y las buenas jugadas de uno u otro lado hacía presagiar quién sería al
final el campeón. Pero tenía que haber
un solo ganador y esta vez lo fue Federer.
Los fanáticos de Nadal están conscientes de esto y saben que su pupilo
mereció ganar. Lo más importante es que
tanto el uno como el otro han recuperados sus condiciones y han ofrecido y
ofrecerán extraordinarios juegos en el fututo. ¡Enhorabuena!!
¿Qué
les deparará el futuro? Esperamos que
sea lo mejor. Entretanto, ¡bienvenidos
los eternos campeones!!