domingo, 9 de noviembre de 2014

UNA NOTA SOBRE MAIAKOVSKI





                                   U N A   N O T A   S O B R E   M A I A K O V S K I

            Rusia, el país  donde se entronizó el comunismo y floreció como estructura político-social, es una de las naciones que tiene un inmenso respeto y aprecio por sus poetas.  Ello se puso de manifiesto en la admiración y el hechizo que representó el célebre poeta Pushkin y recientemente, en el siglo que acaba de concluir, en la veneración que suscitara Vladimir Vladimirovich Maiakovski.  Como es de todos conocidos, Rusia es también el país de las estepas, donde el frío llega a niveles extraordinariamente bajos que ha puesto a prueba la capacidad de adaptación del ser humano.  Tal vez este medio austero y exigente ha propiciado este amor exagerado –visto desde la perspectiva de otros pueblos— por sus poetas,  mostrando como característica de su actividad cultural el establecimiento de recitales de poesía como una costumbre y una manera de conocer, disfrutar y expandir la producción de sus bardos.  Una  consecuencia de esto es la usanza, bastante difundida en el pueblo ruso, de aprender de  memoria poemas y en particular poemas épicos.  Este hábito se desarrolla en las escuelas y son muchos los nativos de este gélido país que recitan, cuando jóvenes o adultos, un sinnúmero de poemas de sus  trovadores favoritos.  Ello cobra destacada importancia cuando viven en otros países –exiliados o por simple necesidad política o de negocios--  y los embarga la nostalgia al evocar la madre patria.
            Vladimir Vladimirovich Maiakovski, el poeta por excelencia de la famosa Revolución de Octubre,  nació en 1893 en Babdati, un (tuvo dos hermanas, Ludmila y Olga), llamado Volodia por su familia, fue autodidacta.   Era un hombre alto, macizo y musculoso –de trazos toscos, más parecía la estampa de un camionero u obrero de fábrica que la de un poeta--, también fue un hombre melancólico, impaciente y  temperamental.  Otras características de este poeta fueron su pasión por el juego y una compulsión hipocondríaca acerca de la higiene personal, tal vez derivada de la impresión que le dejara la muerte de su padre (1905) producida por una infección sanguínea .—se infestó al cortarse en una mano con una hoja de papel de archivo en su taller.  Como parte de esta repulsa desarrolló una serie de hábitos muy peculiares: siempre se protegía la mano con un pañuelo al manipular  la manilla de una puerta; viajaba con su  propia jabonera y con una larga bañera de goma.  Según el escritor ruso Ehremburg, este poeta sorbía todas las bebidas con un pitillo fuesen ellas café o wiskey, se encontrara en su casa, un bar o un famoso restaurant.
            Desde pequeño estuvo inmerso  en los libros y desarrolló bien temprano una destacada dedicación a la política.  Comenzó a trabajar desde muchacho en el Partido de los Trabajadores Sociodemócratas cuya ala  radical fue conocida como los bolchevikes y ya a los 14 años era un destacado miembro de este partido.  A los 15 años fue encarcelado por haber ayudado a escapar de una cárcel de Moscú a un grupo de mujeres detenidas.  Estuvo preso durante un año lo cual aprovechó para dedicarse a la lectura de Shakespeare,    poesía.
            Ya a los 22 años Maiakovski se convirtió en una celebridad al leerle a Máximo Gorky su poema La nube en pantalones.  Al célebre escritor ruso lo impresionó de tal manera su contenido que lloró en el regazo del poeta.  Su obra literaria reflejó su carácter, su manera de percibir la vida.  Muchos de sus poemas mostraban una visión apocalíptica, deliberadamente ruda y violenta, como si presagiara los cambios cataclísmicos que enfrentaría  Rusia a partir de 1917.  De su obra poética destacarían, entre otras, Khorosho (“Muy bien”), Vladimir Ylych Lenin, Marcha de la Izquierda, La nube en pantalones, Al tope de mi voz, etc.  También escribió poesía inspirada en el amor y en los innumerables noviazgos que tuvo, destacando los poemas que dedicara a una de sus musas,  tal vez la mujer que más amara en su vida,  la rusa Tatiana Yacovleva: Carta desde Paris al camarada Kostrov y Carta a Tatiana Yacocleva.  Así mismo fue autor de dos comedias,  El piojo y Casa de baños.  El introvertido compositor ruso  Dmitri Shostakovich, impresionado por la gentileza y el sencillo comportamiento de este poeta, compuso la música que acompañó a la primera de estas comedias. Maiakovski destacó por su completa dedicación al trabajo por su partido y por el éxito de la revolución comunista.  Admiraba y adoraba la presencia y labor de Lenin y ello lo llevó a componer el célebre poema que dedicara al líder moscovita.  La lucha política lo llevó a realizar diversas actividades artísticas en las cuales también destacó.  Compuso muchas pinturas, afiches y jingles que contribuyeron a propagar el ideal y los propósitos del partido y gobierno comunistas.
