lunes, 24 de noviembre de 2014

UNA NOTA SOBRE GERTRUDE STEIN






                          UNA NOTA SOBRE GERTRUDE STEIN

         Hablar sobre Gertrude Stein tiene algo de aventura, de amor por lo desconocido si consideramos que esta escritora norteamericana tuvo mucho de ambas cosas.  Nacida en la segunda parte del siglo XIX, tuvo la virtud –tal vez sería más apropiado decir  la suerte—  de estar presente durante dos de los acontecimientos  entonces el centro del movimiento cultural del mundo especialmente para las artes y la literatlaura.
         Gertrude Stein fue una escritora que siempre se consideró un genio por lo que debía producir el libro que la proyectara como tal.  Aunque sus escritos iniciales datan  de las primeras décadas del siglo XX, no fue hasta 1932 cuando produce La Autobiografía de Alicia B. Toklas, obra que logra al fin lo que tanto ansiaba, el tipo de paroxismo por el deseo de fama y dinero que hasta entonces la había eludido.  Desde su juventud había ambicionada la “gloria”, como muchos de sus amigos entonces decían, pero el tipo de escritura experimental que producía la alejaron de la misma.  Finalmente a la edad de 58 años decide prostituirse, como ella misma creía, al producir un libro en un inglés común y corriente y que, para su sorpresa, se convirtió en un best-seller.
         El tipo de genio que ella se consideraba era difícil de precisar.  Se había entrenado para especializarse en psicología o para convertirse en médico  y luego, al cursar el último año de la Escuela Medicina John Hopkins, comenzó a pensar que la escritura era el camino para llegar a la gloria.  Su aprendizaje como escritora fue si se quiere convencional y sin reflejar  promesa alguna.  Después que se establece en Paris en 1903, como si el aire europeo hubiera motivado su musa, comienza a producir los ensayos, novelas, poemas, historias, etc. que la proyectaron debido a la originalidad del lenguaje utilizado.  Se convirtieron en escritos poco convencionales y que no parecían lo que querían ser y, en consecuencia, sólo accesible a unos pocos, es decir, resultaron ser escritos impopulares.
         Aunque sus primeras producciones, el trio de historias Tres Vidas, que data de 1905 y The Making of Americans (“La Hechura de los Norteamericanos”), iniciada en 1903 y terminada en 1911, la Stein utiliza un inglés regular (aunque peculiar) que muestra un idioma poco conocido y por lo tanto difícil de entender o incomprensible.  Su escrito Retrato de Mabel Dodge en la Villa Curonia,  nos proporciona las primeras muestras de este lenguaje poco entendible.  Dos años después produce Tender Buttons, inspirado en las naturalezas muertas cubistas, cuyo lenguaje se hizo mucho más impenetrable.  La insistencia  en el uso de este lenguaje experimental en sus escritos le trajo cierto  renombre entre los escritores de vanguardia pero esto no la satisfacía pues quería conquistar el inmenso mundo del hombre común.  Con La Autobiografía de Alice B. Toklas, Gertrude Stein no sólo obtiene la celebridad que tanto ambicionaba sino que también logra resolver la meditada paradoja de desconocer la responsabilidad sobre la biografía que había escrito.  Utilizando la voz de su compañera, Stein puede despojarse de la ficción de humildad que el biógrafo lucha en todo momento por aparentar.  También aprovecha este trabajo para auto-alabarse pues destaca sus supuestas virtudes.  Con esta intención, la Stein hace que Toklas diga en su primer encuentro: “Puedo decir que tres veces en mi vida me he tropezado con un genio y en cada oportunidad una campana ha sonado dentro de mi indicándome que no me había equivocado y  ello sucedió antes de que existiera un general reconocimiento de la calidad de genio que ellos inspiraban.  Los tres genios de los cuales quiero hablar son: Gertrude Stein, Pablo Picasso y Alfred Whitehead.”  Con este y otros ejemplos esparcidos en el libro Stein muestra su egomanía.  Conceptos como: “Stein se da cuenta que en la literatura inglesa de su tiempo ella es la única” y con un inesperado optimismo proporciona a su vida la característica de un cuento de fantasía donde ella ha superado cada dificultad como si fuera un acto de magia.
         Cuatro años después, Gertrude Stein publica Everybody´s Autobiography, con la intención de repetir el mismo éxito  de librería y de expiar por sì mismo, pero sólo el segundo propósito fue alcanzado.   En efecto, su primera autobiografía fue elaborada con un lenguaje lineal y sencillo con la intención de atraer al lector común.  Pero ahora la idea no fue describir la vida con un alegre y triunfante deseo de logro sino presentarlo con su elusiva ambigüedad.  Por ejemplo, la adquisición de “la casa de sus sueños”, que fue presentada en la primera autobiografía como un culminado ejemplo de que no se le podía decir no a Gertrude Stein, es descrita en la nueva autobiografía con todos los inconvenientes que en realidad se presentaron incluyendo muestras de mal comportamiento.  En The Alice B. Toklas Cook Book, Toklas recuenta la historia de la adquisición de la casa cambiando algunos detalles para corroborar la versión de Stein.
         La vida de Alice B. Toklas y Gertrude Stein en la Francia ocupada por los nazis no fue del todo fácil para un par de judías que a su vez eran lesbianas.  Muchos escritores se preguntaron entonces porque ellas no regresaron a la seguridad que entonces representaba los Estados Unidos y prefirieron los peligros y las acechanzas de la ocupación alemana.  En 1939, cuando estalló el conflicto bélico, ellas se encontraban en Biliguin y permanecieron allí durante el invierno.  Entre 1939 y 1940 Stein y Toklas consideraron la posibilidad de regresar a su país.  En un artículo publicado en “The Atlantic Monthly” entitulado The Winner Loses: A  Picture of Occupied France, Stein registra las tensiones de esos días.  Cuando Italia ingresó a la guerra en junio de 1940, dice Gertrude Stein “yo tenía miedo, mucho miedo, y mi estómago lo sentí muy débil, porque bien, aquí estábamos en el paso de todo el mundo… Estaba muy temerosa.  Desperté completamente angustiada y le dije a Alice Toklas ´Vámonos´… Y telefoneé al embajador americano en Lyon quien me dijo: ´Les autorizaré los pasaportes.  No duden en irse´,”  Pero ambas entraron en un estado de eterna duda hasta que decidieron permanecer en Francia.
         Gertrude Stein publicó otros libros, la novela Ida y el ensayo Stranzas in meditation .  Murió en Francia en 1946.

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