sábado, 10 de agosto de 2019

UNA VISITA DE FIDEL CASTRO A CARACAS


                                           V   I   Ñ   E   T   A

         ¿Fue Fidel Castro un lider de la década de los sesenta o para la eternidad?  El discurso de Fidel Castro en la ocasión de su visita a Caracas en 1959, produjo efectos similares a la música de Rachmaninoff, por lo menos en su tercer concierto para piano y orquesta cuando, luego de los acordes iniciales, el mismo piano insistiendo en la melodía principal del movimiento, asoma una varición, una nueva y bella melodía que enlaza con el tema principal.  Esto sugiere a quien lo escucha salir de ese ensueño al que había sido inicialmnte inducido alertar sus antenas y mantener las expectativas hasta que finalizara el movimiento ....
         Un efecto parecido causó Castro en muchos de sus oyentes de su único discurso en Caracas, cuando vino a agradecer la ayuda (monetaria, de alimentos, de armas) que Venezuela enviara a la Sierra Mestra cubana, durante su lucha por la liberación de Cuba del yugo de la dictadura militar de Batista ... por lo menos ese fue el efecto que causara en muchos de los que lo escucharon en esa ocasión en la Plaza O´Leary de la Urbanización de El Silencio de Caracas.
          ... El carisma de Fidel Castro se apoderó de inmediato de la multitud que oía su discurso.  Con gestos precisos exhibió una voz fuerte y una mente clara mientras el discurso fluía con ardor, con dicción perfecta, aunque de repente aparecían los giros cubanos aceptados por igual por la muchedumbre.  En esa oportunidad estuvo hablando durante dos horas con la misma consistencia, con el mismo furor, con la misma frescura en la palabra y el mensaje.
         Me imagino que el presidenteRómulo Betancourt, que no lo recibió oficialmente en Miraflores, pero que  dejó que Castro actuara con libertad en la ciudad, lo estaría oyendo con interés.  Eran dos líderes efectivos con enfoques y, miras diferentes.  Ambos eran fogosos en sus discursos; en los mitines actuaban con palabras precisas, con mensajes claros pero con intenciones diferentes. Castro siempre ambicionó posesionarse de Venezuela (o de la riqueza de Venezuela) y por eso envió armas a los izquierdistas y comunistas alzados en las montañas de El Bachiller en el Estado Miranda, armas que llegaron a través las playas de Machurucuto.
Sólo pudo lograrlo cuando menos lo esperaba en su decadencia, en su ancianidad, cuando a través del hechizo que generó sobre Hugo Chávez Frías logró los recursos necesarios para mantenerse en el poder durante más de quince años, en una época inesperada, pero evitó que el pueblo de Cuba cayera en el hambre, en la inanición.
           Por eso, al entender el verdadero propósito de su viaje, Betancourt no lo recibió en Miraflores.  No  obstante, observando el furor que causó el líder cubano y conociendo al pueblo caraqueño, que lo aceptaba como presidente pero su líder era Wolfang Larrazábal, manejó con mucha cautela y con mano izquierda la visita del líder cubano a la capital.  Permitió que Castro actuara en el mítin de El Silencio, que se reuniera con los líderes jóvenes de su partido (y también de los otros partidos) y se preparó para enfrentar las consecuencias.  Entre ellas, los"cabezacalientes" 
adecos se separaron de su partido y fundaron el Movimiento de Izquierda Revolucionaria que, al no triunfar la guerrilla urbana en la capital, se iría a las montañas de Barlovento a continuar su propósito desestabilizador ... Betancourt con su método, previsiones y perseverancia al final triunfaría: entregar el mando a Raul Leoni, el nuevo presidente y mantendría la democracia en Venezuela.
          Fidel Castro visitaría otros sitios del continente llevando su mensaje levantístico.  Luego regresó a Cuba para mantener la revolución en todo su furor.  Cometió el error de echarse de enemigo a la gran potencia del Norte al  nacionalizar los centrales azucareros y todas las industrias y posesiones de extranjeros en la isla.  Pero tuvo que aliarse a los comunistas rusos para poder sobrevivir ...

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