            Su labor de poeta en pro del éxito de sus ideales y del gobierno hizo que con posterioridad a la primera guerra mundial fuera uno de los preferidos del régimen.  En tal sentido fue enviado a diferentes reuniones y congresos dentro y fuera de Rusia y también realizó recitales con fines culturales o políticos.  Con este propósito fungió como embajador de buena voluntad en países europeos y hasta visitó por unos meses en 1925 a los Estados Unidos.  Por cierto en ese viaje tuvo un romance con Elly Jones, norteamericana de ascendencia ruso-alemana, y con quien procreó una hija.  Su primer viaje a Paris lo hizo en 1922.
            Pese a su formación y lucha por los ideales revolucionarios, V. V. Maiakovski gustó y disfrutó del comportamiento de la burguesía, en particular el de parejas particularmente licenciosas –costumbre de la época en esta clase social y en general entre artistas y Lilia Yureana Brik y su esposo Osip Brik (destacado investigador literario), manteniendo una relación amorosa con Lilia mientras cultivaba una aceptable amistad con su esposo.  Esta pareja, como muchas de la sociedad moscovita, habían realizado un pacto  que les permitía a ambos tener los amantes que quisieran.  El hogar de los Brik fue también el de Maiakovski durante la mayor parte de su permanencia en Moscú.  Este manage  á trois se preservó sin mayores inconvenientes al extremo que Lilia, u “Osia” Brik como también hacía llamar, se formó el propósito de que mientras Maiakovski permaneciera en Moscú ella sería su verdadero amor (de hecho lo fue en el periodo 1915-1923, siendo la receptora de muchos de sus poemas amorosos.  Cada vez que el poeta salía de viaje ella lo hacía investigar para mantenerse informada de los romances que tenía a fin de precisar si ello ponía en peligro esa relación, pues estaba determinada a ser su única musa.  Por eso en sus viajes a Paris lo hizo investigar con su hermana Elsa Triolet, residenciada en esa ciudad y quien mantuvo una relación de por vida con el escritor francés Louis de Aragon.  Así, en 1928, estando Maiakovski en Paris, viajó a Niza al enterarse que allí se encontraba Elly Jones con su hija.  Temerosa de que Lilia perdiera al poeta, por indicación de  ésta, Elsa trató de desviar el interés de aquél por la Jones.  Con este fin le presentó Tatiana Yakovleva al poeta.  Éste fue de inmediato flechado por la hermosa  emigrée  rusa y nació una relación que lo trastornaría emocionalmente.  Esta relación parecía, además, haber llegado providencialmente, pues el frenético paso del poeta pues las tensiones que generaban sus actividades públicas y privadas y la supresión de muchos de sus sentimientos y pareceres en beneficio de la gloria del comunismo, le habían generado muchas depresiones   servil y pedestre.   Sobre esta situación, él había confiado a un amigo íntimo que “sólo un verdadero y gran amor podría salvarlo” pues, además, el vivir solo eses año (1928) se le había tornado intolerable y necesitaba un cambio.
