sábado, 17 de junio de 2017

LA INCREIBLE PERSONALIDAD DE RAFAEL NADAL





             L A   I N C R E I B L E   P E R S O N A L I D A D  D E  R A F A E L  N A D A L
            Hablar de la personalidad de un individuo presupone un conocimiento cabal y acertado de la manera de comportarse dicho individuo tanto en sus relaciones con los demás como en la obtención de los objetivos que persigue en la vida.  Este conocimiento no necesariamente se obtiene con la convivencia diaria con dicho individuo; también puede obtenerse de la observación constante de sus actos y de su trato con un grupo clave de personas que lo rodea y que tiene que ver con el comportamiento general del individuo dentro de la sociedad.  Y esto puede suceder sin que el observador tenga un trato personal con el observado.  Esta situación se da por lo general en las figuras públicas.
            Como todos sabemos, el tenista español Rafael Nadal es una figura pública.  Se ha dedicado durante más de 17 años a practicar profesionalmente el tenis con una dedicación y con resultados casi increíbles.  El haber obtenido hasta ahora 15 grand slams en su carrera –la expresión “grand slam” es inglesa y hasta ahora sin traducción al español u otro idioma.  Describe un torneo tan especial e importante que hasta ahora se realizan cuatro en el curso de un año (el Australiano, el francés “Rolland Garros”, el inglés “Wimbledon” y el estadounidense “U.S. Open”. Se realizan, en ese orden, bastante distanciados de manera que quepan con cierta holgura en el lapso de un año).  La obtención de estos grand slams, además de haber ganado innumerables torneos de tenis en su país y en los principales países de Europa y del mundo, convierten a Rafael Nadal en un deportista excepcional pues son pocos los tenistas profesionales que han alcanzado esta cantidad de triunfos pues, que se sepa, en la era moderna de este deporte, es solo superado por el suizo Roger Federer que ha acumulado 18 grand slams junto a una mayor cantidad de torneos a nivel mundial.  A este logro deportivo de Nadal se une la conducta destacada del español dentro y fuera de la cancha deportiva.  Su comportamiento destaca en el campo deportivo al ser muy respetuoso y, sin claudicar en sus derechos como jugador y deportista, Nadal jamás ha ofendido de palabra o acción a otro jugador o a un juez.  Es posible que no esté de acuerdo con la decisión de un referí, pero con buenas maneras y adecuados términos, expone su caso o su opinión sobre la jugada en cuestión y trata de convencer al referí de que haya errado para que rectifique pero, sino no lo logra, no insiste y se retira a su posición de jugador pensando que puede ser él el equivocado y trataría de demostrar en próximas jugadas lo correcto de su posición al respecto.  Otros jugadores, conscientes de la veracidad de su reclamo, insisten en plantearlo una y otra vez y se ofuscan demasiado al tomar el asunto muy personal, pues creen que el árbitro le tiene ojeriza y algunos llegan a ofender al juez perjudicándose como jugador y llegan a ser multado y expulsado y en ocasiones ambas cosas a la vez. Pero Nadal no olvida el incidente: más tarde en sus diálogos con la prensa lo comenta y expone su opinión con argumentos de peso que enfatizan o defienden su punto de vista nunca tratando de ofender al árbitro.  O simplemente destacando, sin malicia alguna, que el árbitro es un ser humano y también puede equivocarse. Casi siempre, cuando se trata del lugar donde pica una pelota (dentro o fuera de la línea reglamentaria), es una cuestión de apreciación, por tanto, es posible que el árbitro se equivoque, aunque él esté en mejor posición que los jugadores para tomar la decisión correcta.  (Debido a este tipo de discusión en este deporte, en la era moderna y en particular en las canchas donde se juega el grand slam –por aquello que una apreciación errónea de este tipo puede afectar negativamente el resultado final de un partido, se ha diseñado un dispositivo electrónico que retrata la trayectoria de la pelota e indica el lugar exacto donde picó en, dentro o fuera de la raya reglamentaria, que elimina este tipo de controversia.  Pero por lo regular –este dispositivo no se utiliza en el resto de las canchas).  También este tipo de incidente –el roce de los jugadores con el árbitro como consecuencia de una decisión—y otros que afectan el juego de tenis han hecho que Nadal apoye o proponga soluciones a situaciones controversiales de este deporte (entre otros, las reglas del juego, la longevidad de los torneos a lo largo del año que afecta a los jugadores, etc.)
