LA
FASCINACION DE LA
NATURALEZA
Siempre me ha fascinado los fenómenos de la naturaleza
aunque los mismos me generen dudas . Por
ejemplo, no he podido aceptar o comprender y pienso que muchas personas, aunque
no lo manifiesten, tienen la misma indecisión, el por qué, siendo la tierra
redonda, los que estamos en su superficie, no nos caemos al espacio.
Entiendo los movimientos de rotación y traslación de la tierra y así
mismo acepto la explicación del fenómeno
a través del ejemplo que me puso mi maestro de primaria: al girar una cesta
llena de naranjas alrededor de uno mismo varias veces, las naranjas no se salen
del cesto. Así como las naranjas se
adhieren al cesto, los objetos y seres se adhieren a la superficie atraídos por
la tierra. Sin embargo, en épocas no tan
remotas, la humanidad ni siquiera pensaba en esto pues entonces se creía que la tierra era
plana… No obstante acepté la explicación
de mi maestro pero aún tengo mis
dudas…
Es más fácil entender la
redondez de la tierra cuando uno viaja por mar.
Ha medida que el barco sale del
puerto la visión de los objetos, seres, etc. ha medida que el barco
avanza comienza a desaparecer empezando por la parte de abajo. Lo último que desaparece es el tope de la
montaña y uno sólo ve agua a su alrededor: esto pone de manifiesto la
inclinación y redondez de la tierra.
Sí, algunos fenómenos de la
naturaleza es difícil de comprender para
el común de la gente. Algunos no
entienden, aunque se lo expliquen, la navegación por mar: cómo el marino
aprendió a orientarse para trasladarse a otro puerto, estudiando la posición de la estrella Polar y
de otras estrellas y también la acción de los vientos, las mareas y las
corrientes marinas. Los científicos, los estudiosos de estos
fenómenos, también han manifestado sus dudas aunque algo diferentes. Hasta muy recientemente (década de 1960)
sostenían que la orientación marina que se realizaba mediante la orientación de
estrellas, vientos, etc., no era lo suficientemente segura o precisa.
También les parecerá a estos
científicos incomprensible lo narrado en la revista dominical del diario The
New York Times, en reciente publicación, el método de navegación que por siglos
ha utilizado los marinos de las Islas Marshalls del Océano Pacífico, que ellos
denominan “navegación o piloteo por corrientes”, un método que les permite
detectar la proximidad y dirección para
llegar con rapidez y seguridad a la costa o pueblo costeño al que se
dirigen. Es como si tuvieran un sexto
sentido para la navegación, un método
que en estas islas han utilizado ascentralmente y que, evidentemente ignoran
los conocimientos científicos que hoy utiliza la navegación marina y que
desafía la complejidad de la fluidez dinámica para detectar la proximidad y la
dirección en que se halla la costa o el
lugar buscado, hecho que reafirma una vez más la amplitud de la capacidad de
orientación que posee el ser humano.
Utilizando este peculiar método que los habitantes de las Islas
Marshalls llaman “di lep” (en su lengua “Re-meto”) o “piloteo por corrientes”
se trasladan en sus canoas entre los atalones, del archipiélago, con la misma
facilidad como si utilizaran una carretera.
Este método que desafía todo el avance moderno de la navegación marina
está siendo estudiado por los científicos.
Ello también se ha tornado importante en vista a que últimamente la
Administración Federal de la Aviación (U.S.A.) de que la actual dependencia en
el CPS de la navegación que utiliza la cadena satelital podría ser saboteada por el
enemigo o por una fuerte radiación solar. Como consecuencia de esta situación
la Academia Naval de U.S.A. está de nuevo adiestrando a los estudiantes navales
en el manejo del sextante para que puedan precisar su posición en el mar
mediante el uso de las estrellas.
Y volvemos al principio. El hombre ha utilizado su sentido de orientación en que sus
viajes alrededor del globo tarraqueo. En
el mar ha sido fundamental la posición de las estrellas para la orientación
marina. El hombre ha elaborado
instrumentos (el sextante, por ejemplo)
que facilitan esa orientación y ha
utilizado adicionalmente el efecto de los vientos, mareas y corrientes marinas
en dicha navegación.
Otros seres que habitan en
nuestros continentes utilizan la orientación como un recurso para su
supervivencia. Las aves que viven en el
hemisferio norte, por ejemplo, al aproximarse el invierno, vuelan hacia el sur
en busca de un clima más benigno; las mariposas Monarca la usan para volar
desde el centro de México, una distancia aproximada de 1600 Kms., al norte,
hasta llegar hasta las Montañas Rocallosas, utilizando apropiadamente la luz
solar el tiempo y la latitud; las tortugas, langostas, abejas y otros animales
se orientan a través del campo magnético.
Sin embargo, hay animales en que el hombre no ha podido precisar como
utiliza su sentido de orientación y la época adecuada para su uso. Así, algunas aves marinas norteñas (como los
Warblers) no se les conocen las coordenadas que usan para regresar a su lugar
de origen; también se desconocen por qué otras aves (las godwits) ponen
sus huevos en Alaska y de inmediato
emprenden su regreso a su hogar en la Polinesia Francesa.
Es evidente que todos los seres
tienen en su estructura un “mapa
cognitivo amplio” que aún es poco conocido pero se espera que los resultados de
las investigaciones que se realizan en este campo ayudaran a conocer con más detalles algunas áreas oscuras del
mundo animal. Al mismo tiempo para
aportar mejoras al bienestar del hombre, el descubrimiento del “di lep”, que
permite la lectura de ondas y corrientes marinas como medio de orientación, un
sexto sentido que en el mar facilita el traslado de un lugar a otro, método
ascentral de los marinos de las Islas
Marshalls, permitirá, si puede ser domesticado, superar las posibles
deficiencias que pueda presentar el GPS en la navegación marina.
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