            Como una oportuna tabla de salvación, Maiakovski se dedicó en cuerpo y alma a su nuevo amor.  Convirtió a Tatiana en su confidente.  Descubrió el extraordinario conocimiento que Tatiana tenía de la poesía y en  los diversos cafés y restaurantes que entonces frecuentaron la oyó recitar la producción de otros poetas rusos y ¡los setecientos versos que contenía su poema La nube en pantalones!!  Como Lilia en años anteriores, Tatiana fue su agente secreto, su única confidente.  Le contó los pormenores  d su relación con Lilia, cuestión a lo que ella dio poca importancia.  Tanto así que lo ayudó a comprarle un vestido a la Brik y en la adquisición de un pequeño Renault que Lilia había pedido que le compraran en Paris.  El poeta propuso matrimonio a Tatiana pero ésta no llegó a comprometerse  pese a que estaba locamente enamorada.  La visa de Maiakovski expiraba en esos días por lo que tuvo que regresar a Moscú.  Ante su indecisión él planeaba retornar a Paris en mayo de 1929.  Los enamorados se despidieron en un ambiente de mucha tristeza.
                A partir de 1928 el poder y la influencia de Stalin se había incrementado considerablemente y se haría más poderoso el proceso de colectivización en Rusia.  Maiakovski había comenzado a perder prestigio en el partido y en el gobierno.  Empezaron a desaparecer sus privilegios y pronto le negaron que saliera del país.  Ante la imposibilidad de regresar a Paris y la ausencia de noticias de Tatiana, (cabe suponer que la correspondencia de ambos era interceptada por el gobierno y tal vez también por  la misma Lilia Brik), el poeta se sintió solo.  El invierno de 1929-1930 fue particularmente desastroso.  Su producción literaria había mermado en calidad y cantidad, a excepción del poema Al tope de mi voz.  Continuó el aislamiento y hasta su recitación del célebre poema a Lenin recibida siempre con entusiasmo, esa vez, el 1ero. De enero de 1930 cuando lo recitara en el Teatro Bolshoi de Moscú, ante la presencia de Stalin  y Molotov  no recibió el mismo entusiasmo..  Por último, la situación se agudizó cuando Maiakovski abrió en Moscú el 1ero de febrero de 1930 su exposición “20 años de Trabajo”, donde exhibía el fruto de su actividad en beneficio del partido y la revolución (afiches, pinturas, jingles, escritos, etc.) así como muestras de las diversas ediciones de sus libros y se asombró que sólo asistieran estudiantes.  La exposición había sido boicoteada por los grupos oficiales de escritores.  El poeta se paseó por los salones vacíos y comentó con tristeza el asunto con Nora Polonskaya, actriz   que entonces realizaba sus primeras actuaciones y con quien el poeta se había unido sentimentalmente en su desesperación y soledad.  Nada             de lo que entonces hiciera el poeta satisfacía a sus enemigos, muchos de ellos escritores que envidiaban su éxito.  Ese mismo febrero de 1930, en busca de comprensión y compañía,  se inscribió en la organización literaria dirigida por el partido, a la cual se había resistido a pertenecer, causando consternación entre sus verdaderos amigos.  Lamentablemente la organización lo trató con desdén, desconociendo su obra y asignándole actividades de tercera categoría como si fuera un escritor sin ningún renombre o autoría.   Posteriormente, completamente desilusionado, el 14 de abril de ese mismo año, Vladimir Vladimirovich Maiakovski se suicidó.
            Irónicamente el suicidio produjo una consternación entre sus amigos y en las esferas del gobierno.  Años después, Lilia Brik, que mantuvo su veneración por el poeta, aprovechó los favores del amante de turno, un mariscal del ejército, para hacerle llegar a  Stalin un escrito donde proponía la rehabilitación del poeta.  Stalin leyó el escrito y, para sorpresa de sus acólitos, ordenó, en el encabezado del mismo, de su puño y letra, la realización de una serie de actos que contribuyeran al reconocimiento de la labor del poeta.  Ello originó la erección de  una estatua en una plaza de Moscú y la creación del Museo Maiakovski en la misma ciudad, donde reposan todos sus escritos, cartas, afiches, muestras de ediciones de sus libros, etc.  La labor de recopilación que realizaron tanto Lilia Brik como los amigos del poeta  enriqueció el museo.  Por cierto, la hija de Tatiana (se casaría con un francés y a la muerte de éste con un norteamericano) logró rescatar de su padrastro las cartas y telegramas que Maiakovski le enviara a su madre y posteriormente los depositó en el museo del poeta en la capital rusa.


















