Pensando
en la vida artística de los cantantes populares, es destacar la del cantante
venezolano José Luis Rodríguez. En este
caso me permito incluir una semblanza
que hice sobre su trayectoria en Sept. de 1999:
“LOS
AÑOS PASAN… ¿ALGO QUEDA?”
“Viendo
en la pequeña pantalla la imagen del
cantante José Luis Rodríguez, no puedo menos que reflexionar sobre la vida
artística y el paso del tiempo.
Contemplando en la televisión la actuación de este artista y sus dos hijas, Liliana y Lilibeth, en el Show del
Miss Venezuela 1999, me dije que José Luis debe sentirse orgulloso de ver a sus
dos hijas mientras él también participaba como cuasi-moderador, primero, y
luego como cantante, en el cierre de dicho programa. Era curioso observar por primera vez el raro
espectáculo de un programa televisivo dominado en su casi totalidad por una
familia artística (en este caso, la familia Rodríguez-Morillo). Aun cuando la actuación de las hijas me
pareció aceptable, no dejo de reconocer que, en un espectáculo para jóvenes,
desencajaba una Liliana Rodríguez, demasiada llena de carnes, actuando como una
gitana que pretendía adivinar la suerte de las misses cuando, haciendo
arabescos con sus brazos, leía la mano a cada candidata mientras decía el nombre
del estado que representaba en el concurso: parecía a todas vistas falsa o al
menos rara. Su voz de vocalista me
pareció algo fuerte aunque tolerable, al interpretar una de las canciones del Amor Brujo, de Manuel de Falla, que uno
ya ha escuchado en la voz de alguna mezzosoprano (la cual es también algo
gruesa). Vale la pena destacar que la
escenografía de ambiente gitano, dentro del espectáculo creado y dirigido por
Joaquín Riviera, resultó una de las escenografías pocas vistas dentro de
nuestra televisión y, en mi opinión,
bastante bien lograda. En cuanto a Lilibeth,
en una interpretación de corte gitano, fue más
modesta y mejor lograda que la de su hermana (lucía, además, una figura
en sus justas proporciones), pues percibí una voz mucho más lírica y agradable
que la de Liliana. La presentación de su
padre, al final del programa, no me pareció nada excepcional aunque siempre he
sido un gran admirador de su voz.
“No
obstante, estas reflexiones sobre la vida artística de José Luis, nacieron al
observarlo al día siguiente en el cierre del programa “Sabado Sensacional”. Entonces Rodríguez se presentó con una indumentaria pobre, fuera de
tono y de moda, en especial si se le compara con la mostrada por Daniel Zarcos,
el animador del espectáculo. La
vestimenta del vocalista ni siquiera se parecía a la mostrada muchos años atrás
cuando se hallaba en el pináculo de su carrera.
Aunque parecía joven, el artista mostraba un rostro algo desencajado
(tal vez porque ahora tiene un poco más de 50 años), que evidenciaba el haber sufrido en más de una ocasión los
favores del bisturí. El rostro además
manifestaba los efectos de incontables exposiciones al sol y algo que me
impresionó fue que el artista presentaba otro estilo en su pelo, pues ya no
exhibía el copete que por décadas fue parte resaltante de su personalidad. Lucía un pelo negro (¿quizás pintado?),
peinado hacia atrás, sin ninguna intención de mostrar el ondulado prominente de
otrora –¿sería que el artista, debido a los años que llevaba actuando, deseaba
impactarnos con una impresión diferente?--.
Así mismo, noté algo que me pareció inesperado (¿No sería esto incitado
por mi descontenta imaginación?): en la parte delantera observé unas entradas
que hacían presagiar una futura calvicie.
En cuanto a las interpretaciones, cantó tres de sus exitosas canciones
de los discos Inolvidables I y II y
otras del CD que para entonces estaba promocionando y que saldría a la venta en
las próximas semanas. Aunque el timbre
de su voz no parece haber variado, lo que más impresionaba es que tampoco había
variado sus movidas de cadera y de los brazos ¡pues eran las mismas de su época de esplendor! Era evidente que en este aspecto el artista
lucía estancado. Rápidamente vino a mi
mente la figura del cantante argentino “Sandro”,
que fue una sensación en el espectáculo que presentara en Caracas en la década
de los 70, cuando se hallaba en el pináculo de su carrera. Este artista
fue todo un acontecimiento
moviendo sus caderas como molinete, implantando una moda entre los cantantes nacionales e internacionales que
desde entonces se presentaron, mientras entonaba unos ayes y gesticulando
sensualmente su boca despertando aullidos y frenesí entre sus admiradoras… Sandro volvió a Caracas en la década de los 80
y se presentó en televisión y en clubes nocturnos con las mismas morisquetas
pero entonces pasó desapercibido, prácticamente ignorado por el público.”
“José
Luis Rodríguez, con su actuación, me dio la impresión de que ya estaba, como
artista del espectáculo, en un franco declive, aunque él, evidentemente, no quisiera admitirlo. Me quedó la impresión
de que luchaba a brazo partido por mantenerse o por recuperar la otrora etapa
de gloria de su carrera que, por supuesto, ya no volverá. Vino a mi mente la imagen de Julio Iglesias,
ese otro cantante de multitudes que décadas atrás también triunfara, como José
Luis, internacionalmente y que muchos consideran superior al artista
nuestro y que, como éste, tiene hijos
cantantes. No dejo de reconocer los
triunfos de Julio Iglesias pero su voz nunca me atrajo. Siempre opiné (y aún opino) que la voz de
José Luis es mucho más sonora, más lírica y más bella. Entonces hubo una rivalidad algo solapada
entre ambos artistas y nunca llegaron a tener una confrontación pública (como
si la hubo en nuestro país con los músicos Luis Alfonzo Larrain y Billo
Frómeta), pues cada artista triunfó y grabó discos por su lado, actuando en
diversos escenarios de España y de América.
Pero el cantante español ha entendido que ya se esfumaron sus mejores
años y esporádicamente realiza presentaciones, particularmente en España, donde
disfruta de un semi-retiro.”
“Creo
que nuestro José Luis debe pensar en lo mismo. Creo que le llegó la hora
de irse paulatinamente retirando de los
escenarios para dedicarse a tiempo
completo a su canal televisión PUMA TV. Una retirada a tiempo es mucho más
elegante y sabia y mucho menos traumática.
¿Quién dice que él no puede ser un exitoso gerente de televisión?”
Pero José Luis Rodríguez no lo fue. Tal vez por diversas razones que él nunca expresó
públicamente, pero que nada tiene que ver con su bella voz, este artista,
después de dirigir su canal durante varios años, prefirió no seguir al frente
del mismo. Quizás como consecuencia de
los dimes y diretes de su vida conyugal,
que terminó con su divorcio de Lila Morillo, José Luis prefirió vivir retirado
en Miami luego de vender PUMA TV, concretándose a esporádicas presentaciones públicas
como cantante, en especial en Miami y Venezuela y a la producción de nuevos
CD´s. Es una lástima pero es evidente
que los años pasan, mas en su caso han
quedado evidencias de su calidad
artística, en particular de su extraordinaria y preciosa voz. Por cierto que antes de su proyección internacional,
en la década de los 60, José Luis fue un exitoso vocalista de la orquesta
venezolana Billo´s Caracas Boys .
También hay que resaltar su éxito como primer actor de telenovelas en
Venezuela y otros países latinoamericanos y en Miami.
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