sábado, 2 de marzo de 2019

Josefina -- Parte III





          El matrimonio de Josefina y Gyovanni fue uno de los acontcimientos que Matilde más recuerda y al que ella contribuyó con su dedicación y la expresión al máximo de su cariño por la joven. Con el paso de los años desde el día en que vino a trabajar con Matilde y sus hijos, Josefina, por sus atributos y la dedicación a la familia, se ganó el aprecio de todos. No era para menos. Ella una muchacha humilde que con su trabajo y sus buenos deseos sólo deseaba tener una familia a la pudiera dar sus afectos y tuvo la buena suerte de encontrarla. Muy pocas veces se daba esta situación, especialmente en Caracas la ciudad más grande del pais y donde, como en las grandes urbes, era frecuente la explotación de un ser humano por otro y donde pocas veces se producía el aprecio y la buena consideración como pudo verse entre estas dos personas. Quizás ello se debió a las ignatas condiciones de Matilde que siempre buscaba un comportamiento similar y lo halló en Josefina.
          El matrimonio civil se realizó en la casa de Matilde y ella invitó a las familias conocidas de la calle del Arenal, las cuales eran clientes de Josefina y todas se presentaron con regalos sencillos los cuales fueron muy apreciados por la novia (todos fueron utensilios hogareños de manera que le ahorraba futuros gastos a la casada). El matrimonio religioso se llevó a cabo en la iglesia de Baruta, la cual, el novio hizo adornar con flores de diversas clases y olores agradables.  Pasaron la luna de miel en Margarita. Inicialmente  Gyovanni quería llevarla a su pais para que conociera a su familia y a Italia. Pero como este país no se había recuperado de los desastres de la guerra mundial, lo dejó para otra ocasión. También prefirió alquilar una casa en La Trinidad para satisfacer a su señora que no quería  alejarse mucho de Matilde.
          Como su buena cabeza para los negocios lo había propocionado, Gyovanni, luego de diez años de residencia en el país, había prosperado mucho: su mueblerá tenía dos sucursales en Caracas, una en Valencia y otra en Maracaibo. Para evitarse dolores de cabeza, los negocios fuera de Caracas eran dirigidos por socios que vivían en esas ciudades y tuvo la pupila de seleccionarlos bien, el aporte de capital eran en ambos casos, según la norma del italiano, "mitad- mitad", al correr los riesgos por igual y facilitaba la selección de los socios.  Ël buscaba, como le confesó a su esposa, disfrutar muchos años de vida y esa manera de hacer negocios se lo facilitaba. Sin embargo no todo fue color de rosas pues el negocio de "los matrimonios" fue un dolor de cabeza desde que comenzó por lo que decidió vender su parte a uno de los socios que se la compró y decidió no meterse en otro tipo de negocios que no fuerael de su ramo y en ellos si le fue bien.
          El matrimonio de Josefina no fue el final de la amistad con Matilde sino, al contrario motivo para reforzar el cariño que ambos se sentían.  Ella aconsejó mucho a Josefina sobre la manera de tratar al esposo para que así preservara la magia de los primeros días de casados. La manera d ser del italiano (excesivamente hogareño) hizo que la amistad fuera ahora entre tres. Cuando nació Clara, su primera hija (tuvieron otro hijo, Robertino, que junto con Clara, se convirtieron en la bendición del hogar). Ambos padres decidieron que los padrinos de los niños fueran Matilde y Humberto, hermano de Gyovanni. 
          Los bautizos de sus hijos se caracterizaron por ser sucesos resaltantes en la urbanización.  Pero nunca superaron el acontecimiento que significó la celebración de los 15 años de Clara.
Gyovanni era un hombre sumamente familiar y vivía para satisfacer los deseos de los suyos.  Su inventiva en los negocios le había permitido crecer en el comercio.  Pero la acumulación de capital no era otra cosa que para satisfacer los deseos de su familia. Tanto Josefina como sus hijos usaban los mejores calzados y las mejores indumentarias que se encontraran en el comercio y el italiano se esmeraba en comprárselos sin considerar su costo.  Ellos tenían la casa más bonita y presentable de la urbanización La Trinidad y tal vez de las urbanizaciones cercanas (el italiano había adquirido uno de los terrenos que quedaban en la urbanización y su quinta, sin ser la más grande, era la más cómoda, construida con el mejor material disponible y los mejores sistemas (de aire acondicionado, planta eléctrica para emergencias, muebles, set de televisión, etc.) y espacios para reuniones y pic-nics disponibles. Por lo tanto, la fiesta de los 15 años de su hija sería la mejor celebración y la cual sería recordada por siempre.  Para completar el festín, la fiesta debía celebrarse en el Salón Venezuela de Los Próceres. El padre, quizás más entusiasmado que la agraciada hija, se preocupó por el adorno  de las carrozas que debían salir de la quinta (también muy adornada con los mejores aditamentos posibles).
          En principio las carrozas bien adornadas debían llevar a la agraciada y a su corte desde la quinta habitada por Clara en La Trnidad hasta Los Próceres. Sin embargo, debido a las distancias y a los inconvenientes que ocasiona el tráfico de la ciudad, que en esos tiempos comenzaba a ser problemático, en especial durante las tardes, las carrozas (camiones debidamente adornados con papelillos,  bambalinas, papeles de diversos colores), con muñecos de Peter Pan,  La Caperucita Roja, Pato Donald,etc., atractivamente ubicados al frente de las carrozas para atraer la atención de propios y extraños, debían salir a las 4 de la tarde de La Trinidad y llegar  a más tardar a las 6 de la tarde, al Salón Venezuela de Los Próceres, se retrasaron un poco al llegar media hora después, al escenario donde se hallaba el trono donde se sentaría Clara a observar el desfile y los bailes que le ofrecerían sus súbditos. Gyovanni acompañó a Clara desde la carroza hasta el trono ubicado n el escenario, mientras la Orqueta Billo's Caracas Boys interpretaria el vals "Noches de Naiguatá" hasta su llegada al trono.  (Gyovanni había tomado la previsión de que los bailarines incluyendo él, su hija y los jóvenes  tomaran clases de baile del vals). Padre e hija bailaron tan bien que fueron ampliamente aplaudido por los presentes al finalizar el vals. Luego que la princesa Clara se sentó en el trono comenzaron a ejecutarse los diversos bailes organizados en su honor (polkas, cuadrillas, etc.) que fueron ampliamente apaudidos por los concurrentes.  Alrededor de las ocho de la noche comenzaría el baile  para los jóvenes que se prolongaría hasta las 12 de la noche.  Fue una fiesta regia que Clara recordaría el resto de su vida.
          Cinco años después Clara se casaría y su esposo la llevaría a vivir fuera del pais pues era un ejecutivo de una empresa distribuidora de cosmeticos que debía viajar y establecerse en diversos paises de Latinoamérica. Clara regresaría esporádicamente a pasarse una temporada con sus padres. Robertino, el hijo varón si se quedaría en el país. Se graduaría de Administrador y poco a poco se fue encargando de la administración de los negocios del padre. Se casó y vivía con su familia en la Urbanización Altamira.
          Poco después de los sesents años, Gyovanni se sentía muy triste y solo. La lejanía de su hija Clara lo afectó mucho. Una tarde, Josefina lo encontró muerto en la sala de su casa.
          Días después del entierro, Josefina se sintió muy sola y visitó a su comadre Matilde, quien tenía tiempo viviendo sola luego de que los hijos se casaron y constituyeron familias aparte.
          Después las comadres cerraron un bello ciclo cuando decidieron vivir juntas el resto de sus días.

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