                                   U N A   N O T A   S O B R E   M A I A K O V S K I

            Rusia, el país  donde se entronizó el comunismo y floreció como estructura político-social, es una de las naciones que tiene un inmenso respeto y aprecio por sus poetas.  Ello se puso de manifiesto en la admiración y el hechizo que representó el célebre poeta Pushkin y recientemente, en el siglo que acaba de concluir, en la veneración que suscitara Vladimir Vladimirovich Maiakovski.  Como es de todos conocidos, Rusia es también el país de las estepas, donde el frío llega a niveles extraordinariamente bajos que ha puesto a prueba la capacidad de adaptación del ser humano.  Tal vez este medio austero y exigente ha propiciado este amor exagerado –visto desde la perspectiva de otros pueblos— por sus poetas,  mostrando como característica de su actividad cultural el establecimiento de recitales de poesía como una costumbre y una manera de conocer, disfrutar y expandir la producción de sus bardos.  Una  consecuencia de esto es la usanza, bastante difundida en el pueblo ruso, de aprender de  memoria poemas y en particular poemas épicos.  Este hábito se desarrolla en las escuelas y son muchos los nativos de este gélido país que recitan, cuando jóvenes o adultos, un sinnúmero de poemas de sus  trovadores favoritos.  Ello cobra destacada importancia cuando viven en otros países –exiliados o por simple necesidad política o de negocios--  y los embarga la nostalgia al evocar la madre patria.
            Vladimir Vladimirovich Maiakovski, el poeta por excelencia de la famosa Revolución de Octubre,  nació en 1893 en Babdati, un (tuvo dos hermanas, Ludmila y Olga), llamado Volodia por su familia, fue autodidacta.   Era un hombre alto, macizo y musculoso –de trazos toscos, más parecía la estampa de un camionero u obrero de fábrica que la de un poeta--, también fue un hombre melancólico, impaciente y  temperamental.  Otras características de este poeta fueron su pasión por el juego y una compulsión hipocondríaca acerca de la higiene personal, tal vez derivada de la impresión que le dejara la muerte de su padre (1905) producida por una infección sanguínea .—se infestó al cortarse en una mano con una hoja de papel de archivo en su taller.  Como parte de esta repulsa desarrolló una serie de hábitos muy peculiares: siempre se protegía la mano con un pañuelo al manipular  la manilla de una puerta; viajaba con su  propia jabonera y con una larga bañera de goma.  Según el escritor ruso Ehremburg, este poeta sorbía todas las bebidas con un pitillo fuesen ellas café o wiskey, se encontrara en su casa, un bar o un famoso restaurant.
            Desde pequeño estuvo inmerso  en los libros y desarrolló bien temprano una destacada dedicación a la política.  Comenzó a trabajar desde muchacho en el Partido de los Trabajadores Sociodemócratas cuya ala  radical fue conocida como los bolchevikes y ya a los 14 años era un destacado miembro de este partido.  A los 15 años fue encarcelado por haber ayudado a escapar de una cárcel de Moscú a un grupo de mujeres detenidas.  Estuvo preso durante un año lo cual aprovechó para dedicarse a la lectura de Shakespeare,    poesía.
            Ya a los 22 años Maiakovski se convirtió en una celebridad al leerle a Máximo Gorky su poema La nube en pantalones.  Al célebre escritor ruso lo impresionó de tal manera su contenido que lloró en el regazo del poeta.  Su obra literaria reflejó su carácter, su manera de percibir la vida.  Muchos de sus poemas mostraban una visión apocalíptica, deliberadamente ruda y violenta, como si presagiara los cambios cataclísmicos que enfrentaría  Rusia a partir de 1917.  De su obra poética destacarían, entre otras, Khorosho (“Muy bien”), Vladimir Ylych Lenin, Marcha de la Izquierda, La nube en pantalones, Al tope de mi voz, etc.  También escribió poesía inspirada en el amor y en los innumerables noviazgos que tuvo, destacando los poemas que dedicara a una de sus musas,  tal vez la mujer que más amara en su vida,  la rusa Tatiana Yacovleva: Carta desde Paris al camarada Kostrov y Carta a Tatiana Yacocleva.  Así mismo fue autor de dos comedias,  El piojo y Casa de baños.  El introvertido compositor ruso  Dmitri Shostakovich, impresionado por la gentileza y el sencillo comportamiento de este poeta, compuso la música que acompañó a la primera de estas comedias. Maiakovski destacó por su completa dedicación al trabajo por su partido y por el éxito de la revolución comunista.  Admiraba y adoraba la presencia y labor de Lenin y ello lo llevó a componer el célebre poema que dedicara al líder moscovita.  La lucha política lo llevó a realizar diversas actividades artísticas en las cuales también destacó.  Compuso muchas pinturas, afiches y jingles que contribuyeron a propagar el ideal y los propósitos del partido y gobierno comunistas.