            Pero quería destacar la caballerosidad de este jugador español en la cancha y en todo lo relativo al tenis, deporte que el manacorí adora.  (Tal vez por ello, él y sus familiares han establecido, con parte de sus ganancias en este deporte y la contribución de otros inversionistas, una Academia de Tenis en Manacor, su pueblo natal, ubicado si mal recuerdo en la isla española de Mayorca).  Además de su buen comportamiento durante su participación en un juego de tenis, Nadal también es un caballero por su respeto y consideración con el público que asiste al espectáculo, así como espera que los espectadores lo sean con los jugadores.  Como muchos habrán notado, el tenis, por costumbre y tradición, requiere del silencio necesario para que el jugador pueda concentrarse en el juego, en especial en momentos apremiantes o difíciles, como cuando el jugador se dispone a sacar y requiere un silencio absoluto.  Pues bien, Rafa Nadal es uno de esos jugadores que exigen y aprecian ese silencio absoluto al momento de sacar. Pero si no se produce, no dice nada, ni reclama con un gesto.  Simplemente deja de sacar y solo procede a hacerlo cuando palpa el silencio requerido. El comportamiento ciudadano de Nadal en su país y en los países que visita durante los torneos donde participa también es digno de encomio.  Quizás por este proceder ciudadano y, por supuesto, por os logros obtenidos en el campo deportivo y en especial por su resonante actuación en encuentros de la Copa Davis y los torneos mundiales cuando ha actuado con éxito en representación, Rafael Nadal recibió años atrás el premio Príncipe de Asturias, distinción que la República Española no solo otorga a sus ciudadanos sino a cualquier otro del mundo que tenga una resonante actuación en el deporte o en cualquier otra actividad que merezca dicho reconocimiento.
            Son muchas otras cosas que se pudieran mencionar para destacar el proceder de este destacado deportista.  Creemos que lo destacado hasta ahora es más que suficiente para creer que estamos ante un jugador excepcional.   Recientemente el público deportivo pensó que motivado a las lesiones que Rafael Nadal recibiera en los juegos de tenis en años anteriores, que trajeron como consecuencia derrotas y su obligada ausencia de las canchas durante largos períodos para lograr su recuperación, que este excelente jugador se retiraría definitivamente del tenis.  Consultado al respecto, el tenista español consideró que creía que no había llegado el momento de su retiro, que cuando eso sucediera sería el primero en reconocerlo y anunciarlo.  La sorprendente recuperación que el manacorí mostrara a fines del año pasado que lo llevó a una destacada figuración en el grand slam de Austraulia a principios del 2017, cuando perdió en la final, luego de una larga y emocionante lucha durante cinco sets, con Roger Federer, y el haber ganado sucesivamente los torneos de Montecarlo, Barcelona y Madrid y culminado al ganar invicto el Rolland Garros de este año, hablan de una recuperación extraordinaria del tenista español y dice a las claras que todavía habrá ¡una destacada actuación de Rafael Nadal en los tiempos venideros!!!














                 L A   I N C R E I B L E   P E R S O N A L I D A D  D E  R A F A E L  N A D A L

                Hablar de la personalidad de un individuo presupone un conocimiento cabal y acertado de la manera de comportarse dicho individuo tanto en sus relaciones con los demás como en la obtención de los objetivos que persigue en la vida.  Este conocimiento no necesariamente se obtiene con la convivencia diaria con dicho individuo; también puede obtenerse de la observación constante de sus actos y de su trato con un grupo clave de personas que lo rodea y que tiene que ver con el comportamiento general del individuo dentro de la sociedad.  Y esto puede suceder sin que el observador tenga un trato personal con el observado.  Esta situación se da por lo general en las figuras públicas.
                Como todos sabemos, el tenista español Rafael Nadal es una figura pública.  Se ha dedicado durante más de 17 años a practicar profesionalmente el tenis con una dedicación y con resultados casi increíbles.  El haber obtenido hasta ahora 15 grand slams en su carrera –la expresión “grand slam” es inglesa y hasta ahora sin traducción al español u otro idioma.  Describe un torneo tan especial e importante que hasta ahora se realizan cuatro en el curso de un año (el Australiano, el francés “Rolland Garros”, el inglés “Wimbledon” y el estadounidense “U.S. Open”. Se realizan, en ese orden, bastante distanciados de manera que quepan con cierta holgura en el lapso de un año).  La obtención de estos grand slams, además de haber ganado innumerables torneos de tenis en su país y en los principales países de Europa y del mundo, convierten a Rafael Nadal en un deportista excepcional pues son pocos los tenistas profesionales que han alcanzado esta cantidad de triunfos pues, que se sepa, en la era moderna de este deporte, es solo superado por el suizo Roger Federer que ha acumulado 18 grand slams junto a una mayor cantidad de torneos a nivel mundial.  A este logro deportivo de Nadal se une la conducta destacada del español dentro y fuera de la cancha deportiva.  Su comportamiento destaca en el campo deportivo al ser muy respetuoso y, sin claudicar en sus derechos como jugador y deportista, Nadal jamás ha ofendido de palabra o acción a otro jugador o a un juez.  