martes, 18 de abril de 2017

Viajando por los Estados Unidos




                               V I A J A N D O   P O R   L O S   E S T A D O S   U N I D O S

            Hemos pasado dos días en Orlando, Florida, y no ha salido el sol.  La casa está silenciosa.  Todos duermen (excepto, por supuesto, el que escribe) en especial la gente que llegó anoche a las 12:00 de Atlanta después de estar por lo menos nueve horas en la carretera.  Era de esperar pues Atlanta está a una distancia bastante larga de Orlando.  Pudieron haberse perdido pues estuvieron viajando de noche la mayor parte del trayecto y era la primera vez que venían por carretera a esta ciudad, las poblaciones que encontraron en el camino eran muy similares: las casas con la misma estructura y casi idéntico diseño y el layout de los pueblos encontrados muy similares y sólo debían saber que era otro pueblo por la tabla de identificación que encontraban, cuando podían verlo en la oscuridad, a un lado de la vía.  Pero ¡Ah! Allí estaba el salvador, una de las maravillas de nuestra época, el GPS, el instrumento esencial para los viajes (también para los traslados dentro de una ciudad que uno no conoce), que permite el desplazamiento de un sitio a otro, de una dirección a otra, cuando usted desconozca como llegar a la casa de la persona que va a visitar, usted le indica al programa GPS instalado en su vehículo la dirección exacta de la persona que va a visitar y así esté en Atlanta o en Nueva York, el GPS lo conduce hasta allí.  Eso fue lo que sucedió anoche: Rebeca y su familia salieron a las 5 de la tarde de Atlanta a visitar a su hermano Rubén en Orlando y el GPS los condujo hasta aquí.
            Pero si esto hubiera sucedido en mi anterior visita a este país, diez años atrás, al no conocer el lugar hacia donde iban, los visitantes se hubieran perdido y pasado la noche en la carretera.  En el mejor de los casos, hubiesen tenido que viajar de día, pasar la noche en algunos de los moteles de la carretera y auxiliarse con el celular (otra maravilla de nuestros días) o los teléfonos públicos para poder llegar a su destino.  Rubén hubiera tenido que acordar con ellos que los esperaría a la entrada de Orlando, desde donde él les serviría de guía para arribar a su residencia. ¡Fíjese todo lo que el GPS ha podido ahorrar al lograr lo más importante:  llegar al destino que uno se ha propuesto!
            Esto nos permite recordar la serie de artefactos que la tecnología moderna ha aportado para hacer más llevadera la vida en nuestros días.  He aquí cómo opera el GPS:  el chofer le indica la dirección de la ciudad a donde quiere trasladarse y éste, luego de indicarle la ruta de la autopista o carretera por donde debe ir, al llegar a la ciudad indicada, le señala por cual avenida debe introducirse, a que sector llegar y en que esquina debe cruzar hasta llegar a su destino.  El GPS se une al smartphone, el ipode, la computadora y otros inventos de la ciencia moderna, para facilitar la vida en las ciudades de nuestros días.
            Sigue el silencio en la casa.  Los visitantes anoche fueron recibidos con buena comida y bebida.  Luego del estropeo del viaje, la satisfacción de finalmente haberse encontrado con la familia, los viajeros apartaron todo cansancio para comer, beber y dialogar durante un buen rato para luego entregarse al descanso.

            Por eso la casa está tan silenciosa.  Nosotros, mi esposa y yo, también estamos de visita.  Pero para evitar el largo viaje desde Miami, llegamos hace dos días por avión…