            Su labor de poeta en pro del éxito de sus ideales y del gobierno hizo que con posterioridad a la primera guerra mundial fuera uno de los preferidos del régimen.  En tal sentido fue enviado a diferentes reuniones y congresos dentro y fuera de Rusia y también realizó recitales con fines culturales o políticos.  Con este propósito fungió como embajador de buena voluntad en países europeos y hasta visitó por unos meses en 1925 a los Estados Unidos.  Por cierto en ese viaje tuvo un romance con Elly Jones, norteamericana de ascendencia ruso-alemana, y con quien procreó una hija.  Su primer viaje a Paris lo hizo en 1922.
            Pese a su formación y lucha por los ideales revolucionarios, V. V. Maiakovski gustó y disfrutó del comportamiento de la burguesía, en particular el de parejas particularmente licenciosas –costumbre de la época en esta clase social y en general entre artistas y Lilia Yureana Brik y su esposo Osip Brik (destacado investigador literario), manteniendo una relación amorosa con Lilia mientras cultivaba una aceptable amistad con su esposo.  Esta pareja, como muchas de la sociedad moscovita, habían realizado un pacto  que les permitía a ambos tener los amantes que quisieran.  El hogar de los Brik fue también el de Maiakovski durante la mayor parte de su permanencia en Moscú.  Este manage  á trois se preservó sin mayores inconvenientes al extremo que Lilia, u “Osia” Brik como también hacía llamar, se formó el propósito de que mientras Maiakovski permaneciera en Moscú ella sería su verdadero amor (de hecho lo fue en el periodo 1915-1923, siendo la receptora de muchos de sus poemas amorosos.  Cada vez que el poeta salía de viaje ella lo hacía investigar para mantenerse informada de los romances que tenía a fin de precisar si ello ponía en peligro esa relación, pues estaba determinada a ser su única musa.  Por eso en sus viajes a Paris lo hizo investigar con su hermana Elsa Triolet, residenciada en esa ciudad y quien mantuvo una relación de por vida con el escritor francés Louis de Aragon.  Así, en 1928, estando Maiakovski en Paris, viajó a Niza al enterarse que allí se encontraba Elly Jones con su hija.  Temerosa de que Lilia perdiera al poeta, por indicación de  ésta, Elsa trató de desviar el interés de aquél por la Jones.  Con este fin le presentó Tatiana Yakovleva al poeta.  Éste fue de inmediato flechado por la hermosa  emigrée  rusa y nació una relación que lo trastornaría emocionalmente.  Esta relación parecía, además, haber llegado providencialmente, pues el frenético paso del poeta pues las tensiones que generaban sus actividades públicas y privadas y la supresión de muchos de sus sentimientos y pareceres en beneficio de la gloria del comunismo, le habían generado muchas depresiones   servil y pedestre.   Sobre esta situación, él había confiado a un amigo íntimo que “sólo un verdadero y gran amor podría salvarlo” pues, además, el vivir solo eses año (1928) se le había tornado intolerable y necesitaba un cambio.
