E L P L A C E R D E L A R E L E C T U R A
Soy de los que les gusta releer trozos literarios. En particular disfruto
releyendo cuentos o narraciones cortas. Por supuesto, tengo mis
escritores favoritos. Por ejemplo, me encanta mucho Julio Cortázar.
Creo que es uno de los mejores escritores de la literatura española de todos
los tiempos, en todo caso, el mejor narrador de cuentos o literatura
corta. Su literatura es si se quiere algo fantástica, muy peculiar.
Como diría Jorge Luis Borges, la literatura de Cortázar “es un mundo
poroso, en el que se entretejen los seres”. He leído todas sus novelas
pero debo confesar que en la que más me demoré fue en la lectura de Rayuela,
pues tardé cerca de dos años en ella, debido a que la pospuse en
varias ocasiones por mis ocupaciones pero también porque releí algunos de
sus capítulos. Las novelas de este autor (exceptuando Rayuela)
no me parecen tan interesantes como sus cuentos. Estos los he leído
todos. Pienso que algunos de ellos son magistrales. La noche
boca arriba es una narración muy original tanto en su estructura como en la
trama que expone. Lo mismo puede decirse de Continuidad en los
parques, Cuello de gatito negro o Un lugar llamado Kindberg. En
muchas ocasiones prefiere releer sus cuentos que embarcarme en la lectura de un
nuevo (para mi) escritor.
Otro de los escritores que me ha parecido extraordinario es Guillermo
Meneses. De él poco me atraen sus novelas aun cuando admiro El falso
cuaderno de Narciso Espejo. También he repetido la lectura de
su primera novela La balandra Isabel llegó esta tarde --novela que fue
llevada al cine y se convirtió en la primera película venezolana de renombre
internacional. Sin embargo, mi admiración por Meneses nació de la lectura
de su cuento La mano junto al muro. Cuando este relato apareció,
si mi memoria no me falla, en 1950, al ganar el concurso de cuentos del diario
“El Nacional”, revolucionó la cuentística venezolana. Es una narración
sumamente innovadora y compleja. Es posible que para muchos su temática y
estructura continúen siendo difíciles de entender. Me fascinó este
relato, me sigue pareciendo muy original, quizás por eso lo he
leído en varias ocasiones y cada vez que lo releo le descubro algo nuevo o
percibo con mayor claridad un giro idiomático o el significado de un párrafo o
de una frase. Admito, sin embargo, que este es el único relato de Meneses
que me ha hechizado.
Otro
escritor que posee mis simpatías y del que preocupo leer todo lo que produce,
sea traducido o no, es John Updike. Creo que he leído casi todas sus
novelas y la mayoría de sus cuentos. De su producción literaria considero
–y esto, como todo lo que he mencionado y mencionaré, es una apreciación muy
personal-- que su relato largo o noveleta Off the farm, es lo
mejor que ha escrito, aunque muchos opinan que la novela Corre Conejo y
las secuelas que que escribió sobre el mismo tema y que le mereciera el
Pulitzer y el National Book Award de su país, es lo mejor de su
producción. No dejo de admirar estas novelas, las cuales he leído
relato fue escrito con sencillez, además de sobresalir la técnica
narrativa utilizada y la originalidad con que desglosa el tema escogido. Tanto
fue así que cuando apareció el relato en Nueva York –si no me equivoco, a
principios de la década de los sesenta—logró que este escritor, hasta ese
momento poco conocido en U.S.A., se convirtiera en uno de los narradores
favoritos del lector norteamericano. He leído este relato en inglés y su
traducción al español y en ambos casos me parece magistral –como es sabido,
alguna literatura cuando es vertido de un idioma a otro pierde muchas veces su
encanto original. Ello no ha sucedido en este caso. Cada vez que
puedo releo Off the farm con el mismo placer de siempre.
Existen otros
escritores cuya producción literaria también me ha impresionado, en especial
sus narraciones cortas. A veces me atraen la estructura del relato, la
originalidad del tema o cualquier otra singularidad. Admito que aprecio
mucho la novelística de Rómulo Gallegos, ese gran escritor nuestro, el primero
de proyección mundial y quien, no obstante, fue subestimado y hasta
vilipendiado por alguno escritores venezolanos, en especial los que aparecieron
en la década de los sesenta. He leído todas sus novelas pero he releído
la trilogía Doña Bárbara, Cantaclaro y Canaima, en ese orden de
preferencia. Admito, sin embargo, que no me han atraído sus cuentos
por lo que he leído pocos de ellos.
Deseo destacar que una de las novelas que he leído en más de
una ocasión y que aún mantiene su hechizo es País portátil, de Adriano
González León. También me ha atraído la narrativa corta de este
autor y la he disfrutado. Admiro en este narrador su particular uso de la
metáfora. Esta novela se lleva la palma pues me parece
extraordinaria no sólo por la técnica narrativa utilizada, la
originalidad de su trama y la belleza de sus metáforas si no por el hecho de
que ella simbolizó lo mejor de la producción literaria de Venezuela en la
segunda mitad del siglo XX y, además, en su oportunidad le mereció el premio
internacional Biblioteca Breve. Se encuentra dentro de esta categoría, es
decir, literatura de excepción que merece ser releída, algunos relatos de Arturo
Uslar Pietri. Sus novelas, excluyendo Las lanzas coloradas, son
pocos atractivas para mí. Quiero confesar que admiro a este escritor pero
prefiero al Uslar Pietri didáctico, representativo de lo mejor de la
venezolanidad de nuestra época reciente que al novelista.
Hay otros escritores de prestigio o sin él, conocidos o desconocidos que no
busco con particular interés o que luego de leerles un relato o una novela no
me atraen lo suficiente como para releerlos. Esto me sucede con
Gabriel García Márquez. No he leído todas sus novelas aunque si a Cien
años de soledad, que le produjo el premio Nobel de literatura y que a mí me
pareció muy interesante y original, y algunos de sus relatos. Estos me
parecen prescindibles a excepción del libro de cuentos que publicó en España, 12
Cuentos Peregrinos. Estoy en desacuerdo con algunos críticos que
enzarzan sus relatos cortos pues para mí no son lo suficientemente originales o
interesantes que justifique su relectura. Otro escritor que considero
interesante y digno de leerse es José Saramago. No he leído todas sus
novelas y, que yo sepa, no ha escrito cuentos y que posee un estilo raro pero
que no es cansón. Los libros que más me han impresionado de este autor
son El evangelio según Jesucristo y El año que murió Ricardo Reis,
esta última una narración fundamentada en los diversos narradores que
utilizara en vida el poeta portugués Fernando Pessoa. La temática de
ambos libros es sumamente cautivadora y original pero no lo suficiente para
jusfificar otra lectura.
No podría olvidar entre mis autores preferidos al mexicano Carlos
Fuentes a quien siempre recordaré por su novela La muerte de Artemio
Cruz y por su extraordinario largo relato o noveleta Aura, las
únicas producciones de este insigne escritor que por su originalidad y
por haber mantenido mi interés durante toda su lectura, merecieron que yo
justificara su segunda lectura.
Me encantan las re lecturas yo incluiría en ellas a Vargas LLosa sobre todo sus primeras novelas que describen la vida de los internados de adolescentes como La Ciudad y los Perros y toda la maraña de La Casa Verde. Te felicito por tu dedicación
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