Es posible que no esté de acuerdo con la decisión de un referí, pero con buenas maneras y adecuados términos, expone su caso o su opinión sobre la jugada en cuestión y trata de convencer al referí de que haya errado para que rectifique pero, sino no lo logra, no insiste y se retira a su posición de jugador pensando que puede ser él el equivocado y trataría de demostrar en próximas jugadas lo correcto de su posición al respecto.  Otros jugadores, conscientes de la veracidad de su reclamo, insisten en plantearlo una y otra vez y se ofuscan demasiado al tomar el asunto muy personal, pues creen que el árbitro le tiene ojeriza y algunos llegan a ofender al juez perjudicándose como jugador y llegan a ser multado y expulsado y en ocasiones ambas cosas a la vez. Pero Nadal no olvida el incidente: más tarde en sus diálogos con la prensa lo comenta y expone su opinión con argumentos de peso que enfatizan o defienden su punto de vista nunca tratando de ofender al árbitro.  O simplemente destacando, sin malicia alguna, que el árbitro es un ser humano y también puede equivocarse. Casi siempre, cuando se trata del lugar donde pica una pelota (dentro o fuera de la línea reglamentaria), es una cuestión de apreciación, por tanto, es posible que el árbitro se equivoque, aunque él esté en mejor posición que los jugadores para tomar la decisión correcta.  (Debido a este tipo de discusión en este deporte, en la era moderna y en particular en las canchas donde se juega el grand slam –por aquello que una apreciación errónea de este tipo puede afectar negativamente el resultado final de un partido, se ha diseñado un dispositivo electrónico que retrata la trayectoria de la pelota e indica el lugar exacto donde picó en, dentro o fuera de la raya reglamentaria, que elimina este tipo de controversia.  Pero por lo regular –este dispositivo no se utiliza en el resto de las canchas).  También este tipo de incidente –el roce de los jugadores con el árbitro como consecuencia de una decisión—y otros que afectan el juego de tenis han hecho que Nadal apoye o proponga soluciones a situaciones controversiales de este deporte (entre otros, las reglas del juego, la longevidad de los torneos a lo largo del año que afecta a los jugadores, etc.)
                Pero quería destacar la caballerosidad de este jugador español en la cancha y en todo lo relativo al tenis, deporte que el manacorí adora.  (Tal vez por ello, él y sus familiares han establecido, con parte de sus ganancias en este deporte y la contribución de otros inversionistas, una Academia de Tenis en Manacor, su pueblo natal, ubicado si mal recuerdo en la isla española de Mayorca).  Además de su buen comportamiento durante su participación en un juego de tenis, Nadal también es un caballero por su respeto y consideración con el público que asiste al espectáculo, así como espera que los espectadores lo sean con los jugadores.  Como muchos habrán notado, el tenis, por costumbre y tradición, requiere del silencio necesario para que el jugador pueda concentrarse en el juego, en especial en momentos apremiantes o difíciles, como cuando el jugador se dispone a sacar y requiere un silencio absoluto.  Pues bien, Rafa Nadal es uno de esos jugadores que exigen y aprecian ese silencio absoluto al momento de sacar. Pero si no se produce, no dice nada, ni reclama con un gesto.  Simplemente deja de sacar y solo procede a hacerlo cuando palpa el silencio requerido. El comportamiento ciudadano de Nadal en su país y en los países que visita durante los torneos donde participa también es digno de encomio.  Quizás por este proceder ciudadano y, por supuesto, por os logros obtenidos en el campo deportivo y en especial por su resonante actuación en encuentros de la Copa Davis y los torneos mundiales cuando ha actuado con éxito en representación, Rafael Nadal recibió años atrás el premio Príncipe de Asturias, distinción que la República Española no solo otorga a sus ciudadanos sino a cualquier otro del mundo que tenga una resonante actuación en el deporte o en cualquier otra actividad que merezca dicho reconocimiento.
                Son muchas otras cosas que se pudieran mencionar para destacar el proceder de este destacado deportista.  Creemos que lo destacado hasta ahora es más que suficiente para creer que estamos ante un jugador excepcional.   Recientemente el público deportivo pensó que motivado a las lesiones que Rafael Nadal recibiera en los juegos de tenis en años anteriores, que trajeron como consecuencia derrotas y su obligada ausencia de las canchas durante largos períodos para lograr su recuperación, que este excelente jugador se retiraría definitivamente del tenis.  Consultado al respecto, el tenista español consideró que creía que no había llegado el momento de su retiro, que cuando eso sucediera sería el primero en reconocerlo y anunciarlo.  La sorprendente recuperación que el manacorí mostrara a fines del año pasado que lo llevó a una destacada figuración en el grand slam de Austraulia a principios del 2017, cuando perdió en la final, luego de una larga y emocionante lucha durante cinco sets, con Roger Federer, y el haber ganado sucesivamente los torneos de Montecarlo, Barcelona y Madrid y culminado al ganar invicto el Rolland Garros de este año, hablan de una recuperación extraordinaria del tenista español y dice a las claras que todavía habrá ¡una destacada actuación de Rafael Nadal en los tiempos venideros!!!