            Como una oportuna tabla de salvación, Maiakovski se dedicó en cuerpo y alma a su nuevo amor.  Convirtió a Tatiana en su confidente.  Descubrió el extraordinario conocimiento que Tatiana tenía de la poesía y en  los diversos cafés y restaurantes que entonces frecuentaron la oyó recitar la producción de otros poetas rusos y ¡los setecientos versos que contenía su poema La nube en pantalones!!  Como Lilia en años anteriores, Tatiana fue su agente secreto, su única confidente.  Le contó los pormenores  d su relación con Lilia, cuestión a lo que ella dio poca importancia.  Tanto así que lo ayudó a comprarle un vestido a la Brik y en la adquisición de un pequeño Renault que Lilia había pedido que le compraran en Paris.  El poeta propuso matrimonio a Tatiana pero ésta no llegó a comprometerse  pese a que estaba locamente enamorada.  La visa de Maiakovski expiraba en esos días por lo que tuvo que regresar a Moscú.  Ante su indecisión él planeaba retornar a Paris en mayo de 1929.  Los enamorados se despidieron en un ambiente de mucha tristeza.
                A partir de 1928 el poder y la influencia de Stalin se había incrementado considerablemente y se haría más poderoso el proceso de colectivización en Rusia.  Maiakovski había comenzado a perder prestigio en el partido y en el gobierno.  Empezaron a desaparecer sus privilegios y pronto le negaron que saliera del país.  Ante la imposibilidad de regresar a Paris y la ausencia de noticias de Tatiana, (cabe suponer que la correspondencia de ambos era interceptada por el gobierno y tal vez también por  la misma Lilia Brik), el poeta se sintió solo.  El invierno de 1929-1930 fue particularmente desastroso.  Su producción literaria había mermado en calidad y cantidad, a excepción del poema Al tope de mi voz.  Continuó el aislamiento y hasta su recitación del célebre poema a Lenin recibida siempre con entusiasmo, esa vez, el 1ero. De enero de 1930 cuando lo recitara en el Teatro Bolshoi de Moscú, ante la presencia de Stalin  y Molotov  no recibió el mismo entusiasmo..  Por último, la situación se agudizó cuando Maiakovski abrió en Moscú el 1ero de febrero de 1930 su exposición “20 años de Trabajo”, donde exhibía el fruto de su actividad en beneficio del partido y la revolución (afiches, pinturas, jingles, escritos, etc.) así como muestras de las diversas ediciones de sus libros y se asombró que sólo asistieran estudiantes.  La exposición había sido boicoteada por los grupos oficiales de escritores.  El poeta se paseó por los salones vacíos y comentó con tristeza el asunto con Nora Polonskaya, actriz   que entonces realizaba sus primeras actuaciones y con quien el poeta se había unido sentimentalmente en su desesperación y soledad.  Nada             de lo que entonces hiciera el poeta satisfacía a sus enemigos, muchos de ellos escritores que envidiaban su éxito.  Ese mismo febrero de 1930, en busca de comprensión y compañía,  se inscribió en la organización literaria dirigida por el partido, a la cual se había resistido a pertenecer, causando consternación entre sus verdaderos amigos.  Lamentablemente la organización lo trató con desdén, desconociendo su obra y asignándole actividades de tercera categoría como si fuera un escritor sin ningún renombre o autoría.   Posteriormente, completamente desilusionado, el 14 de abril de ese mismo año, Vladimir Vladimirovich Maiakovski se suicidó.
            Irónicamente el suicidio produjo una consternación entre sus amigos y en las esferas del gobierno.  Años después, Lilia Brik, que mantuvo su veneración por el poeta, aprovechó los favores del amante de turno, un mariscal del ejército, para hacerle llegar a  Stalin un escrito donde proponía la rehabilitación del poeta.  Stalin leyó el escrito y, para sorpresa de sus acólitos, ordenó, en el encabezado del mismo, de su puño y letra, la realización de una serie de actos que contribuyeran al reconocimiento de la labor del poeta.  Ello originó la erección de  una estatua en una plaza de Moscú y la creación del Museo Maiakovski en la misma ciudad, donde reposan todos sus escritos, cartas, afiches, muestras de ediciones de sus libros, etc.  La labor de recopilación que realizaron tanto Lilia Brik como los amigos del poeta  enriqueció el museo.  Por cierto, la hija de Tatiana (se casaría con un francés y a la muerte de éste con un norteamericano) logró rescatar de su padrastro las cartas y telegramas que Maiakovski le enviara a su madre y posteriormente los depositó en el museo del poeta en la capital rusa.











































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