martes, 14 de octubre de 2014

LA MESOPOTAMIA O EL FERTIL CRECIENTE



                LA  MESOPOTAMIA O EL FERTIL CRECIENTE

En el desarrollo de la agricultura y la ganadería en el mundo las diferencias geográficas en cierta manera influyeron en la producción de alimentos.  En algunos lugares nació este desarrollo al domesticarse las plantas y los animales locales.  Pero  la mayoría de las regiones del orbe importaron la forma  de cultivos y animales que ya habían sido domesticados en otros lugares.  Estos lugares fueron: La Mesopotamia o Creciente Fértil (en inglés lo  denominan Fertile Crescent), en el Cercano Oriente, que luego se exportaron a otros sitios de Eurasia y a Europa; igual proceso se produjo en China y sus alrededores, al sur del África, California, Chile y el suroeste de Australia.
         De todas regiones fértiles principales la más importante es La Mesopotamia, que existió entre los ríos Eufrates y Tigris, en Jordania e Irak y luego se extendió a Siria y  territorios de Turquía, en sitios donde predominaba el clima mediterráneo.  Este clima se caracterizaba por ser relativamente suave, influido por un invierno lluvioso y un verano largo y caliente.  Cabe destacar las siguientes ventajas de la zona del clima mediterráneo:
1)    La zona se caracterizaba por tener especies de plantas anuales cuyas semillas se mantenían latentes en el subsuelo durante la temporada seca para luego lograr un rápido crecimiento con la llegada de las lluvias.  Predominaban plantas anuales que desaparecían en el verano.  Muchas de estas plantas usaban sus energías para producir buenas semillas que germinaban con la aparición de las lluvias.  No gastaban esas energías en la producción de ramas y madera.  Entre estas plantas anuales se  hallaban los cereales y las legumbres que eran comestibles para  los humanos.  En esta zona se producían seis de los doce cereales productores de cosechas del mundo. Destacaron el trigo y la cebada.
2)    En la flora de La Mesopotamia abundaba de manera salvaje los progenitores de muchos cereales y legumbres altamente productivos, cuyas cosechas aprovecharon los primeros cazadores-recolectores humanos, hace por lo menos 10.000 años atrás, tan abundantes que podían obtenerse (en cereales) una tonelada de semillas por hectárea que producían 50 kilocalorías de alimento-energía y sólo se requería un kilocaloría para producirlos.  Al recoger grandes cantidades de alimentos que habían crecido salvajemente, los cazadores-recogedores lograron almacenarlas y utilizarlas como alimento el resto del año.  Con el tiempo y ante la facilidad para obtener  alimentos los cazadores-recolectores perdieron su condición de tal al establecerse en caseríos y pueblos de la zona y vivir de sus cultivos.
Los cereales de La Mesopotamia fueron  tan productivos en su forma salvaje que pocos cambios debían hacerse para mantener la producción.  Comenzaron por romper la tendencia natural de la dispersión de las semillas y prevenir la germinación.  Esto se  produjo automáticamente tan pronto el ser humano empezó a cultivar las semillas en el campo.  Ello se conoció como la domesticación de los cereales.  Así, se comenzó la producción anual de las semillas para estabilizar la producción de las cosechas.  Este fenómeno se produjo no sólo en La Mesopotamia sino también en China y en África (en  el Sahel).
3)    Contrasta esta rápida evolución de la producción del trigo y  la cebada en La Mesopotamia con la historia del maíz en el Nuevo Mundo.  El probable progenitor del maíz fue una planta salvaje llamada “teosinte”, que es muy diferente al maíz de nuestros días tanto en su semilla como en su estructura floreal, cuestión que ha inducido  a un largo debate entre los botánicos.  El salvaje teosinte ha debido impresionar poco a los cazadores-recolectores por su baja productividad en su estado salvaje si se le compara con el trigo. También en su baja producción de semillas y en la producción de éstas dentro de duras cubiertas.  Para convertirse en una cosecha útil el teosinte tuvo que sufrir violentos cambios en su estructura biológica, aumentar drásticamente su producción de semillas y, en su evolución, eliminar la dura cobertura de sus semillas.  Todavía los científicos debaten la duración de esta evolución en centurias o milenios para que en América se lograran estos cambios o para que una pequeña tusa, del tamaño de un pulgar humano en el teosinte se transformara en la tusa del maíz de nuestra época.  Se estima que este contraste entre el desarrollo del trigo y el maíz fue un factor muy significativo en el desarrollo humano en el Nuevo Mundo y la Eurasia.
4)    Otra ventaja en la flora de La Mesopotamia es la que incluye un alto porcentaje de hermafloritas (plantas que tienen los dos sexos y se auto-polinizan aunque pueden ocasionalmente cros-polinizarse.  Recuérdese que la mayoría de las plantas se cros-polinizan, es decir,  tienen uno de los sexos y dependen de otro individuo de su especie con el sexo opuesto para la polinización o reproducción.  De los primeros ocho cultivos domesticados en La Mesopotamia todos fueron hermafloritas.  El trigo, entre ellos, tiene la ventaja de su alto contenido de proteínas, del 8% al 14%.  En contraste, los  más importantes  cultivos de Asia y América, el arroz y el maíz, tienen un bajo contenido proteínico, lo que representa un problema nutricional significativo.  Por último, de las 56 especies de yerbas productoras del mundo 32 se producían en La Mesopotamia.  Además, ésta posee la más larga zona de clima mediterráneo lo que favorece la evolución de su flora de un alto porcentaje de sus plantas anuales y una amplia diversidad de estas plantas anuales.


--------------
Bibliografía:  Jared Diamond ´s Guns, Germs and Steel, the fates of human societies, W. W. Norton % Co. Limited, New York, 2003.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Los comentarios son bienvenidos...