E L R E G R E S O D E R A
F A E L N A D A L
Estoy en camino de superar
una particular preocupación.
Cuando lo sepa usted pensará lo que le venga en gana y hasta suponer que
el mundo verdaderamente está cambiando debido a casos aparentemente
incomprensibles. Pero digo la verdad. Hasta esta semana estuve preocupado porque
Rafael Nadal parecía ido del tenis después que el año pasado, luego de una
operación de apendicitis y problemas en la rodilla, al regresar a la cancha perdió con rivales que había derrotado varias
veces en el pasado. Después de obtener
la copa campeonil en el Roland Garros de Paris el año pasado y superar las
enfermedades anotadas, el magnífico tenista español había sufrido un declive
inesperado al no ganar en ninguno de los torneos en que participó hasta que
finalmente ganó el abierto de Buenos Aires a comienzos de este año. Pero luego sucumbió en el torneo Indian Wells
de California y en el Miami Open, torneo que siempre le había sido esquivo en
campañas anteriores.
Pero
el problema era que se le veía fuera de forma, cometiendo errores que jamás
había cometido y dando la impresión que llegaba al final de su carrera. Pero en sus últimos encuentros, en especial
en la derrota que le propinó al norteamericano John Isner y su magnífico juego contra
el alicantino Ferrer, me siento más aliviado porque comprendo que el tenista
español ha regresado a su forma anterior y el que pierda o gane ahora será
normal, cuestiones del juego.
En
mi familia así como algunos amigos
cercanos me critican que tengo una fijación con este tenista. Yo creo que simplemente es una excesiva
admiración. Hasta hace pocos años yo no era fanático del tenis. Pero tuve la oportunidad de observar por
televisión el grand slam del 2008 en Wimblenton y me maravilló observar la
magnífica performance del tenista español. En esa ocasión, en el partido final
por el campeonato, Nadal se enfrentaba a Roger Federar, en esos momentos era el
tenista número uno del mundo y con el
que había perdido con anterioridad. Pero
esta vez el joven tenista nacido en Manacor, Mallorca, España, tuvo una
excelente manifestación de sus cualidades mentales y físicas. (Los grand slams son los campeonatos más importantes
de cada temporada. Se juegan 4 en el año: en Merlborn, Australia en enero;
Rolland Garros en Paris en mayo; el Wimblenton en Londres en Julio y el U.S.
Open en Nueva York en septiembre. Son
campeonatos muy exigentes y en ellos compiten los mejores tenistas del mundo y son
los mejores que pagan también: el ganador del torneo obtiene una bolsa que no baja
del millón de dólares.)
En
el Wimblenton a que antes hice referencia,
el tenista balear comenzó perdiendo los dos primeros sets; luego ganó
sensacionalmente los dos siguientes y en el quinto se presentó a la apoteosis
pues ambos tenistas dieron lo mejor de sí en pos de la victoria. Federer
exhibió un buen saque así como buena colocación de la pelota en los extremos de
la cancha; Nadal entonces ni ahora exhibió un buen saque pues no es su
fuerte. Los aciertos más frecuentes del
jugador de Manacor se produjeron cuando colocaba la pelota en las rayas
laterales de la cancha así como en lugares difíciles de alcanzar por el jugador
suizo. Este tipo de jugadas son típicas en la actividad de Nadal sobre la
cancha. En esta ocasión causó un gran desconcierto en su oponente. Federer esperaba ganar la copa como ya lo
había hecho en años anteriores. Pero
esta vez se vio tan desconcertado y fue tan grande su derrota que lloró en la
cancha.
En
esa ocasión estuvo tan emocionado que escribí un artículo alabando la pericia
de Rafael Nadal, quien es el mejor
tenista que ha producido España, el único tenista español que ha ganado 14
grand slams asi como innumerables partidos y torneos en los últimos diez años.
También es el tenista que luce imbatible en la cancha de arcilla o tierra
movida (el otro tipo de cancha más común es la de cemento), que es la que existe
en el Rolland Garros de París, donde Nadal ha ganado 9 veces el torneo, un
record que luce casi imposible de superar.
Debido a los tropiezos que el tenista mallorquino ha sufrido
últimamente, el Rolland Garros de este año parece una incógnita pues no se sabe
si esta vez también lo ganará.
El
deporte blanco, como se conoce al tenis, es muy exigente y por lo general sólo
los tenistas jóvenes salen triunfantes.
Rafael Nadal tiene 28 años y se espera que se mantenga en este deporte
hasta que por lo menos cumpla los 32.
Después de esta edad la mayoría de los tenistas se retiran, en especial
los que han hecho grandes hazañas obteniendo los mejores torneos y también las
mejores bolsas (Nadal ha ganado hasta la fecha más de 72 millones de dólares). Sin embargo, según ha comentado este tenista,
se retirará cuando ya no posea la fuerza ni la stamina que exige este deporte.
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